Yashiro Nene, 2º de preparatoria (16 años). Más conocida por algunos como Mermaid-Chan, su seudónimo de escritora, o por otros como "tobillos de Daikon", mucho más usado dentro de la escuela de lo que quisiera.
Se dirige a el salón de ciencias para encontrarse con Tsuchigomori-sensei y tener su orientación, que en resumen significaba que debían hablar sobre su idea de lo que hará en el futuro y las calificaciones a las que debe apuntar.
"Voy tarde" pensó caminando a paso rápido por los carteles de No Correr puestos llamativamente cada 5 metros de pasillo.
Si no hubiera sido por esos comentarios, habría dormido bien anoche, entonces no se hubiera quedado dormida en clase y llegaría a tiempo a su reunión en el descanso. Esa era una queja, que en el fondo sabía era más que nada su culpa, pero no lo admitiría.
La tarde el día anterior, la pelicrema ombré estaba revisando los comentarios de sus lectores en el portal donde escribía sus novelas, feliz como siempre de ver como la apoyaban, hasta que uno en específico llamó su atención, del cual varias respuestas se desprendían.
"Mermaid-Chan escribe muy lindo, pero empiezo a pensar que es demasiado inocente. A veces siento que los protagonistas tienen 12 años en vez de estar en plena adolescencia"
Y luego más, de ellos.
"Sii, pienso lo mismo. Sabemos que ella (la autora) cursa la escuela secundaria también, ¿quizá le falta experiencia en el tema?"
"No me sorprendería. Los sucesos que se describen en esta historia son como sueños o una fantasía, como un cuento de hadas donde un encantador príncipe rescata a la princesa en apuros"
Esos habían sido golpes bajos, pero lamentablemente no podía negarlo; ella en realidad no tenía ninguna experiencia en el amor. Lo que escribía no era más que lo que a ella le gustaría que le sucediera, lo que podía ver en sus películas, mangas shojo y novelas.
Fue por este acontecimiento que se pasó toda la tarde y noche del día anterior aprendiendo sobre lo que era un amor más "Maduro", ya sea viendo películas para adultos, leyendo otras historias e incluso mangas categoría "smut" y josei.
Esto encendió algo en ella que no estaba segura de querer dejar que el resto viera; pues era indecente. No estaba preparada para poner todos esos pensamientos en sus novelas, no sabía cómo plasmarlo, pues realmente no tenía idea de cómo se sentía experimentar esas cosas. No podía si quiera imaginarlo, ese tipo de placer que nunca en su vida había experimentado, pero de alguna forma se veía tan agradable en como era descrito.
Lo que aprendió no solo le mostró la otra cara del amor, sino también el deseo de experimentar esas cosas que se veían tan placenteras. La sola idea la hacía sentir algo cálida.
En ese punto último fue donde las cosas se desordenaron aun más. Ella quería experimentar eso incluso si no estaba completamente enamorada, le bastaría con que ese chico le guste y a él también, pero no exigía amor profundo. Fue por esto que el sentimiento de que estaba haciendo algo malo se implantó en ella. Se había vuelto una completa pervertida, hambrienta de experimentar un beso profundo, un abrazo donde el contacto con el otro te haga arder por dentro, manos mas grandes que las suyas acariciándola... sexo.
Quizá fue por era una escritora que no pudo evitar escribir en un nuevo cuaderno una lista de cosas que quería hacer con un chico. Tituló el cuaderno "Experiencia" con la intención que poner ahí todo lo que pudiera aprender sobre... el tema.
En cuanto terminó de escribirla se sintió arder de... vergüenza, quizá. Cada uno de los puntos que había traspasado desde su imaginación hasta la hoja de papel eran demasiado atrevidos y vergonzosos. Podía decir ahora que quería hacerlo, pero no estaba segura de que en el momento pudiera con ello.
Aun después de haber transcurrido varias horas desde que lo leyó por ultima vez, aun sentía sus mejillas calentarse cuando lo recordaba. El cuaderno en su bolso se sentía tan conscientemente ahí, que realmente estaba arrepintiéndose de haberlo traído a la escuela, pero no tuvo más opción, después de todo, lo ultimo que quería era que su madre lo encontrara.
El cuaderno hasta ahora solo tenía la lista. Esperaba poder llenarlo en el futuro con ideas y experiencias que fuera adquiriendo. Claro que todo esto era para sus novelas y complacer a sus lectores... o esperaba que en realidad fuera así
Finalmente llegó al salón de ciencias, nerviosa por la reacción del maestro que ya debería estar dentro hace varios minutos. Muy despacio y tan silenciosamente como pudo, abrió la puerta asomando su cabeza por la abertura.
Lo que vio, la dejo perpleja; no era Tsuchigomori-sensei quien estaba dentro, era un estudiante. Un chico de cabello negro y alborotado, se hallaba sentado en el marco de la ventana abierta, leyendo tranquilamente un libro bajo la suave brisa veraniega. La vista era demasiado hermosa, tanto que empezó a creer que todavía estaba soñando. Al estar todas las demás ventanas cerradas, al igual que sus cortinas, le daba la sensación de que él fuera el centro de un escenario donde brillaba por sobre todo lo demás.
—Ah— reaccionó al fin dándose cuenta de que, por más de ensueño que fuera la escena, era muy peligroso. ¡Estaban en el tercer piso!—¡Hey, es peligroso!— advirtió terminando de abrir la puerta para acercarse al muchacho, que ahora podía ver era probablemente menor que ella.
Su mirada, de un bello color ocre como la luna y sol en un solo lugar, se dirigió hacia ella, sorprendido, quizá también asustando por la repentina intromisión que había hecho la mayor. No estaba segura de porque, pero en cuanto sus ojos se cruzaron, se sintió paralizada, "que ojos tan bonitos" pensó casi sin darse cuenta.
—¡Senpai!— le sonrió contento, demasiado feliz.
¿Eh? ¿Me conoce?
Continuará...
--------------------------------
Aviso:
Habrá capítulos todos los jueves, y si es que entre semana hay feriado, habrá uno más.
ESTÁS LEYENDO
Hagamos cosas indecentes | Amanene/Hananene
FanfictionYashiro Nene, alumna de 2º de preparatoria, es una escritora a quien le reclaman por demasiada inocencia en sus historias. Ella intenta aprender sobre el amor maduro, pero acaba descubriendo mucho más que solo eso; sus propios deseos, los cuales des...