Deseo 8

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Los días pasaron y por culpa de los exámenes que se venían cerca, no pudieron verse a solas desde su último encuentro en el salón de física. Las miradas, algunas alegres, traviesas y avergonzadas, fueron y serían su única interacción en la semana posterior a los exámenes semestrales.

Amane al parecer no era malo en los estudios y cada vez que Nene lo veía en los pasillos él siempre estaba siendo rodeado por sus compañeros que le suplicaban por su asesoría. La de ojos rubí lo envidió un poco cuando se enteró de este detalle por parte de Aoi.

—Nene-Chan, últimamente siempre estás mirando hacia los de primer año— la miró con un sonrisita— y ahora me preguntas sobre Yugi Amane, ¿esto significa lo que yo creo?

Un fuerte sonrojo pintando sus mejillas fue la respuesta más sincera que podría dar, a pesar de que apenas un segundo después lo negó efusivamente, recalcando una de las características principales que debían tener sus príncipes "ojalá sean mayores".

—Está bien, lo que tú digas— la pelimorada trató de tranquilizarle afirmando interiormente la teoría de que su enamoradiza amiga tenía un nuevo objetivo que se salía completamente de sus estándares— ¿sabes? he estado pensado ¿no tienes curiosidad? ya sabes, sobre las cartas que recibiste— aclaró al ver confusión en el rostro de la contraria.

"Las cartas" repitió Nene. No es que se le hubieran olvidado, eso era imposible, pues no había dejado de pensar en ello, preguntándose quien podría tenerla tan presente en mente y corazón. Probablemente sea porque ella era una enamoradiza, pero no podía evitar emocionarse cada vez que recordaba las palabras que usaba para referirse a ella. Sin siquiera haber visto su rostro, su corazón latía con fuerza cada vez que lo pensaba, justo como con cierto pelinegro de ojos ambarinos, con la diferencia de que ellos eran todo lo contrario, ella no sabía nada de Yugi y tampoco parecía ser la persona que ella conocía a través de la dulce escritura en los papeles.

Era raro como los únicos chicos que han mirado más allá su titulo de Daikon, eran un completo misterio para ella, aun que en el caso del chico de primero sea porque ella no se ha atrevido a manifestar su interés en él y tratar de conocerlo como una persona normal.

"Para empezar, desde el inicio nuestra relación ha sido de todo menos normal" reconoció.

—Claro que siento curiosidad, desde que Kou-kun me contó que hay alguien en la escuela a quien llaman Hanako-kun me sentí más motivada a encontrarlo, pero cada vez que pregunto todos niegan conocerlo— se apoyó en el marco de la ventana.

—¿Puede ser que no sea alguien muy conocido?

—Más que eso es como si... no existiera.

Esa tarde despues de clases Nene se decidió a, de una vez por todas, ponerse a estudiar seriamente. A pesar de que lo había intentado las ultimas dos semanas siempre terminaba jugando algún videojuego o leyendo algún manga solo treinta minutos despues de haberse sentado en su escritorio. Entonces intento con una táctica más agresiva; poner todos sus mangas y videojuegos bajo llave, la cual entrego a su madre hasta que los exámenes terminaran... pero despues ni siquiera eso fue suficiente... su mente estaba llena de alguien en especial.

"Hagamos cosas indecentes... senpai"

"Permíteme enseñarte"

Si cerraba los ojos aun podía sentir sus caricias y sus labios... "No, ya basta, Nene, no culpes a tu guapo kohai y sus maravillosas habilidades de tu déficit atencional" palmeo con fuerza sus mejillas.

Ya que no podía concentrarse en casa la ultima opción era la biblioteca. Caminó tratando de enfocar su mente únicamente en los temas de biología que tanto trabajo le estaba costando entender o más que nada memorizar y ni hablar de matemáticas. Ya en la biblioteca, que estaba casi vacía, busco una mesa alejada del ruido y ahí sacó sus libros.

Hagamos cosas indecentes | Amanene/HananeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora