𝘗𝘳𝘰𝘭𝘰𝘨𝘶𝘦

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Sentía lágrimas frías caer sobré mis mejillas, lloré como nunca. Me habían arrebatado mi opinión sobré el matrimonio. No podía creer que mí madre había dejado que mi padre haya tomado tal decisión, nisiquiera era suya, era mí decisión.

-¿Lisa, estás bien?- escuché la voz de mí hermana Roseanne a mis espaldas. Limpié mis lágrimas rápidamente, y alise mí vestido.

-Mamá dice que te alistes, pronto será la boda.-Sentí su mano en mí mejilla, acariciando esta suavemente.-No llores, no me gusta verte así. Sí realmente no quieres, deberías decirle a papá. No pueden obligarte a contraer matrimonio cón esa bestia.

-Sí pueden, son mís padres. Y no creó que hablar cón papá sea buena idea. Se enojaria demasiado si le dijiera tal cosa. Tengo que hacerlo-Susurre y acaricié su cabello anaranjado.-Es por nuestros bien, ahora ve cón mamá y dile que ya estoy lista.

Sentí un nudo en mí garganta, odiaba a mí padre. Él no tenía sentimientos, no sabía cómo me sentía yo. Yo pensaba casarme cón el hombre que yo amará y que me quiziera. Pero ni para eso me dieron elección. Eran unos monstruos sin corazón, claro que iba a esperar, eran mafiosos. Sólo se preocupaban de ellos mismos. Los odio.

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Mientras bajaba las escaleras colgada del brazo de mí padre. Pude verlo a él. Cón su sonrisa malvada y de conejo. Por suerte tenía el velo que ocultaba mis lágrimas.

-Recuerda no defraudarme, y ser buena esposa. Obediente y fiel.- susurró mí padre a mí costado derecho.

-No lo haré.- dije con un tono secó.

Podria haber escapado cuándo estaba en la habitación. Pero ahora, estoy perdida. Cón la familia Jeon tras de mí, ya no podía. Se armaría la guerra, y habría matanza por mí culpa.

Mí corazón estába acelerado, mís manos estában temblando. ¿Qué me pasaba? Nunca había sido tímida con un hombre, la cosa era, que no era cualquier hombre, no. Él era Jeon Jungkook, Mafioso profecional. Realmente me da miedo, me intimida con su mirada.
Cuándo puso el anillo en mí dedo, estába que me desmayaba.

Quería escapar, correr, huir
Pero era demaciado tardé para eso, era demasiado tardé para 𝐻𝑢𝑖𝑟. ¿Por qué yo? ¿Por qué no mí prima Irene? Se que suena egoísta, pero ella era mejor que yo. Lo único malo era que yo era mayor que ella, sólo por 1 año.

Estába a punto de casarme con el magnate. Para unirme cón el, como otras parejas lo hacén. Pero no éramos como cualquier otra pareja, no. Las otras parejas contraen matrimonio por amor, pero nosotros no. Fui obligada a casarme cón este magnate poderoso.

Pude ver en sus ojos satisfacción, lo estába disfrutando. Disfrutaba sentir mí miedo, mí vergüenza, mí nerviosismo. Sabía que cuándo puso ese anillo en mí dedo, su intención era clara.

El anillo sólo era una prueba de que iba a ser suya, era un testimonio. Sus mano fuerte sostenía mí cintura, gracias a eso, no me caí. Sabía que si me soltaba, caería al suelo. No podía hacerle esto a mí familia. No podía hacerle esto a Roseanne. Mí pequeña hermana, no muy pequeña diría yo. Era un poco menor que yo. Tampoco podía hacerlo esto a bambam mí pequeño hermano, no. Ellos son mi vida, mí mundo.

Sentí mis ojos húmedos, no podía demostrar debilidad. Lo usarían en contra de mí padre, en contra de mí familia. Los Manoban nos destacamos por ser fuertes, no débiles. No demostramos debilidad. Pero yo era una chica, ¿Cómo podían pedirle a una chica no llorar cuando la separarán de sus hermanos? ¿Qué clase de padre tengo?

Sabía cómo eran ellos, no tenían corazón. Eran unas bestias. Viví con ellos toda mi vida, viví con gente como ellos. No tenían compasión hacían lo posible para salvarse.

Matrimonio; Unión de dos personas mediante determinados ritos o formalidades legales y que es reconocida por la ley como familia.

Estába condenada a ser presa de jeon jungkook. No podia escapar de él. No quería saber que venía después de esto. Solo quería que se terminara de una vez.

-Puede besar a la novia.-Dijo el cura sacándome de mis pensamientos.
Sin darme cuenta, jeon se agachó unos centímetros, claro. Era mucho más alto que yo. Parecía un gigante, un gigante intimidante.
Su sonrisa de lado me daba escalofrío, sus ojos penetrantes miraban atentamente los míos. Tomó mi mandíbula, acercándome a él. Sentía que iba a llorar.
Estampó sus labios contra los míos, con fuerza. Con control tomo los míos, el era el jefe. El mandaba.

Escuché gritos y aplausos detrás de mí, sentí mís mejillas arder. Tenía vergüenza, nervios. ¿Por qué sentía unas mariposas en mí estómago?, No. No lisa, no puedes sentir algo por alguien quien te arrebato casarte con otra persona. No podía sentir algo por esta bestia.

Cuándo sentí que se estába alejando, estaba por ir a los brazos de Roseanne. Pero su mano en mí cintura lo impidió, me apego hacia su torso fuertemente, y se fue acercando a mí oído, con esa sonrisa que tanto odiaba.

-Ahora me perteneces, lisa. Eres mía.-dijo en un susurró. La piel se me erizo, y ahí fue cuando supe, que no podría escapar de las garras de esta bestia. No podía escapar de este monstruo.

Me había marcado como suya. Ya le pertenecía, estába perdida. Ahora solo tenía que afrontar lo que venía por delante, tenía que afrontar la realidad.

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Destino cruel ¦¦ 𝐿𝑖𝑧𝑘𝑜𝑜𝑘. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora