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La Ford Pickup recorrió las ahora abandonas calles de Kapaa por última vez. Y pensar que los tres habían llegado a esa misma isla para pasar tantas cosas, para protegerla a ella para enamorarse. Louis apretó la mano derecha de Alexis que, distraída, observaba las calles de Kapaa con ternura. Esa isla se convertiría desde entonces, en el lugar dónde lo conoció a él.
Dónde habían vivido tantas aventuras y dónde por fin se había entregado a un hombre por amor. Sintió las tibias manos de Louis acariciar las suyas mientras que él seguía conduciendo. No perdía el semblante ni la posición militar, era único, en todas sus maneras. Mirarlo y pensar: Oh Dios ahí va ese hombre insensible y sin corazón, sí, tal vez era un hombre frío pero podía tener corazón con una sola persona. 

De pronto un disparo. Directo a las llantas delanteras. Alexis se movió hacia adelante, empujada por la gravedad, silencio, la Ford estaba detenida entre las penumbras, a mitad de camino, nisiquiera el sol se asomaba en aquella mañana fría. Y una buena pregunta, ¿de dónde habían provenido los disparos?
Louis giró la cabeza hacia atrás, podía ver a Alexis con los reflejos. 

-Harry, sal del auto. – le indicó. Harry cogió la M-16, recargándola. - ¡ve hacia atrás ahora mismo! – este salió con rapidez de la camioneta, mientras Louis intentaba encenderla de nuevo. - ¿dónde demonios está el helicóptero? – renegó para sí mismo. Y golpeó el timón. Observó a Harry por el retrovisor, en la parte trasera de la Ford, con la M-16 al mando, alerta. Fue entonces cuando Louis encendió la camioneta una vez más. El motor empezó a funcionar. - ¡dispara a quién se te cruce en el camino! – gritó. Harry asintió, escuchando las indicaciones. La camioneta blindada empezó a moverse, con cierta ligereza por la lesión en ambas llantas delanteras. 

Y sucedió de nuevo. Dos, tres, cuatro disparos seguidos fueron a parar a la puerta copiloto, la puerta de Alexis. 

-¡Mierda! – gritó Louis. Alexis se separó, cogiéndose de él. – mantente conmigo…- le dijo, sin quitar la vista del parabrisas. Conduciendo lo más rápido posible para poder salir de esa jodida isla, antes de que todos los rusos aparecieran. – no va a pasarte nada… - ella se aferró a él. Cerró los ojos con fuerza, cuando sintió tres disparos más en las puertas traseras. - ¡Harry dispara! – gritó por la ventanilla. 

-¡No veo a nadie! – gritó Harry desde atrás. Y empezó a buscar detenidamente, la vista le fallaba, rogaba tan solo que Louis manejara más lento para así poder ubicarlos pero no fue necesario. Abrió los ojos al notar que habían miles de ellos
por todas partes.
- ¡Ve más rápido! – le gritó, golpeando el metal que cubría la camioneta. Louis escuchó sus gritos y los disparos que empezaban a apoderarse del lugar. Visualizo el retrovisor. – Dios mío…

-¿Qué pasa? – preguntó Alexis. - ¿qué pasa Louis? – y le siguió la mirada. Volteándose, pudo divisar las camionetas que venían detrás de la suya y todas, y cada una de ellas eran rusas.

Corrió lo más rápido que pudo. Mientras Harry disparaba y apuntaba lo que podía, eran muchos, mierda. Mierda, mierda y mil veces mierda. Los ojos de Alexis se humedecieron, sintiendo pánico, sintió que las piernas le temblaban, volvió a mirar a atrás.

- Hey…- Louis le volteó el rostro con su mano. – no mires atrás amor… - Alexis se volteó, no sabía que decirle, como reaccionar. – todo va a estar bien…

Las turbinas del helicóptero se escucharon cerca. Louis paró en seco. Pensó, si seguía corriendo las llantas iban a fallarle, no esperaría eso. No para que se la llevaran a ella, no para que la alejaran de él. No, primero muerto, a Alexis no la tocaba, Harry saltó de la camioneta, disparó a la camioneta rusa más cercana con éxito mientras Louis abría la puerta piloto.

- Ven. – le indicó a Alexis, salió del auto primero, mientras ella se escabullía desde su asiento hasta el de Louis. Este colocó sus manos bajó las piernas de ella, cargándola. – no me sueltes. – le ordenó, ella asintió, apretó el cuello de Louis, escondiéndose en su cuerpo. – ¡Harry! – gritó. – cúbreme la espalda.

Corrió. Y ella cerró los ojos, no quiso mirar, apretaba a Louis cada vez que sentía los disparos a sus espaldas. Cada que escuchaba el corazón de Louis agitarse, oor primera vez le hubiera gustado intercambiar papeles, ser ella quién tuviera que protegerlo.

El helicóptero apareció ante sus ojos.

Al igual que diez hombres armados. Todos apuntando a las camionetas rusas, que ahora se encontraban detenidas, mientras los hombres que iban adentro, ahora apuntaban hacia el helicóptero. Unos contra otros. Una guerra. La guerra de Estados Unidos y Rusia.

Louis llegó a la puerta principal del helicóptero americano. 

- Repártanse en cinco. – indicó Louis. – hay aproximadamente trescientos rusos aquí. Si van atacar va a ser completamente imposible.

- ¿Qué planea Tomlinson? – preguntó uno de los hombres del bando americano.

- Matarlos a todos.- habló él. – y solo hay una forma de hacerlo. - Alexis levantó la cabeza. – haré explotar la isla.





I'll be you protector -LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora