capitulo 4

523 68 5
                                    







PoV Aracely

Durante el viaje a casa no podía dejar de mirar el número de David, tenía muchas ganas de volver a escuchar su voz, pero el temor a cometer alguna equivocación con el nuevamente me lo impedía. El solo hecho de leer su nombre en aquella tarjeta "David Zepeda" me hacía temblar. No podía creer que después de tantos años él seguía provocando eso en mí. Finalmente decidí de todas maneras agendar su número en mi teléfono.

Al llegar a casa seguía en la disyuntiva de si debía llamarlo o no, y el sólo pensarlo hacía que mi corazón latiera a mil por hora. Al entrar me recibieron con mucho amor mis chicos, están tan grandes y disfruto mucho de ellos cada vez que puedo. Estuve un par de horas arreglando el mundo junto a mi padre hasta que llegó la hora de estudiar el guión. Me dirigí hacia la cocina para prepararme un buen café, el cual subí a mi dormitorio donde finalmente me dispuse a leer las escenas que pronto tendría que grabar. Ahí estaba sobre mi cama leyendo cuando me encuentro con una escena de cama que tendría que hacer con David...esa situación me ponía muy tensa. Aquello que estuvimos a punto de hacer siete años atrás  lo volveriamos a realizar  frente a un montón de personas y cámaras. Mientras leía eso sentí nuevamente la necesidad de llamarlo, ¿y si le marco para hablar sobre esto? Miraba una y otra vez la pantalla del celular observando su número hasta que mis dedos como un impulso involuntario decidieron llamarlo:

-HOLA, ¿QUÉ QUIERES?

Lo escucho algo alterado y ya no se si hice bien en llamarlo.

-¿David?, soy Aracely.

-¿Ara?- estaba incrédulo.

-Si, disculpa si llamé en un mal momento...te llamo luego, si?- esperaba que no me permitiera cortar...necesitaba hablarle, sentirlo...

-Hermosa... no! dime en qué puedo ayudarte- él sabía ocultar su dolor, pero también quería abrazarla, cuidarla, no importaba por lo que estuviera atravesando, lo único claro en ese momento para él era ella.

-¿Estás seguro que deseas hablar? no quisiera incomodarte...- algo le estaba pasando, algo malo...y no sé cómo ayudarlo.

-Si, de hecho me gustaría invitarte un café ¿qué dices?, podríamos conversar un poco, realmente me haría muy bien.

-Me parece perfecto. Hay algunas cosas de nuestras escenas juntos que me gustaría hablar contigo, además creo que necesitas una buena amiga para desahogarte- nuevamente el término "amigos" entrometiéndose entre nosotros, pero era lo único que me quedaba, ya que él tenía una relación y yo no me iba a involucrar.

-Ay mujer, no toqué el libreto aún, por favor no me mates, se lo aplicada y buena niña que eres, pero tuve un par de problemas en casa... - no podía seguir ocultándole lo que había pasado.

-Jajaja...no te preocupes mi Deiv...podemos estudiarlo juntos...si tu quieres, claro.- Con muchas dudas me decido a preguntarle sobre lo que pudo haberle causado problemas- ¿Tuviste algún problema con tu novia?

-Claro corazón, nos servirá a los dos. Con respecto a eso... mejor lo hablamos en persona, es un tema delicado. Ahora, envíame la dirección de tu hogar o ¿sigue siendo la misma de años atrás?

-Vivo en el mismo lugar de siempre. ¿Vendrás tú por mí?- no puedo evitar sentirme nerviosa al saber que estaré con él a solas en un coche.

-Si, en media hora estoy allí, prepara un abrigo por si nos demoramos.

-Esta bien mi Deivid, te espero. Besos.

-BESO.

Colgué el teléfono y sentí como se me iba la respiración. No podía creer que habíamos entablado una conversación por teléfono y que además en media hora él estaría nuevamente en la puerta de mi casa, que vendría por mí, que estaríamos solos otra vez...mientras más lo pensaba, más me costaba respirar, pero no había tiempo de ponerse nerviosa, debía verme radiante para él. ¿Qué dices Aracely? POR DIOS! El tiene novia, no puedes estar coqueteándole...Sin embargo, ahí fui directo a mi closet a buscar algo lindo que ponerme. Opté por ponerme unos jeans ajustados y una blusa negra de encaje que dejaba ver perfectamente mis atributos. Sabía lo mucho que provocaba a David verme con ropa ajustada, y aunque me negaba a que algo pasara entre los dos, no podía evitar querer gustarle, quería que al verme recordara todo lo que había pasado esa noche.

Estaba en el sillón esperando muy nerviosa cuando escucho el timbre...era David, lo que provocó que me pusiera aún más tensa. Intenté demorar un poco para que no viera lo desesperada que estaba por verlo. Al cabo de unos segundos decido abrirle y ahí lo veo, sonriente, más guapo que nunca, vistiendo unos jeans negros ajustados a sus piernas fornidas y una camisa blanca a rayas. Además, olía exquisitamente bien, su aroma alborotaba cada una de mis hormonas.

-Hola preciosa! QUE HERMOSA ESTAS- quedé tan sorprendido al verla, es tan perfecta... todo lo que se ponga le queda bello, porque ella es bella.

-Ay gracias mi Deivid! Tú también te ves muy guapo- y aquí vamos de nuevo con la coquetería...pero no puedo evitarlo, cada vez que él está cerca me pasa lo mismo.

-Sin pensarlo dos veces la atraigo a mi cuerpo- Ven preciosa, dame un abrazo.

David me toma con firmeza y me pega a su cuerpo. Yo obviamente no soy capaz de alejarlo y solo me entrego a ese abrazo en el que siento que una vez más le entrego mi vida completa. Mi corazón late muy fuerte, el sentir su cuerpo tan acoplado al mío hace que     quiera desvanecerme en sus brazos.

-Hueles muy bien...- le digo mientras siento el olor y el calor de su cuello.

-¿Es este el perfume con el que te traía loquita?-dije entre risas para parar un poco la tensión, pero esto la incrementó aún más- ya, mejor vamonos, quiero llevarte a un lugar que queda afueras de la ciudad.

-Vamos..-digo entre risas.

David toma de mi mano y me lleva a su auto, del cual abre la puerta para que yo pueda entrar en él.

Durante el trayecto miradas iban y venían. Mientras conversábamos y reíamos siento que él toca mi rodilla, lo que me deja estupefacta:

-¿Estas bien preciosa?

-Si, estoy bien, ¿por qué lo preguntas David?- aún no logro reaccionar ante el roce de su piel en mi.

-Te va a parecer una tontera, pero realmente me pone feliz que estés aquí conmigo, realmente tu compañía me da paz- era real, me daba paz e incluso me hacía olvidar todo.

-Me hace muy feliz saber que mi compañía te hace bien mi Deiv, no planeo hacerte sentir mal en ningún momento.

-La última vez que estuvimos así de cerca- trago en seco y la miro- fue cuando...- eres estúpido! bien hecho, ahora ella va a querer volver a su casa y tú con tus pinches pendejadas.

-No te preocupes por eso ahora hermoso- le digo tocando su oreja con mucha suavidad- eso pasó hace años, esta todo bien con eso, ¿verdad?

-¿Te puedo preguntar algo?

-Por supuesto, tú puedes preguntarme lo que quieras...

-Espero no incomodarte, pero ¿te preguntaste alguna vez qué hubiese sucedido entre nosotros aquella noche?-dije nervioso y esperando lo peor.

-Si te soy sincera me lo he preguntado muchas veces...sé que pasó hace muchos años, pero siempre has estado presente en mi vida de alguna manera...esa noche quedó marcada a fuego en mi corazón- el vómito verbal había salido, sin pensarlo dos veces le dije todo lo que había sentido.


***

DEJÁ VUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora