Café

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Narra Darío:

Quiero que esto termine.
No quiero estar así, no quiero seguir con esto.
De nuevo tengo ganas de llorar, pero no lo haré delante de Joaquín.
Debo mantenerme fuerte, aunque después llore como loco:

- "Darío yo, no sé cómo decirlo..."

- "Oye, estoy cansado, quiero dormir, te puedes apurar?"

- "Yo no puedo estar sin tí Darío. Yo te amo demasiado, esperé años para que pudiéramos estar juntos y ahora se echó a perder por esto.
Sé que es mi culpa, pero por favor perdóname!.
Amor, estabas durmiendo, recién despertaste...
Darío, no sé cómo he agüantado todo este tiempo sin tí, te echo de menos, extraño tenerte cerca, tu voz, tu olor, tu forma de caminar, de reírte, tu sarcasmo, te ceño fruncido...
TODO Darío.
Darío?
Tu... aún me quieres cierto?" - se para cerca del escritorio y se acerca, pero yo me retraigo -

- "La verdad es que ya no sé si te amo Joaquín.
Ahora me puedes dejar solo? Quiero dormir."

- "Pero Darío..."

- "Joaquín déjame solo!."

Narra Joaquín:

Salí por la ventana con la cara empapada en lágrimas, sin una respuesta de Darío.
Quiero morirme, ya no quiero existir si no estoy con él.
Quiero que todo el mundo se vaya a la mierda!
Quiero estar solo.
No sé qué pensar, me siento ahogado, tengo una pena que no soy capaz de soportar.
Lo único que pude hacer después de eso, fue encerrarme en mi habitación a llorar.
Estuve así mientras pasaron las horas, los días, las semanas, y los meses.
Las vacaciones se acabaron y entré a la Universidad a estudiar Tecnología Médica. Darío...
El siempre sintió atracción por la Psicología.
Y tiene aspecto de psicólogo, por dentro y por fuera.
Siempre fue muy analítico, demasiado perceptivo, me sacaba las verdades sin que yo se las dijera, y veía más de lo que se podía captar.
Lo que siento por Darío aún no atenúa, eso me duele, siento un vacío que no he podido llenar.
Llevo tanto tiempo con esta tristeza, que intento quitarla con alcohol.
Lástima que solo dure un rato, y que el ya no me quiera.
El mundo fue construido para dos, y sólo vale la pena vivir si alguien te ama...
Mi mundo es Darío, pero no sé si me quiere.
El Cielo era un lugar en la Tierra con él.
Pero me encuentro en el mismísimo infierno...
Valentina está más gorda y molesta que nunca.
Viene seguido a Chile, no sé de dónde saca la paciencia para viajar tanto.
No sabemos qué nombre ponerle a nuestra hija...
Sí, será mujer, justo lo que esperaba.
Estoy feliz de ello, pero me causa curiosidad que Valentina no esté tan contenta como yo de tener un hijo.
Estamos a 5 semanas del parto, es Jueves por la noche y con Valentina estamos en el parque que está cerca de mi casa, conversando sobre nuestra hija.
A ella no parece importarle mucho, pero en el transcurso del tiempo me acuerdo de Darío.
Han sido meses, muchos meses;
quiero verlo, quiero llorar, pero no puedo hacerlo porque estoy con Valentina y me verían todos, qué vergüenza. En fin.
Mejor me concentro en mi hija.

Narra Darío:

Al parecer he estado mejor. Paulatinamente.
Han pasado los meses y mi comportamiento antisocial ha disminuido considerablemente, aunque los medicamentos no los he dejado.
En la Universidad, hay un chico que me gusta desde principio de año, se llama Ricardo y es muuuy lindo.
Es alto, de pelo castaño claro, tez blanca y ojos celestes, son casi blancos de tan claros.
Además es inteligente y por lo que he visto, es muy simpático, aunque con un carácter un poco difícil debo decir.

Él...
A lo mejor soy paranóico, pero lo he visto varias veces mirándome en clases.
Se sienta en un rincón de atrás del salón, y cuando lo pillo desprevenido aprovecho de mirarlo, pero parece que se da cuenta y me mira de vuelta, ahí es cuando me volteo velozmente para disimular, pero no me resulta muy bien.

Cosas de HombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora