Viernes

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Enumero los acontecimientos desde el domingo que podrían llegar a tener relación (me niego a pensar que son simples elementos inconexos): el fenómeno del bosque, la desaparición de un hombre, una anomalía biológica en los animales, interferencias electrónicas. Estos últimos dos los pude confirmar hoy.

Luego de la escuela llevé a Banshee al veterinario, tal como ya le había dicho a varios antes de mí, me dijo que no sabía la razón del malestar; no sabía explicarlo desde la ciencia, era una especie de depresión colectiva, pero tampoco quiso reafirmar sus propias palabras. Nos quedamos en silencio los dos, excepto que en mí crecían ciertas sospechas mencionadas y en él, aparentemente, cierta antigua fe negada pero renacida; lo atribuyó a una raras presunciones de la astrología occidental, por lo que no le presté mucha atención. 

Con respeto al último suceso, sé lo que todos saben: que hay interferencias en la señal televisiva, de lo que soy testigo presencial, y en transmisiones radiales. 
El pueblo es chico y todo se sabe. Pero nadie lo toma como algo extraordinario, nadie busca una causa, una explicación, sino que, al igual que el veterinario, lo subordinan a algo trivial de lo que no saben entonces no se atreven a opinar. Yo, en cambio, me siento desorbitado, es fantástico que por primera vez las cosas se salgan de lugar y necesito saber qué sucede detrás de todo esto.

Diario de MorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora