Capítulo 2.🌙

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Jeon Jungkook, dos veces ganador del Premio de la Academia por mejor actor y una vez nominado al premio de la Academia por mejor director, estaba aburrido. Aquí estaba, aún atendiendo otra fiesta en el West Hollywood.
Si no fuera por el financiamiento que necesitaba para su siguiente proyecto, estaría en la cama con su actual niño juguete.

En lugar de eso, estaba charlando con inversionistas potenciales. Había planeado hacer una salida prematura, pero esa idea se volvió discutible después de que uno de los meseros, Jin, atrajo su atención momentos antes. Oh, sí, Jin era lindo, con su corto cabello rubio y ojos almendrados, pero lo que más atrajo la atención de Jungkook fue la mirada de desdén apenas disimulada en su cara.

Era intrigante como el hombre trataba de disfrazar sus verdaderos sentimientos para con la multitud ante él, pero fallaba miserablemente en el intento. En un mundo donde la mayoría de la gente mentía sin parpadear y las emociones eran fácilmente disimuladas detrás de máscaras, Kim Seokjin sobresalía con claridad.

Jungkook cruzó el cuarto y se puso detrás de él. —Me estás evitando.

Jin saltó, casi derramando el contenido del coctel que sostenía. —¿Señor?

—Me está evitando, señor Kim —repitió Jungkook.

—Estoy haciendo mi trabajo, señor Jeon — Jin regresó a colocar más cocteles en su bandeja.

—Sí, ya lo veo. Pero cada vez que trato de caminar hacia ti, te retiras en la otra dirección. —Jungkook se movió más cerca detrás de Jin, susurrando en su oreja—. Uno nota estas cosas después de que pasa más de tres veces.

Jin tembló ligeramente antes de volverse a encarar a Jungkook y mirarlo directamente a los ojos. —Mira, Jungkook, estoy seguro de que haces esto todo el tiempo. Recoger hombres en las fiestas. Pero no estoy interesado, ¿de acuerdo? Tan solo estoy tratando de llegar a fin de mes con las ganancias de este trabajo. Así que si tan solo pudieras dejarme hacerlo, por favor, lo apreciaría.

—Al contrario, Jin, raramente recojo hombres en las fiestas. Normalmente ellos me invitan a mí. —El tono de Jungkook no mostraba rastro de arrogancia. Estaba constatando un hecho, su confianza de varias propuestas de ambos sexos—. Y no digo sí todo el tiempo. ¿Te gustaría que te desmintiera de tu mentira? —Jungkook se desplazó más cerca aún, dejando una pulgada entre ellos, antes de soplar suavemente dentro del oído de Jin.

—Uh, Jungkook … —Jin parecía que estaba armándose de valor para decir no de nuevo, pero Jungkook colocó su dedo en los labios del más joven.

—Jin, nunca digas lo que no quieres decir. Mira a todas estas personas alrededor de ti. Más de la mitad de ellos son infelices con sus vidas porque se mienten a ellos mismos.

—¿Y tú no? —la ceja de Jin se arqueó.

—Trato de ser tan honesto como me permiten en Hollywood. —Jungkook le sonrió, pero el gesto mostraba poca diversión—. Y justo ahora tengo que hablar con los peces gordos, aunque yo preferiría estar coqueteando contigo. Volveré después. —Guiñó antes de dejar a Jin.

Al hombre sí parecía gustarle guiñarle, pero Jin nunca tuvo la oportunidad de hablar con Jungkook de nuevo después de eso.

Fue relegado a ayudar en la cocina después de que uno de los ayudantes de cocina se lastimó. No supo si se sintió decepcionado o aliviado. Tal vez era una mezcla de ambos. Jungkook era un apuesto seductor, y Jin sabía que solamente sería una aventura de una noche si hubiera decidido aceptar las insinuaciones de Jungkook.

Sin embargo hubiera sido tentador ser la aventura de una noche de una estrella de cine, especialmente si esa estrella de cine era alto, oscuro, y apuesto, Jin se creía mejor que eso. No sería la aventura de una noche de nadie, ni siquiera si ese alguien era Jeon Jungkook.

Mientras Jin caminaba hacía su salida de la cocina después de completar el último de sus deberes, pasó por el piano de cola en el salón de actos y no pudo resistir tocar las teclas.

Se preguntó cuánto tiempo había pasado desde que tocó el piano y no pudo encontrar respuesta excepto que había sido hace jodidamente mucho tiempo. Jin inspeccionó el área alrededor de él y notó que estaba realmente solo. Decidió que tocar una canción no le haría daño. Al menos curaría un poco su turbada alma.

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Jungkook había subido a su cuarto de hotel después de que Jin aparentemente desapareciera de la fiesta. Había buscado alrededor, pero no pudo encontrar al hombre rubio, así que se había disculpado y se fue más temprano de lo que planeó.

Pero un sentimiento persistente, similar al que una vez le dijo que aceptara un papel en una película de bajo presupuesto que lo hizo ganar un Oscar, hizo que bajara al salón de actos de nuevo.

A través de las puertas ligeramente abiertas, Jungkook pudo ver que las luces estaban apagadas; estaba a punto de irse cuando escuchó los sonidos del piano al ser tocado. Caminando lo más silenciosamente posible dentro del cuarto, fue recibido con la vista de Jin, sus ojos cerrados, largos dedos moviéndose hábilmente por las teclas del piano.

Pudo ver la ligera sonrisa y el puro abandono reflejados en la cara de Jin. Ahora sabía que una de las debilidades de Jin, y también una de sus fuerzas, era la música. Cuando Jin terminó de tocar su pieza, Jungkook no pudo evitar aplaudir en apreciación.
Incluso para sus inexpertos oídos, las habilidades de Jin con el piano eran mejor que el promedio.

—¡Demonios! —Jin saltó fuera del taburete del piano, casi cayéndose en el proceso—. ¿Jungkook?

—Siento asustarte. Pero definitivamente no lo siento por escucharte tocar. Eso fue asombroso, Jin.

Las mejillas del hombre se sonrojaron ligeramente en la oscura iluminación. —No era nada.

—Era algo. No te vendas barato. —Jungkook se movió más cerca a donde Jin estaba parado—. Tuve que regresar por ti.

—¿Por qué? —preguntó Jin.

—No lo sé. —respondió honestamente Jungkook —. Tú me intrigas. Y luego… está esto… —Jungkook rozó el labio inferior de Jin con sus dedos, haciéndolo estremecer visiblemente.

—Jungkook … No debemos. Yo…

—Shhh, Jin. No pienses. Sólo siente.

Jungkook lo besó ligeramente en los labios, separándoselos ligeramente. Cuando Jungkook tocó su lengua con la de Jin, profundizando el beso, Jin gimió.

—Llevemos esto a mi habitación.

—¿Voy a ser tan solo un barco más en la noche para ti, Jungkook? —Jin ladeó su cabeza un poco mientras un indicio de tristeza parpadeó en sus ojos.

—¿Qué tal si lo descubrimos? —Jungkook ofreció su mano.

Mientras Jin colocaba su mano tentativamente en la más larga de Jungkook, tan solo pudo asentir en silencio.

Pensó para sí mismo que aún si él y Jungkook fueran dos barcos pasando en la noche, se aseguraría de que Jungkook lo recordara. Porque Kim Seokjin no quería ser el recuerdo fácilmente olvidado de Jeon Jungkook.




Can't forget you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora