Capítulo 22.🌙

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Jungkook se sentó en uno de los taburetes de respaldo alto, sus codos descansando en la encimera de mármol de su mesa isla mientras esperaba que se cociera la lasaña.

Sí, tal vez las siete de la mañana era demasiado temprano para lasaña, pero Jungkook no podía dormir después de la depresión nerviosa de Jin.

En su lugar cocinó para mantener su mente fuera de problemas hasta que Jin despertara. Ahí había una conversación que necesitaba ser sostenida, una conversación que no esperaba con ansias. Su corazón se sentía pesado con el pensamiento.

Cuando escuchó la puerta de su recámara abrirse, vio a Jin arrastrar sus pies a través de la sala a la puerta.

Estaba a punto de llamar a Jin, para preguntarle a donde iba cuando finalmente notó la presencia de Jungkook que estaba sentado a la mesa de la cocina.

La mandíbula de Jin se cayó y apenas si logró tartamudear unas palabras.
—T-tú… tú…estas aquí.

—Sí, lo estoy. ¿Esperabas que estuviera en algún otro lugar? —Jungkook se levantó y extendió sus brazos ampliamente, esperando que Ian fuera a él.

Jin se quedó paralizado en el lugar antes de que fuera corriendo hacia Jungkook, arrojándose en sus brazos.

—Jin, shh… está bien, bebé. Estoy aquí. Te tengo, ¿está bien? Te tengo. —Jungkook susurró en la oreja de Jin, sosteniendo a su amante estrechamente en sus brazos.

—Yo… yo pensé que te habías ido —medio sollozó Jin.

—No voy a ir a ningún lado. Te amo —dijo Jungkook suavemente—. Pase lo que pase, siempre te amaré.

—¿Me amas? —Jin miró dentro de los rebosantes ojos de Jungkook.

—Sí, lo hago. Y quiero matar a ese bastardo que te lastimó…

—Shh. —Jin colocó un dedo contra los labios de Jungkook —. Él casi arruinó mi vida. No lo dejaré arruinar este momento.

—Limpió la lágrima que se había deslizado del ojo de Jungkook, acariciando la mejilla de Jungkook gentilmente—. Te amo, Jungkook. Te amo tanto —dijo Jin, su voz ronca por la emoción.

Jungkook besó a Jin tiernamente en los labios mientras lo jalaba más cerca. —Te amo, también, bebé. Pero… pero aún tenemos que hablar de eso.

Hin se movió para alejarse, pero Jungkook lo sostuvo.

— Sé que duele, bebé. Pero tenemos que hablar de eso. Tal vez no hoy. O mañana. O inclusive años a partir de ahora. Pero quiero que sepas que estaré aquí para escuchar. Y no me voy a ir a ningún lado.

Jin miró dentro de los ojos de Jungkook como si midiera su sinceridad.

—Promételo, Jungkook. Promete que no irás a ningún lado.

—Lo prometo —dijo Jungkook, diciéndolo en serio, rezando que el destino lo dejara cumplir su palabra.

—No te estoy diciendo esto para hacerte sentir que tienes que decirme lo que pasó. —Jungkook hizo una pausa—. Te estoy diciendo esto porque quiero que sepas sobre mi pasado, también.

—Jungkook ….

—No, Jin, déjame terminar. No he hablado de esto en años así que sólo déjame hablar.

Jin asintió, eligiendo mantenerse callado mientras Jungkook buscaba palabras.

—Cuando tenía dieciséis, me emancipé legalmente de mi padre —dijo finalmente—. No he visto al viejo desde entonces.

Encontró revistas de chicos desnudos en mi cuarto. Y no estaba feliz, por decir algo, de que su único hijo era gay.

—Jungkook resopló amargamente.
Jin apretó la mano de Jungkook alentadoramente antes de que pudiera continuar.

—Me dio una paliza por esas revistas. Estuve en el hospital por dos semanas. El doctor dijo que pude haber muerto…

—¡Jungkook! —jadeó Jin.

—No, bebé, déjame terminar. Fui golpeado por ser gay por mi propio padre. Pero se detuvo cuando mi abuela lo descubrió. Me llevó lejos de él. Y después de eso… después de eso, corté todos los lazos con él.

—¿Qué sobre tu madre, no hizo nada?

—Jin casi resopló con la ironía de preguntar tal pregunta. Su propia madre lo había abandonado después de descubrir la verdad.

—Nunca conocí a mi madre. Se fue cuando era aún un bebé —dijo Jungkook despreocupadamente, su voz desprovista de cualquier sentimiento, como si hubiera aprendido hace mucho tiempo a poner el pasado atrás de él—.

No me tengas lástima, Jin. Sólo tengo buenas cosas en mi vida ahora. Te tengo a ti.

Tú eres tan fuerte, ¿sabías eso? ¿Tienes alguna idea de lo fuerte que eres? — La voz de Jungkook se rompió.

—Joder, Jin, tú eres tan fuerte. Y yo te amo tan malditamente tanto.

Jin giró en los brazos de Jungkook, poniéndose cómodo en su regazo, sus piernas colgando de un lado del sillón, sus brazos entrelazados alrededor del cuello de Jungkook.

—Te amo tan malditamente tanto, también, Jungkook. —Jin sonrió suavemente.

—Siempre. No importa que. Hasta que la muerte nos separe.
—¿Hasta que la muerte nos separe? ¿De verdad, me está pidiendo que me case con usted, Sr. Jeon? —Jin rio, tratando de hacer luz del problema aún si su corazón latía más rápido con la posibilidad de casarse con Jungkook.  

—¿Y que si lo hice? —preguntó Jungkook seriamente.

Jin lo miró, pensando su respuesta en su mente, sabiendo lo que tenía que hacer antes de que pudiera responder la pregunta.

—Entonces tendría que contarte que pasó exactamente en mi pasado.

—Jin, no….

—Sí, Jungkook. Es mejor si lo saco de mi pecho ahora. Gracias por decirme sobre tu pasado. Sé que fue difícil.

—Aún si Jungkook no le había dado detalles específicos, había confiado en él lo suficiente para confiarle sobre partes de su vida que nadie más sabía.

Ahora Jin tenía que hacer lo mismo y esperaba que para el final de esto, Jungkook todavía se quedara a su lado.

Can't forget you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora