Capítulo 27

493 67 18
                                    

-Amor ¿Quién es? ¿Sucedió algo?.

-Es...el papá de mis hijos...- le digo desconcertada.

-¿Luis Miguel?- no sé porqué me lleno de celos y me tensiono todo- ¿Qué es lo que quiere ese tipo contigo?

-No sé...dame un segundo- le digo alejándome de él.

Me voy hasta afuera y contesto el telefono.

-¿Bueno?- pregunto.

-Aracely, ¿Cómo estás?- me pregunta...como si le importara mi bienestar.

-Estoy bien, ¿y tú?- le pregunto por cortesía.

-Bien, quería saber como estabas tú, y los niños...- su pregunta me deja desconcertada.

-Ellos están bien. Sabes, ellos extrañan a su papá- le hago saber- ¿Cuándo los vendrás a visitar?

-Aracely, no he tenido tiempo. Tu sabes, las giras. Tengo muchos compromisos.

-Yo también tengo muchos compromisos, pero aún así trato de estar la mayor parte del tiempo con ellos, y cumplir con todas sus necesidades- le contesto molesta- Ellos no han sabido nada de ti, en meses.

-Lo se, pero si trabajo tanto es para darles lo que necesiten...- lo interrumpo.

-Tu no les has dado nada que necesiten Luis, nada. He sido yo quién ha dejado todo su esfuerzo en cada proyecto para sacar a MIS hijos adelante.

-Sabes, no sé para qué te llamé...creo que solo quería oírte.

-No vuelvas a llamar si no es para hablar de mis hijos Luis. Hasta pronto.- le digo al colgar.

Entro a la casa y lo único que hago es mirar a David. Me acerco a él y lo abrazo por la espalda. Las lágrimas comienzan a salir de mis ojos y él no entiende nada.

-Abrazame fuerte ¿si?- le pido.

-Ara ¿Qué sucedió?- volteo y ella se esconde en mi pecho y puedo oír sus hipidos- mi amor, dime qué ha sucedido.

-Ese imbécil, llamando sin siquiera preocuparse realmente de mis hijos...- suspiro- me tiene cansada esta situación.

-Ese hijo de la chingada... Aracely, que no me lo cruce nunca- la abrazo aún más fuerte- Dani y Migue no lo necesitan, te tienen a ti- acaricio su cabello- eres la mejor madre que les pudo tocar.

-Gracias amor- le digo ya respirando mejor- Te amo, ¿lo sabías?- lo miro a los ojos.

-Yo te amo a ti, no voy a dejar que este tipo te haga más daño del que ya te hizo- la beso delicadamente- ni a ti, ni a tus niños.

-Gracias por cuidarme tanto- le sonrío- Ahora vamos a tomarnos ese café ¿si? Quiero olvidar este mal rato.

-Claro que sí, preciosa- la abrazo y nos dirigimos hacia la cocina.

Cuando ya nos encontramos en la cocina nos pusimos a charlar. David rápidamente logró que yo olvidara la llamada que había recibido y me hizo reír como nunca. Y es que este hombre es increíble, imposible no amarlo. De pronto, me acerco a él para servirle más café, pero sin querer vierto un poco en su polera.

-¡Mi amor!- grito del susto- Perdóname, no fue mi intención...

-Auch, auch- retiro mi polera rápido y mi torso queda al descubierto- Tranquila amor, no pasa nada.

-Uff...pero que guapo- le digo con una sonrisa.

-Tú no te quedas atrás preciosa- la miro pícaro- me parece que no te has visto al espejo todavía.

-Pero esos brazos...- me aferro a ellos- te has estado ejercitando mucho eh!- le digo entre risas.

-Es que tú sabes que en mi tiempo libre además de que lo disfruto contigo, también intento entrenar- la tomo con fuerza de la cintura y nuestros labios quedan a milímetros- ¿Acaso me estás provocando Arámbula?.

-¿Acaso necesitas que te provoque Zepeda?- muerdo su labio inferior con fuerza.

-Para nada cielo, yo estoy loco por ti- atrapo sus labios en un delicado beso- ¿A poco no te diste cuenta?.

-Pues sí- le sonrío- ven, vamos- le digo tomando de su mano.

Lo conduzco hasta mi dormitorio y él me sigue sin chistar. Sabe exactamente lo que se le viene. Apenas entramos a mi habitación lo apego a la pared y lo beso. Luego bajo hasta su cuello y comienzo a recorrer su pecho dejando un camino de besos. Cuando estoy en eso, quito su cinturón y de una pasada bajo toda su ropa. Me pongo de rodillas y quedo frente a su miembro, lo miro hacía arriba y con mi mano derecha tomo su masculinidad y comienzo a pasar mi lengua por su punta y David inmediatamente hace un sonido de satisfacción. Yo continúo con lo que estoy haciéndole, paso mi lengua por toda su longitud y lo succiono una y otra vez. Él me pide que no deje de mirarlo y sigo con mi trabajo para proporcionarle todo el placer posible a mi hombre. Metía su pene una y otra vez en mi boca y él hacía movimientos haciéndolo llegar a la profundidad de mi garganta. Cuando ya mis labios están hinchados me salgo de ahí y lo beso. David me besa dándome a demostrar cuánto me desea. Me dirige hasta la cama y me quita rápidamente la ropa y me tumba en la orilla de la cama. Separa mis piernas para enseguida dirigir su boca hacia mi intimidad. Su lengua roza mi clítoris con suavidad haciéndome gemir cada vez más fuerte. De pronto, siento cómo lo succiona. Me empiezo a desesperar por el goce que mi moreno me esta dando, por lo que él se reincorpora y sin moverme de esa posición me penetra. Sentirlo dentro de mí es mi máxima satisfacción. David toma mis caderas para darle impulso a las embestidas y yo suelto uno que otro grito de placer. Luego de un rato me gira para poder recibirlo en cuatro. Comienza a taladrar en mi interior con tal intensidad que me vuelvo agua sobre la cama, me desvanezco por completo. Mi hombre sabe muy bien cómo volverme loca en la cama, me da todo lo que necesito. Cuando ve que quedo prácticamente tirada sobre la cama, sin salir de mi se acomoda encima mío. Pasa sus manos por mi espalda, por mis senos y me besa el cuello. Sigue dándome en esa misma posición hasta que ya no aguantamos más y nos dejamos llevar por un intenso orgasmo. Acaricio su cabeza que se encuentra detrás de la mía. Él besa mi mejilla y empezamos a acomodarnos para descansar luego de haber gastado tanta energía. Me abraza y nos quedamos dormidos.

De pronto suena mi teléfono y nos saca del descanso que nos estábamos tomando. Abro mis ojos, miro la pantalla y era Villegas una vez más recordándome que era tarde y debía estar allá. No podía creer lo irresponsable que estaba siendo. Me levanto rápidamente y David me mira asustado:

-Preciosa ¿Qué sucede?-aún estaba dormido.

-Es Villegas amor, me quedé dormida- le digo preocupada.

-No manches, vístete rápido que te llevo- digo levantándome de la cama- me dejaste exhausto amor- río.

-Yo no sé cómo voy a hacer la escena si tampoco tengo energía- me río mientras me pongo rápidamente la ropa.

Apenas me pongo la ropa salimos de inmediato en su auto hasta el set de grabación. En el camino voy mandándole mensajes a Aquiles para que me cubra un poco, ya que iba atrasada. Cuando llegamos, David se estaciona y al bajarme veo que Villegas ya estaba esperándome en el estacionamiento. No podía creer que nos estaba viendo llegar juntos. David no tenía escenas, no tenía motivos para estar ahí ese día y yo...yo atrasada por estar en la cama con él.

***

DEJÁ VUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora