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Yuta sabía que no se veía en perfecto estado ni nada. De hecho, sabía que la parte de atrás de su camisa estaría manchada por la caída, y eso sólo no se hacía obvio por la chaqueta. Estaba un poco acomplejado, pues Johnny era un muchacho muy pulcro que tenía siempre una imagen muy limpia, e incluso si era fácil ignorar la facha del japonés por la misma facilidad que había para esconderla, no quería que algo incomodara al estadounidense en esa cita.

Espera.

¿Cita?

Realmente no estaba muy seguro de cómo llamar esa salida tan repentina. El tono que había usado Johnny para invitarlo había sido la voz más dulce que había escuchado en años, ni siquiera podía recordar una ocasión en la que alguno de sus ex le hubiera hablado así, por lo que, sin evitarlo, se estaba armando una película por sí solo en su mente. Mentiría si dijera que Johnny no se le hacía atractivo, siempre lo había pensado, pero el miedo ante los rumores que le rodeaban le impedía admitirlo en voz alta... aunque quizás Mark se había enterado de ello un día y había decidió cambiar el nombre de su contacto y ponerle un corazón, solo que no esperaba que Yuta se diera cuenta tantos meses después.
Y mientras que el japonés se ponía a indagar en su cabeza sobre la salida, Johnny, sus amigos, Johnny, todo lo que estaba pasando ahora mismo, y, ¿ya mencioné a Johnny?; aquel protagonista de sus pensamientos se materializó frente a él y le tendió una barra de chocolate. Fue un gesto un poco salido de contexto. Yuta por poco no toma el dulce, pero ya que el mayor lo acercó más a su rostro, supuso que sí era un regalo.

- Gracias - Observó la chocolatina, despertando su apetito de inmediato - ¿Hay alguna razón detrás de este regalo?

- No, sólo pensé en ti.

- Eso suena muy cursi.

Johnny asintió y le dedicó una risa por un momento, antes de emprender camino hacia la carretera y detener un taxi en tiempo récord. Bien, supuso Yuta, quizá no debía cuestionar esa parte en específico; después de todo, al menos no hacía calor como para decir que era probable que el dulce se derritiera, así que lo guardó con esmero en su maleta.

- ¿A dónde vamos?

- Siempre he querido ir a un restaurante temático que abrieron hace poco, pero esperaba una ocasión especial para poder ir - Respondió vagamente sin molestarse en dar detalles - Solía ser una bodega abandonada, pero la remodelaron y ahora tiene un ambiente de picnic al aire libre, incluso si en realidad es bajo techo. ¿Te gusta?

- Suena muy interesante, claro que me gusta.

- Entonces para allá vamos.

El taxi se puso en camino cuando Johnny le dio las direcciones exactas para poder llegar. Yuta quería entablar alguna conversación en el transcurso del trayecto, pero gracias la presencia del conductor del vehículo, se sintió algo cohibido; algo que no ocurría para nada con el castaño, quien no dudó en empezar a contarle un poco de su día.

- Así que, Doyoung nos abandonó a Taeyong y a mí por irse con tus amigos, pero bueno, supongo que son cosas que pasan cuando llevas cuatro años en el mismo grupo y tienes la oportunidad de conocer a alguien más.

- Eso suena horrible, pero considerando que Yukhei y Jungwoo nos dejan solos a menudo a Mark y a mí, diría que encontraron su alma gemela.

- Los tres hicieron una revolución y lograron la independencia de sus grupos - Johnny fingió una cara de decepción antes de reírse - Deberíamos unirnos en contra de ellos.

- Le tengo que preguntar a Mark, pero estoy seguro de que dirá que sí.

Realmente el restaurante no estaba muy lejos, por lo que siguieron hablando un poco de su día en la escuela y fue suficiente para llenar el tiempo del trayecto sin tener ni un solo silencio incómodo.

El sitio era muy bonito, incluso si solía ser una bodega abandonada, se notaba el esfuerzo que habían colocado en la restauración; las paredes negras y luces de navidad amarillas al rededor de todo la instalación daban un toque cálido y vintage que despertaba mucha curiosidad en Yuta. Desde la gran entrada se podía ver la decoración que simulaba el aire libre con la luz solar cayendo desde una ventana en el techo, mientras que unas nubes de algodón y cartón se balanceaban en diferentes alturas, con pequeñas luces en ellas para evitar tapar del todo la luz que se colaba desde arriba.
A media que fueron avanzando a la entrada vieron la cantidad de jóvenes que había dentro, riendo y gritando, ambos se sintieron bienvenidos de forma casi inmediata, tomando asiento en una manta en el césped sintético, la cual tenía una pequeña mesa bajita, llamando la atención de un mesero cercano.

La luz del sol que daba adentro era bastante poca, así que obviamente había luces artificiales que, principalmente, daban el sentimiento de que estaban en medio de una velada nocturna. Cuando Yuta escuchó la descripción de Johnny acerca del sitio no esperaba que el ambiente fuera tan romántico. Es el tipo de lugar donde le propondrías matrimonio a tu novia con la cual llevas tres años y no ves la hora de formar una familia con ella.

El mesero finalmente llegó y les entregó las cartas, hechas con carátulas de madera y papel plastificado. Hasta esas eran bonitas, el japonés no podía creerlo.

- Es más hermoso de lo que me imaginaba - Admitió el pelirrojo, mientras que Johnny clavaba sus ojos en la carta intentando disimular lo hambriento que se encontraba.

- ¿Yo? - Fue gracioso cómo Johnny genuinamente pensó que estaba hablando de él y le miró totalmente atónito con un bello sonrojo.

Yuta se rio un poco nervioso y negó lentamente, el estadounidense le siguió la risa de forma calmada y melodiosa antes de volver a prestarle atención a la carta.

- Sé que ya te conozco bastante, pero esperaba que pudieras contarme algo sobre ti que no supiera, aprovechando que ahora somos sólo los dos.

Yuta lo pensó un momento, intentando a su vez decidirse por su comida, mirando el techo como si tuviera la respuesta de algo que le pudiera interesar a Johnny.

- Me gusta desvelarme escuchando música y pensando escenarios que nunca ocurrirán - Fue lo único en lo que pudo pensar, pero a juzgar por la pequeña sonrisita de Johnny, al menos agradeció su sinceridad.

- Te ves como el tipo de persona que preferiría quedarse viendo memes en vez de algo tan... ¿deprimente?

- Oh no, quizá suena triste, pero tienden a ser cosas más fantásticas. Por ejemplo, ¿qué pasaría si un ovni cae en mi casa y hay un alienígena dentro? ¿Podría comunicarme con él? ¿Vendría a conquistar a la población mundial con su sabiduría de otra galaxia?

- Bien, eso no es deprimente en lo absoluto - Confirmó Johnny aguantando la risa, tomando una decisión con respecto a qué comer - A mi me gusta dormir temprano y despertarme a hacer ejercicio.

- Con razón eres tan grande - Yuta también decidió sobre su comida y le hizo una seña al mesero cuando notó que el mayor había colocado la carta de lado - Yo hago ejercicio de vez en cuando, pero no es una disciplina que haya adquirido.

- Eh... se nota - Yuta hizo un mohín al escucharlo, pero le siguió con una risa.

- Muchas gracias por tu sinceridad, no puedo discutir contra eso.

El mesero tomó las órdenes de cada uno y se llevó las cartas, ambos agradeciendo en voz baja la atención.

- ¿Algo más que te guste hacer, Johnny hyung?

- Decirle a mis amigos que no me llamen hyung.

- Okay, Johnny, aparte de eso, ¿qué te gusta hacer?

- Me gusta hacer reír a la gente, ser dedicado en mis estudios y proponerme cosas distintas. Soy de los que prefiere salir de la rutina de vez en cuando - Johnny arregló su postura, apoyando sus brazos en la mesa e inclinándose un poco hacia el menor, incitando silenciosamente al chico a hablar.

- Ja, supongo que puedo notar eso, yo simplemente paso los días de la misma forma con diferencias apenas notables, pero no soy infeliz en lo absoluto.

- Es bueno saberlo. Parece que voy a tener que sacarte un poco más de tu zona de confort.

- ¿Más de lo que ya lo has hecho?

- Más de lo que ya lo he hecho, ¿aceptas?

La bella sonrisa de Yuta fue suficiente para responder esa pregunta.

Ramé ; JohnyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora