Registraré una vez más lo que he vivido, pero esta vez lo hago con gran pesar. Luego de los anteriores sucesos puedo decir que no soy la misma persona, lo digo con un tono realmente grave y no como un adolescente sufriendo una crisis existencial. Todo lo que creía saber sobre la vida en general se ha difuminado, incluso creo haber perdido mis ideales, mis motivaciones.
Hoy he visto a un hombre muerto. Era Rómulo, el mecánico, desaparecido el anterior domingo a la mañana, hace siete días. Todo ocurrió de la siguiente manera: fui al bosque por mi propia cuenta, o al menos creo que fue así (a esta altura no doy nada por seguro, ni siquiera mis propias acciones), caminaba con lentitud, paso por paso, y vi de lejos, como a 50 metros, una figura que no reconocí, a los segundos de apresurarme noté que se trataba de alguien tendido boca arriba en el suelo, y debo agregar que me costó reconocer que se trataba de Rómulo (no lo había visto de cerca ni tres veces), pero luego, al observar su vestimenta, y descripción general que había leído en el diario, caí en la cuenta de que era efectivamente él. Su cuerpo estaba intacto, es más, parecía que había muerto sólo hace pocas horas, pero no me animé a tocarlo para comprobar si aún seguía tibio. Se veía como dormido nada más.
Ahí no terminó todo. Fui a la comisaría a reportarlo como lo haría cualquiera en mi situación. Acompañé a la policía al lugar y unos minutos después llegaron los forenses también.
Creí que ahí terminaba mi responsabilidad de vecino ejemplar, pero volvieron a llevarme a la comisaría para hacer declaraciones. Querían interrogarme; saber qué hacía en el bosque, si conocía a Rómulo, cómo di con el lugar específico dónde se encontraba el cuerpo, dónde vivo, quiénes son mis padres, mis amigos, qué notas tengo en la escuela, y muchas otras preguntas que no se relacionaban ni con ese día ni con esa persona, sino conmigo solamente. Al final, llamaron a mi papá para que viniera a buscarme y, supongo, notificarle la situación que su hijo, menor de edad, había vivido.¿Quién habría sido capaz de tal crimen y por qué? ¿Para qué matar a un hombre y luego dejarlo como desecho? Ni siquiera habían pedido dinero a cambio de él, tampoco habían rastros de haberle extirpado sus órganos para venderlos... ¿Y si fue una Vendetta?... Aunque el cuerpo no presentaba signos de violencia. Tales misterios se elevaban ante mí al final del día. Pero muy en el fondo de mis reflexiones, como si no quisiera ni considerarlo hasta ahora porque se aleja de la mismísima razón, hay una sospecha sobre algo que pudiera escaparse a todo lo conocido, y, claramente, se vincula con la luz incandescente que vi.
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Diario de Morris
Science FictionTodo aparentaba estar bien en el pueblo hasta que algo raro sucede cerca de la casa del protagonista. Cual detective, él intentará esclarecer los hechos por medio de la deducción. Pero como un círculo vicioso todo lo conducirá hacia su destino... En...