Miércoles

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Volví al bosque: misma hora, mismo lugar. No sé qué buscaba en realidad. O tal vez solo pretendía recordar. Pero es que aquello fue algo que no esperaba, y no estaba acostumbrado a lo impredecible; el pueblo siempre se movía como si debajo de él hubiera un enorme mecanismo robótico, nada muy tecnológico, pero útil para durar años y años, como un gran armatoste viejo. En el micro mundo que vendría a ser mi casa me sentía atrapado en un bucle atemporal; lo rutinario y monótono lo caracteriza muy bien. Aunque pienso que no solo se trata de eso, sino de algo peor, algo que me cuesta explicar desde la razón, y que los sumerge a todos en una conciencia mediocre, como si nadie buscara nada más allá de sus narices, como si no tuvieran un instinto que los impulse a amar la vida y a querer vivirla sin reservas.

De ello me daba perfecta cuenta cuando hablaba con Allan y con Víctor... Bueno, no es que ellos fueran del todo así, por eso eran lo más cercano a una amistad que tenía, es que cuando les preguntaba qué pensaban de todo esto o qué pretenden hacer de sus vidas es como si no supieran qué responder, como si todo les diera igual; ser una cosa u otra, vivir aquí o allí, formar una familia o no... si, también considero que soy fácil de irritar, mi nivel de tolerancia no ha llegado muy lejos, pero tengo firmeza en mi opinión, tengo ideales (no muy bien definidos, pero están ahí), o al menos me harto de las cosas. No sé.

Nada. Todo era normal en el bosque esa mañana. Decepción. Por lo menos estar ahí me sacaba de las trivialidades de la vida. El profesor de física me pidió que participara de la feria de ciencias, dado mi trabajo en clase, que calificó como "sobresaliente" ¿O sea que lo eligió porque se destacó de entre los demás, no porque fuera bueno por sí mismo? La verdad no me gusta la exposición y no estoy interesado en nada relacionado a las competencias, no puede haber nada más que sea tan frívolo y vanidoso. No me interesan las calificaciones, o "sobresalir".

Hoy supe los detalles de la desaparición del mecánico. Me siento abrumado por lo que llegué a pensar. Al parecer, la mañana del domingo había salido de su casa hacia el taller (los domingos solo trabajaba hasta el mediodía si tenía mucho trabajo), pero no había regresado a almorzar como siempre que lo esperaban su esposa e hijos. A la tarde, su esposa algo enojada por pensar que priorizó el trabajo lo fue a buscar, ya no estaba. Volvió a su casa para esperarlo ahí, puesto que si había ido a la calle principal por algún repuesto volvería directo a la casa, como solía hacerlo, pero no. Por eso es que ese mimo día lo reportó al comisario, pariente lejano suyo y comenzaron una búsqueda aunque tranquila y ya para el lunes todos sabían que Rómulo misteriosamente había desaparecido. Mi mente unió esos hechos con el domingo a la mañana en que yo me escapé al bosque; sabía que esa luz que me había encandilado debía significar algo, ciertamente era algo, no lo imaginé. Una extraña luz y una desaparición. Tal vez fui testigo y no lo supe hasta ahora.
Debo mantenerme alerta, es todo lo que puedo hacer. Sería en vano contarle esto a la policía; qué les diría, ni siquiera sabía de dónde provenía la luz. Por otra parte, tampoco le creerían a un chico como yo.

Diario de MorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora