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Jin fue arrastrado a un oscuro, pequeño cuarto.
Jungkook ni siquiera se molestó en encender el interruptor de la luz cuando estrelló la puerta detrás de él.Jin podía escuchar el sonido del seguro haciendo clic en su lugar antes de que Jungkook se aproximara a él, casi como una pantera al acecho.
—¿Jungkook? —llamó con cautela.
Jungkook no respondió, aunque Jin podía escuchar su áspera respiración. Y antes de que Jin pudiera formar el siguiente grupo de palabras, fue empujado duro contra la más cercana superficie plana, su cabeza golpeando la pared dolorosamente.
Jin sofocó un gemido. Podía sentir el calor irradiando del cuerpo de Jungkook y vagamente ver sus manos descansando en la pared, en cada lado de su cabeza.
—Tú. Eres. Mío —gruñó Jungkook, su boca aseguraba la de Jin casi con ira.
Este no era uno de los besos gentiles que Jungkook usualmente le daba. Tampoco era uno de esos besos ásperos que bordeaban en la desesperación.
Este era un beso que saqueaba la boca de Jin, alegando posesión de su lengua, succionándola fuerte.
Cuando Jungkook finalmente lo liberó del beso, Jin rápidamente tomó respiraciones profundas. Sus labios palpitaban.
—Jungkook, qué en el…
Las palabras de Jin fueron cortadas cuando los labios de Jungkook descendieron en los suyos de nuevo, su sólido cuerpo moviéndose contra él, frotándose contra la erección que estaba rápidamente formándose.
Jin no estaba en lo de juego rudo, pero parecía que Jungkook sacó perversiones que no sabía que tenía. Posesivo, malhumorado, Jungkook era extremadamente sexy.
—Eres mío —repitió Jungkook mientras bajaba el cierre de los pantalones de Jin y no muy gentilmente le sacaba la polla de su ropa interior ajustada.
Jin gimió ligeramente, con todos los pensamientos de dolor dejándolo cuando Jungkook se dejó caer de rodillas y se tragó a Jin en un profundo movimiento.
—¡Joder, Jungkook! —gruñó Jin mientras su polla rápidamente se llenaba en respuesta al húmedo calor encerrándolo herméticamente.
Jungkook continuó chupándolo, sus manos en las caderas de Jin, previniéndolo de sacudirse en su boca.
Continúo tomando a Jin profundo en su garganta, su boca como una maldita aspiradora trabajando en chupar todos los contenidos de Jin.
—Jungkook —gimió Jin durante una particularmente prolongada chupada—. Me voy a venir.
Jungkook no dijo nada; en su lugar chupó más fuerte, más rápido. Las caderas de Jin se estremecían mientras se venía duro dentro de la boca de Jungkook.
El espeso, cremoso, exquisito líquido de Jin llenó la boca de Jungkook. Tragó cada gota, lamiendo de sus labios las gotas que escaparon de su boca.
Jungkook se levantó y miró a Jin quien aún estaba inclinado contra la pared, su postura dócil, sus ojos cerrados.
Podía sentir su propio grueso eje presionando duro contra el cierre de sus pantalones. Rápidamente se bajó el cierre, sacó su polla y respiró un pequeño suspiro de alivio cuando el aire frío tocó la sensitiva piel.
Jungkook buscó en sus bolsillos traseros por bolsitas de lubricante y condones, sólo para no encontrar ninguno.
—¡Joder! —gruñó, golpeando duro con su mano la pared en frustración. Desde que empezó a salir con Jin, Jungkook había dejado de cargarlos cuando salía, porque ya no buscaba la emoción de las aventuras de una noche en clubs con caras sin nombre pertenecientes a calientes, sudados cuerpos.
Jin abrió sus ojos y aún en la oscuridad, Jungkook podía ver la ligera alarma deslizarse por sus ojos.
Una parte de él quería tranquilizar a Jin, pero se preguntó si estaría mintiendo, especialmente cuando otra parte de él quería tragarse a Jin completo. Jungkook estaba perdiendo el control rápidamente; sus manos sacudiéndose con la intensidad de su deseo.
Jungkook agarró la pretina de los pantalones de Jin, los bajó y quitó en un movimiento rápido. Escupiendo en su mano, cubrió sus dedos y alcanzó alrededor de Jin, buscando la apretada, fruncida abertura antes de insertar dos de sus dedos.
JIn jadeó con la repentina intrusión de los largos dedos de Jungkook en su seco canal.
Memorias oscuras de un hombre que había odiado por la mayor parte de su vida asaltaron su mente, pero los empujó lejos, concentrándose en su lugar con el pensamiento de que este era Jungkook, y nadie más.
Este era Jungkook, el hombre que amaba.
Los dedos cubiertos de saliva aún no eran lo suficientemente resbalosos y Jin sintió la ligera quemadura mientras se empujaban más profundo dentro de él, estirándolo, buscando el manojo de nervios que lo harían…
—¡Oh joder, Jungkook! —gimió Jin en voz alta mientras uno de los dedos de Jungkook frotaba sobre su próstata, causándole a su blando pene crisparse y endurecerse.
Jungkook removió sus dedos del agujero de Jin, escupiendo en sus manos de nuevo.
Volvió su atención a su propia abandonada polla, la cual se estaba meneando en el aire. Jin observó cómo Jungkook cerraba sus ojos, cubriendo su polla con su propia saliva, moviéndola abajo y arriba.
Jungkook le dio una última caricia hacia arriba antes de abrir sus ojos, fijándolos en la cara de Jin.
Agarrando a Jin por las caderas, Jungkook lo alzó contra la pared, golpeando la espalda de Jin contra la dura superficie. Las grandes manos de Jungkook ahuecaron el culo de Jin mientras la punta de su polla golpeaba cerca de su hendidura, buscando la entrada.
—¡Joder! —siseó Jungkook mientras empujaba más fuerte a Jin contra la pared, una mano guiando su polla a su agujero. Jin sintió el toque de la ancha punta afuera de su agujero antes de que Jungkook embistiera dentro de él en un apresurado golpe...
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Can't forget you.
RomanceKim Seokjin tiene el sueño de convertirse en un músico y compositor exitoso pero los sueños no siempre son fáciles de cumplir. A veces, primero debes ser camarero. Jeon Jungkook, la sensación del momento y estrella favorita de Hollywood. No le gusta...