Deseo 5

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Era su última oportunidad. Bueno, de la semana. Solo le quedaba ese viernes para investigar a Yugi Amane.
Todo esto tenía una explicación lógica, al menos para la de mirada bermellón. Simplemente no podía con el hecho de desear a un chico que no conocía para nada, aun que se sintiera como todo lo contrario. Era específicamente por eso que se decidió a observarlo a escondidas, esa fue su mejor solución, ¿porque? fácil, jamás podría ir y decirle que le hable sobre sus gustos o sus hobbies.. tampoco podría preguntarle si ya le había ofrecido algo así a otra chica antes.

Su viernes en la escuela, se centró únicamente en cierto chico peli negro de atrayentes ojos ámbar.

Apenas tuvo su primera oportunidad en el primer receso, notó que no solo debía esforzarse en evitar que él no la viera, sino que también debería actuar sutil frente a todos los estudiantes que pasaban cerca de su escondite desde los cuales observaba al menor. Una mirada preocupada de parte de una chica fue suficiente para que advirtiera que si no tenía cuidado se ganaría otro apodo desagradable.

Sería una gran pérdida de tiempo explicar cada cosa que hizo hasta obtener su conclusión final, así que lo resumiremos:

1. El chico era increíblemente sociable.

2. Tenía gran conocimiento sobre el espacio y las ciencias en general.

3. Era un poco más bajo del promedio en cuanto a estatura.

4. Increíblemente, algunas chicas estaban tras él.

Punto final. Eso es todo lo que pudo obtener. Igual bastante bien para ser un solo día... vamos, en realidad era una mierda. No logró verificar si era un mujeriego o no, pero solo por lo que pudo ver, sus intereses estaban centrados en otras cosas aparte de las chicas que a veces intentaban hablarle y llamar su atención sin resultados más allá de lo que visiblemente era educación de parte Yugi.

No solo obtuvo poca información, sino que también esa mañana llegó tarde, la regañaron y para colmo recién ahora le entraba el sentimiento de haber hecho algo malo por actuar como una acosadora.

Al terminar la jornada, la profesora de física a le pidió que ayudara con algunas cosas, así que no tuvo de otra que llegar más tarde al club de jardinería.

Desanimada por lo malo que le parecía de pronto su día, se dirigió a los vestidores para poder cambiarse e ir al club, sin embargo, al intentar girar la manilla se dio cuenta de que esta estaba cerrada con llave.

"El mundo conspira contra mi hoy" pensó comenzando a sentir enfado en vez de lastima por ella misma.

Se dirigió de vuelta al salón de física con la llave aún en mano. Se suponía que debía entregarla en camino al club, no tenía nada de malo que usara el lugar para cambiarse y luego entregarla.

Abrió el bolso sacando los típicos short con camisa blanca que usaba para trabajar, doblados uno encima del otro, y comenzó a desvestirse. A pesar de que no quería retrasarse más, dobló cuidadosamente el uniforme, tomándose su tiempo.

Con nada más que la ropa interior, se puso el short y guardó el vestido dentro del bolso, pero justo cuando lo cerró, escuchó algo que la paralizó; la puerta abriéndose.

Con la leve esperanza de que no fuera la puerta del salón en el que estaba semidesnuda, volteó hacia atrás. Un par de ojos bien abiertos en señal de su sorpresa se encontraron con los bermellón, ojos que pertenecían a alguien que sentía había visto bastante durante el día aun cuando no compartieron ni una sola conversación o mirada.

Hagamos cosas indecentes | Amanene/HananeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora