[Terminado] El Secreto Del Principe

✾ CAPITULO 8 ✾

✾ CAPITULO 8 ✾

—No me importa lo que averigüen. Su opinión me importa bien poco —aseguró Singto tomándolo de la mano y entrelazándole los dedos con los suyos. —Puedes protestar todo lo que quieras. Puedes gritar y chillar y contarme más cosas de tu pasado, pero no te equivoques N'Krist vamos a casarnos.

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Singto observó en los ojos de Krist la batalla que estaba librando en su interior. Estaba al mismo tiempo agradecido y furioso.

Agradecido porque Singto hubiera acatado su pasado sin juzgarlo y furioso porque siguiera insistiendo en casarse con él. En ocasiones las personas podían resultar de lo más fastidiosas y complicadas, pero otras veces eran de lo más simple.

—¿Creías que ibas a asustarme con tanta facilidad? —preguntó Singto acariciándole la palma de la mano.

Krist tenía la piel suave y cálida.

El simple hecho de tocarlo lo excitaba. Singto pensó en las largas y gloriosas noches de pasión que los esperaban cuando se casaran.

—No estás entendiendo nada —gruñó Krist.

—Ilústrame entonces —exclamó el príncipe.

—¡No estoy hecho para ser un Príncipe! —gritó Krist. —¿Cómo puedes seguir queriendo casarte conmigo después de lo que te he contado?. No tengo ni la educación ni el bagaje necesarios.

—No eres un caballo. No es necesario que presentes ningún pedigrí. Y la educación se demuestra en cómo te comportas, en lo que piensas y en lo que dices —le aseguró Singto.

—Ya, seguro. Me metí en tu cama al instante. No es un comportamiento muy recomendable —le recordó Krist.

—Yo te seduje —aseguró Singto con mucha calma.

—Maldita sea, Phi, escúchame —le espetó Krist soltándose de la mano. —Tú no me sedujiste. Antes hubo otros hombres. No llegué a ti virgen e inocente. Cuando era adolescente tuve una vida sexual muy activa. Confundí el sexo con el amor porque estaba muy sólo. Iba en busca de cariño y calor, y sólo encontraba un billete de ida a ninguna parte. Lo descubrí hace algunos años y juré que no mantendría más relaciones sexuales hasta estar seguro de sentir algo por mi pareja.

Lo que significaba que sentía algo por él. Singto lo había sospechado, pero le gustaba confirmarlo. Y en cuanto a su pasado...

—Ya sabía que no eras virgen. Yo tampoco lo era. Y también tengo un pasado. Para demostrarte que el nuestro será un matrimonio feliz no juzgaré nada de tu vida anterior. Ahora que estamos juntos me serás fiel —dijo Singto.

Krist se giró para darle la espalda y se cubrió la cara con las manos.

—Eres imposible —murmuró. —No puedo soportarlo más.

Singtl rodeó la cama y le apartó las manos del rostro.

—Ya te he dicho que no voy a juzgarte por tu pasado. He escuchado la historia de tu infancia y lo único que has conseguido es que te admire. He descubierto que estás esperando un hijo mío y te he pedido en matrimonio. Dime, ¿qué es lo que estoy haciendo tan mal? —preguntó Singto.

Krist abrió la boca, pero no pudo hablar. Singto lo observó, satisfecho de haberlo dejado por fin sin palabras.

No tenía ningún argumento para contrarrestar los suyos, por lo tanto se casarían. Lo cierto era que le molestaba que se hubiera resistido tanto.

Cualquier persona del mundo estaría orgullosa de haber sido elegida para casarse con él, y sin embargo, Krist actuaba como si le hubiera pedido que se cortara el brazo.