Al ver como lentamente ese objeto se dirigía hacia mí, por instinto alcé mi brazo para protegerme. La pelota sólo rebotó contra mí, aunque debo admitir que dolió un poco.
—¿Estás bien? — bajé el brazo y vi a Shimizu.
—Eh claro, no me dio en la cara así que estoy bien. — respondí.
—Lo siento, aún no sé sacar. — dijo preocupado un chico un poco más alto que yo con cabello anaranjado y desordenado.
—¡Hinata, estúpido! — gritó un chico alto de cabello negro y el ceño fruncido.
—Oigan tranquilos. Estoy bien no se preocupen. — interrumpí.
La chica se me acercó y se colocó al lado mío, llamó al resto del equipo que observaba desde el centro de la cancha.
—Bien, a pesar de la desastrosa bienvenida quiero presentarles a Yamagawa (Tn), está aquí para ver lo que hago y decidir si le gustaría ser la futura mánager del equipo.
—Al fin pudiste hallar a alguien. — mencionó un chico alto, con cabello café oscuro.
—¿La nueva mánager? es muy linda. — murmuró alguien.
—Bien, te los presentaré. El primero que vez a la izquierda es Yamaguchi, a su lado Tsukishima, le sigue Tanaka, Nishinoya, Kageyama, Hinata, Sugawara el vicecapitán, Asahi, y yo soy Daichi, el capitán.
—Hola soy Hinata Shōyō, y seré la estrella de Karasuno.
—En tus sueños. — respondió un chico con claras intenciones de molestar. Era muy alto, creo que el más alto de todos. Era rubio y tenía lentes con un marco negro ¿cómo se llamaba? ¿Yama...? ¿Tsuki...? ¡Tsukishima! ya recordé.
Me acerqué al chico rubio, me paré frente a él y lo miré hacia arriba. —Eres alto, pero eso no te da derecho a molestar a alguien más pequeño que tú. — tan solo 1 segundo después de que esas palabras salieran de mi boca sentí tanta vergüenza, el chico era demasiado alto, daba algo de miedo y yo era más pequeña que Hinata. Pude sentir su mirada indiferente.
—Tsk. — tan sólo eso respondió para dar media vuelta y volver a la cancha, el chico con pecas a su lado lo siguió. Volví al lado de Shimizu algo avergonzada.
—Yo... lo siento, sentí que debía decir algo.
—Tranquila, después de todo este será tu equipo y debes apoyarlos y no permitir que se hieran entre ellos. — comenzó a caminar. —Bien, vamos por aquí. — mencionó la chica. —Por ahora solo observarás y verás si te gusta el ambiente. Ten cuidado con los balones desviados. — dijo mientras reía.
—Oh, claro. — reía, aunque algo nerviosa mientras tenía una mano detrás de mi cuello. Pude ver cómo dos chicos la miraban, era uno pequeño con un mechón rubio y otro más alto que estaba rapado, ambos parecían que rejuvenecían al ver como ella se reía, era una escena muy cómica. Creo que podría agradarme este lugar.
Terminó el entrenamiento y la chica me pidió ayuda para repartir las toallas y las aguas.
—Oye, toma. — le entregué un agua a Tsukishima. —¿No te enojaste o sí?
—¿Por qué? — dijo mientras bebía un poco de agua.
—Por cómo te hablé, lo sien...— fui interrumpida.