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El viernes había empezado de maravilla para el japonés, no había luz y por lo tanto no había agua caliente, estaba lloviendo a mares y, gracias al frío, su uniforme no se había secado, por lo que estaba más helado que el refrigerador. Su madre no tuvo compasión de él y le dijo que tendría que usar esos trapos de igual forma, era lo que se ganaba por ensuciarlos como lo había hecho, dejándole un momento al muchacho para reflexionar todo lo que se hubiera ahorrado si no hubiera jugado en la cancha que parecía estar siempre mojada el día anterior.
Pero bueno, en vez de sentirse mal del todo, su corazón se encogía en una sensación cálida cuando recordaba que John Suh ahora sabía su nombre... por alguna razón; pensándolo bien, ni siquiera debería emocionarse por eso... ¿a quién le importa?

Así fue cómo Yuta caminó bajo la lluvia unas cuadras hasta la escuela, congelado y arrepintiéndose de haber dejado su paraguas en la casa de Mark.
No fue ninguna sorpresa para él encontrar al canadiense con el artefacto ese de color blanco en la entrada mientras le dedicaba una sonrisa burlona.

- Imagínate olvidar tu paraguas en la casa de tu amigo en plena temporada de lluvias - Le retó tendiéndoselo, mientras el pelirrojo sacaba su chaqueta del uniforme de su maleta para mínimo tener algo no-mojado sobre su cuerpo que probablemente llegaría a la hipotermia.

- Mi mamá me dijo lo mismo.

- Siempre me agradó tu mamá.

Aunque no compartían grado, caminaron juntos hacia los salones, pues no quedaban muy lejos después de todo.

- Un pajarito me contó que te estás haciendo amigo de Johnny - Finalmente habló Mark, sacándose las ganas de contarle el chisme a alguien del pecho.

- Ah, sí. Es más agradable de lo que parece, increíble que me diera cuenta después de pegarle dos balonazos - Yuta, como siempre, le restó importancia. Obviamente había estado asustado del mayor como todo el mundo, pero no podía estarlo por siempre, especialmente cuando le había tratado como un caballero a una dama en el siglo XX.

- ¿Agradable? Eso suena a un mito, los de mi año mantienen diciendo que sería incapaz de ser amable con alguien.

- Eso suena muy mal, pero te juro que ha sido un completo sol de verano conmigo... - Iba a continuar un "quizá es mentira lo que dicen de él", pero él no estaba 100% seguro de ello, así que lo dejó pasar - No importa, igualmente no sé si volveré a hablarle en poco tiempo.

Mark finalmente se despidió del mayor frente a su aula. En aquel momento, Yuta ni siquiera se dio cuenta de cuando Johnny se le acercó por la espalda y le rodeó por los hombros.

- Yuta, un placer verte aquí - Saludó animadamente - Estás helado.

- Estudio aquí, no sé dónde más podrías verme en este preciso instante - Incluso si se achantó un poco por el contacto repentino, ni siquiera tartamudeó un poco - Y lo sé, me mojé en el camino.

- Mira, póntela - Johnny se quitó la chaqueta de su propio uniforme mientras caminaban al aula de su año, Yuta negó frenéticamente mientras el mayor le ignoraba - Dale, está calientita y seguro te quedará grande.

- Va en contra del código del uniforme ir sin chaqueta - Sentenció Yuta, negándose a aceptar la prenda.

- Va en contra del código del uniforme no tenerlo en perfecto estado todo el día, no vas a ser tú quien me enseñe el manual de convivencia - Insistió, alzando una ceja con incredulidad y una sonrisa ladina.

- Bien jugado, John, ¿cómo podría decir que no ahora?

Resignado, se quitó su chaqueta ya fría y algo mojada y se colocó la de Johnny, sintiendo una mejoría casi inmediata y, aunque nunca lo admitiría en voz alta, disfrutando un poco de la fragancia que desprendía la tela.
Como supuso Johnny, le había quedado un poco grande, pero no era un problema.

- Wow, esto pareció la escena de un drama muy cursi - Se burló Yuta finalmente cuando entraron a su aula, ganándose un par de miradas, pero al final quedando ellos solos en su mundo rodeados de indiferencia - Este es el momento en el que me besas.

- Lo siento, Yuta, pero no puedo besarte en la escuela, eso va en contra del código - Obviamente era un chiste, considerando el tono burlón de Johnny.

- ¿De verdad? - Pero Yuta era un as para arruinar chistes - ¿Dónde dice eso?

- En la página 9, las demostraciones de afecto están prohibidas en la escuela, y menos mal que así es - Una tercera voz se unió a la conversación, y para ninguno de los dos fue un desconocido.

Lee Taeyong, amigo de Johnny, bastante popular, agradable y carismático. Muchos se sorprendían por qué era del grupo del más alto, pero al final era una pregunta que nadie se atrevía a hacer.

- Una lástima, tiene lindos labios - Fue lo último que dijo Yuta antes de tomar asiento, al notar que la maestra llegaba con sus típicas carpetas y marcadores en mano. Estuvo tan concentrado mirando a la mujer que no se dio cuenta del pequeño sonrojo en las mejillas de Johnny, ni la pequeña risa vacilona que le dedicó Taeyong.

"Definitivamente es una lástima, tú también tienes lindos labios" Pensó Johnny tomando asiento, sabiendo que, de no ser por la maestra, lo habría dicho en voz alta y con orgullo.

Ramé ; JohnyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora