02 - Coincidencia
La música en las madrugadas habían dejado de sonar, pero Alicia seguía sin poder dormir. Bueno, siempre ha tenido problemas de insomnio, al menos desde que murió su abuelo.
Le dio la vuelta a la almohada y la abrazó mientras miraba la ciudad por la ventana, o al menos por lo que las cortinas entre abiertas le permitían mirar.
Sentía mucho calor esa noche, así que sin poder aguantar más se sacó la colcha y se levantó. Se colocó una sudadera gris y luego de ponerse sus pantuflas azules, salió de su apartamento con llaves en manos y sin ánimos de usar el ascensor, caminó lentamente por las escaleras con la cabeza perdida en miles de cosas y a la vez en nada.
Cuando la puerta de la terraza se hizo presente ante sus ojos, empujó ésta y enseguida sintió el aire fresco invadirla.
Cruzó la puerta mientras miraba hacia arriba distraída con la estrellas. Buscó la luna y no la encontró.
Cuando llegó hasta el muro final de la terraza, apoyó sus brazos cruzados encima de éste y admiró el cielo mientras respiraba aire fresco.
Paz...
...rota por esa voz una vez más.
—Hola. —Dijo el morocho llegando a su lado.
Alicia giró únicamente su rostro y se encontró con Mateo a su lado.
—Que coincidencia encontrarnos tantas veces. —Dijo ella en realidad sin darle mucha importancia y devolviendo su mirada al cielo.
—No fue una coincidencia. —Dijo él.
Aunque Alicia no miró a Mateo, le inquietó mucho lo que dijo.
—Venía de una fiesta muy aburrida y te vi subir. —Dijo él.
—¿Y me seguiste porque..? —Preguntó Alicia esta vez mirándolo.
Mateo permaneció en silencio un rato mirando a la chica que le pareció bonita desde que fue a su apartamento a exigirle molesta que le bajara a su música.
—Decímelo vos. —Dijo Mateo mientras formaba una pequeña sonrisa.
Alicia no entendió mucho las palabras de Mateo, pero definitivamente le gustó esa sonrisa.