Eran alrededor de las 8:30 de la mañana; el día simplemente no podía ser más hermoso, el cielo era azul y estaba despejado en su totalidad, los ruiseñores cantaban una bonita canción y el sol resplandecía haciendo que los cabellos de Tsukishima brillaran como el oro y los diamantes, además, el clima era cálido con una agradable brisa, sin duda era la primavera perfecta.
El sacerdote rubio, se levanto tan temprano como siempre, pues aquel día era domingo y tenía que preparar las cosas para la celebración de misa. Tras salir de su habitación y hacer una oración para agradecer otro día más de vida, comenzó con los preparativos haciendo que con el ruido de sus pasos se despertarán los demás religiosos y las monjas del convento.
-Buenos días padre Tsukishima - dijo Hinata con un bostezo - ¿Ya esta preparando lo que necesitará en misa?
-Buenos días, ya estoy preparando lo de misa ¿por qué?
-¿Quiere que le ayude con algo?
-No, pero gracias - hablo amablemente el rubio
-Dice que le estorbas y que no te necesita - hablo Kageyama que salía de su habitación, pues su intención era molestar al más pequeño
-¡Tu cállate Kageyama! - grito molesto el de cabellos naranjas
-Por favor, no se peleen - hablo Tsukishima deteniendo su discusión, pues recordó la advertencia del obispo de evitar que esos dos pelearan
Ambos jóvenes sacerdotes detuvieron su pelea y fueron a hacer sus respectivas labores eclesiásticas. Tsukishima siguío con los preparativos de su celebración dominical, hasta que salió de su cuarto su amigo pecoso dandole los buenos días.
-¡Buenos días Tsukki! - hablo alegre Yamaguchi
-Buenos días Yamaguchi - hablo sereno Tsukishima, pues al ser amigos de la infancia...eran los únicos que se decían por su nombre
-Veo que ya preparás tu misa, ¿quieres que te ayude?
-No gracias, ya voy a terminar, solo te dire cuando todo este perfecto para que vayas a tocar la campana de la cúpula - dijo el rubio que no apartaba la vista de su trabajo, algo que siempre carácterizo a Tsukishima era su perfeccionismo en las misas
-Esta bien, oye... - dijo el pecoso tratando de hacel plática con Tsukishima, pues Yamaguchi al ser parte del confesionario se enteraba de todo lo que pasaba en las calles del pueblo
-Dime - hablo Tsukishima sin dejar de hacer sus preparativos, pero aún así siempre escuchaba a su amigo
-Escuche por parte de la madre Kiyoko que alguien nuevo llego a la comunidad - dijo el pecoso en tono de chisme, ~Yamaguchi es peor que señora chismosa~ penso Tsukishima.
-¿A sí? no lo sabía ¿quién es? ¿cómo se llama? - dijo Tsukishima sin mucho interés
-No lo sé, solo me dijo que era un millonario perteneciente a una familia católica, pero al parecer no se sabe nada de él desde que llego ayer por la madrugrada
-Ya veo... - dijo el rubio sin más que agregar a la conversación - bueno, ya terminé...Yamaguchi puedes ir a tocar la campana por favor, ya voy a comenzar la ceremonia
-Esta bien - dijo el pecoso llendo a pasos acelerados hacía la cúpula
Aunque Tsukishima le daba un poco de curiosidad saber quién era el nuevo integrante del pueblo, no le causaba mucho interés, pues no era la primera vez que alguien llegaba de la nada a la comunida; pero era millonario y seguramente era alguien importante o que provenía de una familia de buenas costumbres.
ESTÁS LEYENDO
Que Dios me perdone
FanfictionTsukishima Kei es un sacerdote bastate querido en su comunidad, pues su amabilidad y buen corazón lo han hecho ganarse el cariño y el aprecio de su pueblo. Sin embargo, la vida de este cordero de Dios cambia radicalmente después de la llegada de un...