[Terminado] El Secreto Del Principe

✾ CAPITULO 11 ✾

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✾ CAPITULO 11 ✾

Aquella noche Krist se sentía sorprendentemente contento. De hecho estaba deseando ver a Singto y cuando él entró en la suite corrió a su encuentro para saludarlo.

—He tenido un día maravilloso -aseguró Krist con alegría. —Al principio pensé que iba a ser espantoso porque estaba lloviendo y no soy precisamente un fan de la lluvia. Además no tenía nada que hacer, pero al final las cosas han salido bien. ¿Qué tal tú?.

En lugar de contestar, Singto se limitó a mirarlo fijamente. Krist bajó la vista para comprobar si tenía alguna mancha en su ropa.

—¿Qué pasa? -preguntó Krist sintiéndose súbitamente inseguro.

Estaban a menos de un metro de distancia y desde el día anterior eran oficialmente esposos.

¿Acaso esperaba Singto que lo abrazara y le diera un beso?.

Después de todo, preguntarle qué tal había pasado el día era también un comportamiento propio de unos recien casados.

—No pareces triste -dijo finalmente Singto

—No lo estoy.

—Siempre te había visto apesadumbrado desde que me enteré que estabas esperando un hijo mío. Creía que se te había olvidado incluso cómo se sonreía -dijo Singto

Krist no sabía si estaba bromeando o hablaba en serio. Suspiró.

—Sé que he estado un poco difícil últimamente. No era mi intención. Es sólo que... - vaciló un instante.

¿Acaso había alguna manera de explicar cómo le habían robado la vida?.

Y teniendo en cuenta que Singto era el ladrón y que todavía no había mostrado el más mínimo sentimiento de culpabilidad, Krist pensaba que no estaría dispuesto a ver las cosas desde su punto de vista.

—¿Tienes hambre? -preguntó entonces el Príncipe pasándole el brazo por los hombros y guiándolo hacia el sofá. — me han dicho que has pedido la cena en la suite. ¿Quieres que la sirvan ya?.

—Puedo esperar -Krist se sentó a su lado.

Todavía no podía creerse que estuvieran casados de verdad. Así que aquélla era su primera conversación como esposos después de un día de trabajo...

¿Debería ofrecerse a traerle los zapatos para estar más cómodo en casa?.

—¿se han limitado a informarte de mi decisión o quería comprobar si tú estabas de acuerdo?. No estoy tratando de crear problemas en nuestra primera noche -se apresuró a aclarar Krist levantando la mano. —Sólo intento comprender cuál es mi situación.

—Tenía que hablar con ella de otro asunto -aseguró Singto con normalidad. —Entonces le pregunté si había hablado contigo y ella me dijo que sí. He sido muy injusto contigo, Krist -dijo Singto de pronto poniéndose serio.

Krist sintió como si lo hubieran golpeado sin previo aviso en la cabeza. Le vinieron a la mente miles de respuestas, algunas de ellas incluso graciosas, pero ya que Singto acababa de reconocer que había hecho algo mal lo mejor que podía hacer era escucharlo con atención.

—¡Ah!... ¿A qué te refieres? -preguntó Krist como quien no quiere la cosa fingiendo estar muy interesado en un hilo que se le había escapado de la camisa.

—No hemos hablado de la luna de miel -dijo Singto

no había tenido tiempo para tratar de imaginar cuál sería la respuesta de su esposo, pero tenía serias dudas de que se le hubiera ocurrido en algún momento que fuera aquélla.