Yuta siempre había sido una persona que no le importaba mucho ensuciarse o caerse. No por nada su grupo decía que el piso era su mejor amigo.
De hecho, para su madre era una pesadilla el hecho de que el muchacho llegara a casa, por poco podía imaginar el pantalón negro del uniforme cambiado a color gris por la tierra; la camisa blanca, pulcra y planchada vuelta miseria, y los bordes blancos de su chaqueta negra casi tornados del mismo color que el resto de la prenda. Y claro, cómo olvidar las greñas rojas fantasías del muchacho que podían albergar un nido de ratas. De alguna forma se las arreglaba para verse en perfecto estado al día siguiente, pero en la tarde volvía a parecer un vagabundo.Era tan normal en la escuela verlo en esas fachas que a nadie le importó verlo lleno de tierra con pequeñas hojas y ramitas de decoración en su cabello, caminando por el pasillo de los grados menores en busca de la enfermería.
No tenía ni la más mínima idea de por qué quería asegurarse de que Johnny estuviera bien, ¡sólo había golpeado su cabeza con un balón, no le había pateado y quebrado el cráneo!Igualmente ahí estaba, frente la puerta de la enfermería, totalmente atento al muchacho que sostenía una bolsa llena de hielos en la cabeza mientras estaba sentado en la camilla.
— Hey — Sintió mucho miedo cuando Johnny le miró como un oso a su presa, incluso si se veía indefenso con su ojo izquierdo cerrado y la pequeña mueca de dolor en sus labios — ¿Qué tal?
— ¿Vienes a pedirme limosna o algo? Pensé que no dejaban entrar vagabundos - Bromeó Johnny, riéndose sólo un poco — No era necesario que vinieras, sólo tengo un chichón y me duele la cabeza.
— Da igual, quería disculparme mejor. No fue a propósito, pero es la segunda vez en la semana.
Ah, me había saltado ese dato. El primer golpe fue el lunes, ahora mismo era jueves y había tenido una puntería tan exacta que había impactado el balón por segunda vez en la cabeza de Johnny.
— Los accidentes pasan. Vas a perderte las clases por estar aquí — Replicó Johnny, rodando los ojos.
— Tengo permiso, me echaron de clase por tener el uniforme sucio — Yuta se acercó lentamente a la camilla, esperando que tomar asiento no fuera una declaración de guerra contra el "violento" castaño que hasta ahora había sido bastante amable.
— Y debiste ir a dirección en ese caso.
— Déjame molestarte un rato, ¿sí?
Muy bien, Nakamoto Yuta, ¿de dónde demonios salió esa confianza?
— Bien, como quieras, pero si dejo de escucharte es porque me ganó la migraña.
Cuando Yuta tomó asiento junto a Johnny, el mayor no pudo evitar soltar una risilla. El pelirrojo no quiso dejar que su miedo se volviera obvio, por lo que agradeció que el escalofrío en su espalda sólo pudiera sentirlo él.
— ¿De qué te ríes? — Preguntó sacando valor de alguna parte para mirar a Johnny a los ojos.
— Nada, la enfermera se va a enojar si descubre que ensuciaste la camilla — Obvió, desvaneciendo el miedo de Yuta cuando le vio reír de forma tan agraciada y perfecta.
— Te echaré la culpa, fácil — Se defendió Yuta, subiendo incluso sus pies a la manta blanca de la camilla, llenándola del barro que había en las suelas de sus zapatos.
— Adelante, seguro te va a creer luciendo así.
Ahora entraba la pregunta definitiva a la cabeza de Yuta. ¿Por qué demonios estaba entablando una conversación con el bully del bachillerato? Todos le tenían miedo a Johnny y los rumores no ayudaban, pero aparentemente su actitud era más agradable de lo que parecía a simple vista... o era una persona con un transformo bipolar y en cualquier momento le molería a golpes después de haberle enviado a la enfermería dos veces en solo una semana.
Bueno, ahora mismo no importaba mucho si lo terminaba masacrando a punta de puñetazos, no tenía a dónde ir y al menos estaba acompañado ahí.— Puedo ser bastante convincente — Hizo un mohín, empujando amistosamente a Johnny, sin esperar realmente que el mayor lo tomara mal... y así fue, Johnny sólo le devolvió el empujón con un poco más de fuerza.
— Sí, te quiero ver intentándolo.
Hubo un momento de silencio en el que Yuta se quedó observando su ropa sucia, pensando en el regaño de su madre y el buen rato que estaría esperando a que la secadora terminara su ciclo para poder ir a dormir. Claro, esa era su rutina de todos los días, y eso pasaba más tarde o más temprano dependiendo de sus planes de la tarde.
— No quiero ser grosero contigo, pero considerando que ya se podría decir que empezamos a relacionarnos, me gustaría hacerte una pregunta - Johnny desvió la mirada y por un momento se notó apenado, Yuta sintió cómo su imagen de chico malo que tenía sobre él se rompía un poquito más — Y quizá suene mal, pero no sé tu nombre, y me daba vergüenza preguntar sabiendo que tú sabes el mío.
— Oh — Yuta se quedó totalmente atónito, quizá un poco dolido en el fondo — Comprendo. Soy Nakamoto Yuta, un gusto, hyung.
— No lo digas en ese tono, sé que debería saber pero soy malísimo recordando nombres, discúlpame — Se burló de sí mismo volviendo a hacer contacto visual con el japonés — No cambia el hecho de que te reconozca perfectamente, Yuta.
"Acabo de tener un paro cardíaco" pensó Yuta, dándose cuenta de que, efectivamente, Johnny nunca había dicho su nombre.
— Sería el colmo que no reconocieras al chico de cabello rojo que siempre tiene el uniforme sucio - Replicó Yuta volviéndolo obvio — Pero bueno, supongo que no soy un personaje que llame tanto la atención.
— No te preocupes — Johnny no rompió el contacto visual, pero su sonrisa coqueta no pasó desapercibida por el japonés — A mí me llamas mucho la atención.
ESTÁS LEYENDO
Ramé ; Johnyu
FanfictionDonde Yuta sin querer golpea a Johnny con el balón mientras juega fútbol... por lo menos dos días a la semana. "Empiezo a creer que tu balón tiene un rastreador en mi cabeza" -- Me disculpo por los guiones cortos en las líneas de los personajes, Wat...