La noche transcurrió con normalidad, dormí muy bien. Dormí tan bien que casi no despierto con la alarma. Me vestí como de costumbre, guardé el buzo para cambiarme después de clases y salí de casa caminando a paso rápido.
El camino se hizo algo corto, me la pasé pensando en Tsukishima y en el porqué de su enojo, aquel chico me resultaba incomprensible. Por lo general no me cuesta entender las cosas, la mayoría de las veces los problemas de matemáticas eran sencillos, pero este chico era mucho más indescifrable que una ecuación matemática. Su actuar era confuso, quizás algo bipolar. ¿Cómo es posible que un día nos llevemos bien y al día siguiente me ignore y además se enoje porque le hablo? Sin duda sería incómodo tratar con él hoy, ya que, al parecer sólo está enojado conmigo.
Antes de que me diera cuenta ya estaba caminando por los pasillos de la escuela en dirección a mi salón, a mi suerte, no me encontré con Tsukishima pero nada me libraría de encontrarlo en el club, supongo que es algo inevitable. Para cuando terminaron las clases noté que cada vez el cielo se tornaba más oscuro. —Lloverá. — dije mientras miraba el cielo lamentándome de no haber traído nada para cubrirme. Terminé de cambiarme y me dirigí al gimnasio, de seguro estaría Hinata y Kageyama entrenando como siempre.
A medida que me acercaba a la puerta podía escuchar como chirriaban las zapatillas en el suelo del gimnasio, los gritos de emoción de Hinata, y Kageyama gritándole al pobre chico.
—Hinata, idiota ¡estás malgastando tus habilidades! — aquellos dos nunca van a cambiar, aunque entiendo que Kageyama se siente algo nervioso por ir a Tokio, estaría un equipo con el que ya han jugado con anterioridad y sin victorias: Nekoma, equipo habilidoso y con pocos huecos según lo que he escuchado.—Hola chicos ¿cómo van?
—Este estúpido aún no sabe recibir osea lo hace, pero con la cara...— dijo mientras señalaba a Hinata sentado en el suelo.
—Ya veo. — me reí un poco. —Pero si no le enseñas bien no aprenderá. — pude notar como mi comentario hirió de cierta forma a Kageyama, Hinata solo reía mientras aún tenía la mejilla roja por recibir los saques tan fuertes de aquel número 9.
Ellos continuaron entrenando y yo iba recogiendo los balones, pude ver como uno de ellos rodó hasta la entrada y fui por él, cuando me agaché para recogerlo pude ver como alguien estaba parado frente a mí, un aura algo molesta. Me enderecé y alcé la mirada para ver quién era, me sentí algo intimidada luego de saber que era Tsukishima quién estaba frente a mí, su mirada era fulminante, aunque aún no podía averiguar el porqué. Me quedé estática unos segundos y me decidí a saludarlo.
—Hola ¿cómo estás? — sí, aunque fuera algo cliché el saludo fue de una forma bastante cálida, estaba a la espera de una respuesta cuando Yamaguchi apareció a las espaldas de su amigo quién, sin más, me ignoró y siguió su camino para ir a calentar.
—Hola Yamagawa-chan ¿cómo estás? — dijo sonriente.
—Muy bien, ¿y tú qué tal?
—Bien, aunque hace un poco de frío ¿no crees?
—Demasiado, no hallaba la hora de cambiarme ropa.
—Muy bien chicos, no hay tiempo que perder en unos días más iremos a Tokio. ¡A entrenar! — sí, ese era Daichi y a sus espaldas se vieron Sugawara y Asahi, al parecer Tanaka y Nishinoya llegarían algo tarde, quizás estaban esperando a Shimizu con una especie de paraguas para que no se mojara en el trayecto hacia acá o algo así.
En otro lado
—No es necesario que me cubran con un paraguas en una distancia tan corta. — dijo Shimizu comenzando a caminar.
—No podemos permitir que tu cabello se moje. — le respondieron Tanaka y Nishinoya a sus espaldas con un paraguas.
En el gimnasio
—Tsukishima, trata de poner más atención a los bloqueos. Los equipos de Tokio no son nada sencillos. — mencionó el entrenador Ukai.
—Bien chicos, hemos terminado por hoy. Recuerden descansar para poner atención en clases y rendir en los exámenes. — dijo mientras miraba a los que algunos llamaban un "dúo anormal".
Sabía que ahora era turno de entregar las aguas, podría dejárselo a Shimizu e irme pero siento que de alguna manera debo confrontar al rubio o nunca saldría de la duda y él estaría enojado conmigo por siempre, bien... aquí voy.
—Oye Tsukishima, ten. — le mostré la botella. —Hidrátate. — él tan solo tomó la botella y se giró. Esto será más difícil de lo que pensaba. —Oye ¿qué es lo que tienes? me has ignorado desde ayer, al menos dime porqué...
—¿En verdad quieres saber? — dijo sin girar a verme.
—Por supuesto.
—¿Trajiste paraguas?
—¿Y eso a que viene? yo te estoy preguntando otra cos...—
—Tomaré eso como un no. Te llevo a tu casa, en el camino te cuento. — no podía rechazar la oferta de que me llevara a casa o llegaría empapada y de paso me ganaría un resfrío.
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Hacía frío, cada vez más, y tuve razón, había comenzado a llover hace no más de 5 minutos. Estaba esperando a que Tsukishima terminara de cambiarse mientras me refugiaba bajo el techo de la sala del club, no tardó en aparecer y en su mano un paraguas: mi salvación.Bajamos las escaleras y al término de ellas abrió el paraguas, no me quedó otra que apegarme a él o habría sido ridículo haber accedido a que me llevara. Empezamos a caminar con el viento en nuestra contra, no era tan fuerte, era frío; típico de días lluviosos.
Estaba ansiosa por saber cuál era la razón de que me haya ignorado 1 día completo.
—¿Me dirás qué es lo que te pasa o piensas pasar todo el trayecto en silencio?
—¿Siempre dices las cosas sin más?
—Sólo contesta.
—Bien, seré sincero... Ayer te vi...
—¿Me viste?
—Déjame terminar. — me miró serio y yo solo asentí para que continuara. —En el receso, al principio solo se veía como una conversación normal, pero después te acercaste demasiado a Yamaguchi y por alguna razón me enojé y entré al salón. Mi mente solo podía pensar que eras una de esas que se insinúa a uno y rápidamente cambia a otro así que me decidí a ignorarte y a sacarte lo antes posible de mi vida...— había terminado de hablar y no podía creer lo que escuchaba, era mucho que asimilar, ¿qué le interesaba? nunca me lo esperé.
—Para ir en una clase avanzada eres bastante idiota, con tu imaginación podrías escribir el guion de alguna película ¿sabes?
—Oye. — dijo algo ofendido.
—Ahora déjame terminar a mí. Lo que viste fue solo eso, yo conversaba con tu amigo y adivina qué, o más bien, quién era el tema principal... tú.
—¿Qué hablaban?
—Le conté a Yamaguchi lo que había pasado el otro día...
—Oh... Bien. — rio levemente.
—Esta es mi casa, yo... em... nos vemos mañana.
—Claro, adiós.
Me aparté de él y corrí a la entrada de mi casa, él solo se dio la vuelta y se perdió entre la lluvia y la oscuridad de la noche.
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