Rayo de sol

La plática

Este tiene lugar antes de su boda.

La plática

—Así que...—Harry se aclaró la garganta—. Draco y yo hemos decidido que nos casaremos dentro de unos meses.

Aguardó, expectante, con una mano entrelazada a la de su novio por debajo de la mesa.

Almorzaban en el patio de la Mansión, en una de las mesas techadas que los elfos colocaban en el jardín a petición de Narcissa o su hijo. Los Potter, junto con ella, se encontraban frente a ambos. Sólo Narcissa había escuchado algo del tema, en una de sus visitas anteriores.

James masticó lentamente, asintió, y al tragar, se inclinó hacia su esposa.

—¿Ahora es cuando tengo que fingir estar sorprendido?

Ambas mujeres se rieron, Narcissa de forma tenue, Lily negando.

—Honestamente, chicos, no sé qué esperaban —Lily extendió el brazo para acariciar la mejilla de Harry, sonriéndole.

—Yo tampoco —Narcissa suspiró.

Cuatro pares de ojos regresaron a James Potter, que paró de comer y los observó de vuelta, como si se preguntase por qué le prestaban tanta atención.

—Lo que sí me sorprendió fue que no se lo pidieras después de graduarse como hice yo con Lily —comentó, encogiéndose de hombros, y sonrió—. Pero estoy feliz por ustedes, en serio. ¿Quieren un abrazo?

Harry aceptó el abrazo de su padre, mientras que Draco rodaba los ojos.

—Yo se lo pedí, pero él insinuó que estaba loco —Draco se encogió de hombros de forma teatral.

—Algo así me dijo Lily a mí —James asintió con gravedad. Luego pareció recordar algo, porque se fijó en él de nuevo—. ¡Nunca me pediste permiso para salir con mi hijo, Draco Malfoy!

—Nunca necesité su permiso —Draco le enseñó una sonrisa desafiante y elevó la barbilla.

James se pasó cinco minutos enteros diciendo que si no le pedía permiso, se echaría a llorar, mientras Draco se reía y negaba. Harry los veía con una sonrisa enternecida y feliz.