Ambientado en: Harry Potter y el secreto del Lago Negro.
¿Recuerdan el capítulo en que van a ver a los dragones? Originalmente, esta escena iba después del momento en que Draco se altera.
La respuesta de Severus Snape
1994
Severus estaba dándole vueltas, con una cuchara de madera a la poción experimental en un caldero de latón; las instrucciones eran específicas respecto a qué podía pasar si un elemento indebido tocaba la sustancia antes de tiempo, y él llevaba una buena racha de años sin hacer explotar un laboratorio, que pensaba conservar. Llevaba una cuenta mental, un tempus que formaba un reloj flotante junto a su cabeza. Le había puesto un silencio a las paredes, que sólo podía ser roto por dos personas en todo el colegio. Una era el viejo director, que tenía poder sobre la propiedad y era inevitable que entrase, si se proponía en verdad hacerlo.
Y la otra persona, muy probablemente, era la que llamaba a su puerta en ese momento preciso en que necesitaba cada gramo de concentración que pudiese poner en el maldito caldero.
Finalizó el conteo en número par, dispuesto a retomarlo más tarde, y congeló el estado del líquido, cerca del punto de ebullición pero sin alcanzarlo, como debía ser. Limpió con un rápido fregotego, quitó el tempus y abrió la puerta sin darse la vuelta.
Al menos, no hasta que escuchó su voz.
—Padrino.
No le gustaba ese quebranto que acababa de percibir. Se giró de inmediato, descubriendo a Draco todavía bajo el umbral.
El adolescente se sostenía con una mano del marco de la puerta, tenía la respiración un poco agitada, de una manera apenas perceptible, el labio inferior le temblaba. Pero no, lo que llamó la atención de Snape no fue otra cosa que los enormes ojos grises, convertidos en un desastre de sombras y emociones que pasaban frente a ellos, y que por lo general, difícilmente podían divisarse, porque era un Malfoy, y los Malfoy no se mostraban así.
Snape dejó la cuchara de lado, relegada a un plano sin importancia. Recordaba, tal vez con demasiada claridad, la única ocasión en que había visto esa misma expresión desorientada, suplicante, en el rostro de otro Malfoy más joven, un día lejano, que creía que ya no le interesaba. Lucius irrumpió en el laboratorio en que hacía de aprendiz, cerró la puerta, colocó un silencio y muffliato también, por si acaso, y le habló de lo que había pasado con Narcissa.
Unos meses más tarde, esos dos contrajeron matrimonio.
Y por alguna razón, supo que aquello no estaba tan desencaminado en este caso. Por supuesto, los Malfoy no sabían lidiar con esa emoción en particular.
Lo invitó a pasar con un gesto, y cerró la puerta detrás de él con magia no verbal, porque Draco, aturdido como estaba, olvidó hacerlo, y arrastró los pies al moverse en su dirección. Otro signo inequívoco de su estado.
El profesor dejó que jalase un banco, se subiese, doblase los brazos sobre el mesón recién desocupado, y enterrase el rostro entre estos. Se acomodó en el otro lado, con los ojos puestos en el muchacho, y tanteó su cabeza con una leve legeremancia, que no pretendía ir más allá de un llamado de atención.
Pero, por una vez, Draco cedió, y traspasó el límite inicial que no solía eludir. En una sola ocasión, antes, cuando su ahijado era un niño pequeño, en pánico y llorando porque su padre no volvía a casa después de ser llevado por los Aurores, y ya nadie sabía qué hacer, había entrado a su cabeza, para tranquilizarlo. Desde entonces, nunca se le ocurrió invadir su privacidad de ese modo.
Y ahí estaba. El desastre de emociones que encontró dentro, lo echó para atrás y rompió la conexión de inmediato. Draco no tuvo que decirle nada.
Con un suspiro, se apretó el puente de la nariz, selló la puerta con magia para ahorrarse más molestias, y lo observó. Esto era, sin duda alguna, lo más ridículo que se había visto obligado a hacer en su vida.
Severus Snape colocó la mano sobre una de las muñecas del chico y le dio un leve apretón, conteniendo el impulso instintivo de apartarse de cualquier tacto, como si quemase. Draco se removió, respiró profundo, y al acomodar la cabeza de lado, donde podía ver su perfil y aún estaba cómodamente recostado, le tocó el dorso con la mano libre.
El profesor se alejó media fracción de segundo después, con la sensación de haberse superado a sí mismo, y por un largo rato, permanecieron así, en silencio. Seguro era lo mejor.
Dudaba que Lucius hubiese creído que llegarían a esa situación cuando le pidió que fuese el padrino de Draco.
*
Les juro que no me he olvidado de esta cosita bonita y aún tengo varios pendientes, pero el tiempo se me ha escapado y he hecho un desastre. No sé ni en qué mundo vivo ¿?Seguramente luego regresaré para atrás en el tiempo con otros extras, así que seguiré colocando la fecha y eso xd
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Rayo de sol
FanficRecopilación de extras de "Luz de luna" Disclaimer: Si esto fuese mío, sería canon, pero no lo es :c