🔥Sonrisa.

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Palabras: 1086.

Descripción: ¿Qué más podía pedirle Natsu a la vida si lo tenía todo? O bueno, casi todo.

Géneros: Fluff, Romance, Diabetes.

N/A: Leer la nota al final, es importante uwu.

Disclaimer:  Fairy Tail © Hiro Mashima.

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Las estrellas en el cielo resplandecían con más belleza que nunca aquella noche del siete de julio. El sonido de la música y la gente riendo y bailando hacía del momento algo aún más enternecedor. Makarov había insistido mucho en realizar la celebración para sus hijos luego de haber descubierto de la existencia del Tanabata y ahora todo estaba concreto a excepción de la parte más importante:

Los deseos.

Todos los magos colgarían un papel sobre un palo de bambú. En este papel escribirían aquello que más deseaban con todos sus anhelos para después, quemarlas en busqueda de su ejecución.

—¡Natsu!— Happy se acerco con mucha alegría a su amigo, quien se encontraba sentado en el suelo, comiendo un sándwich de fuego ¿Cómo es eso? Ni idea, pero existía.

—Oh, Happy.— Le miro curioso al ver la pequeña hoja de papel que cargaba entre sus patitas. —¿Qué traes ahí?

—¡Mi deseo para el Tanabata!— El exceed movio su colita con mucha emoción. —¡Le encargue a las señoras estrellas que ne trajeran tres docenas de pescados! Espero que se me haga realidad.

El joven rio suavemente ante la pura esencia de su amigo felino.

—¿Tú qué vas a desear, Natsu?

—Nada.— El pelirosa pegó una mordida a su sándwich, recibiendo una mirada de asombro por parte de Happy. —¿Qwuew?

Tiene la boca llena.

—¿No piensas pedir nada, en serio?

—No tengo nada que pedir, creo que en este punto de mi vida tengo todo lo que necesito.— Mencionó con inocencia, apartando por un momento su comida. —Tengo amigos, magia, aventuras, felicidad... ¿Qué más puedo pedirle a la vida?

Ante las palabras extrañamente sentimentales y medio poéticas de Natsu, Happy solo se quedo absorto aunque tampoco era como que fuese a contradecirle o algo así, no después de esa respuesta tan admirable. Le alegraba saber que luego de una batalla tan delicada con declaraciones inigualablemente fuertes acontecida el año anterior, había conseguido madurar —Aunque no lo aparentase— y ahora parecía valorar cada vez más a todos los seres humanos que habitaban a su alrededor.

—¡Natsu! ¡Happy!— Una voz femenina se escuchaba a la distancia y los nombrados, por inercia, voltearon rumbo a la dirección del sonido. No era necesario hacerlo puesto a que el timbre era inconfundible, pero de todas formas atendían la presencia cada vez más cercana de Lucy frente a ellos. —¡En cinco minutos se queman los deseos! ¿Ya los colocaron en el bambú?

—¡Ah, voy! ¡Esos pescados serán míos!— Happy inmediatamente se esfumó con las alas abiertas, dejando a ambos jóvenes solos.

—¿Tú no irás al bambú?

—No tengo ningún deseo que pedir.— Aclaró el pelirosa, recibiendo de Heartfilia una reacción aún más exagerada que la de Happy.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo qué no?! ¡Natsu, debes pedir algo!— Colocó sus manos en sus caderas y agacho levemente su cuerpo para poder encarar al Dragon Slayer como se debía.

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