05 - Eco
—¿Te gusta mucho el baloncesto? —Preguntó Mateo cuando estuvieron en el coliseo que incluía la unidad donde vivían.
—No mucho. —Dijo ella mientras hacía rebotar el balón contra el suelo y su mano.
—¿Y por qué viniste a jugar entonces? —Preguntó Mateo pidiéndole que le pase el balón.
Alicia lo miró pero sin embargo siguió jugando con el balón en sus manos.
—Porque me pintó. —Dijo ella alzando los hombros.
—¿Qué te gusta entonces? —Preguntó Mateo mientras se incorporaba, ya que se encontraba apoyado en el muro del coliseo.
—Nada en especial. —Dijo Alicia mirando atenta el balón.
En su mente se repitió varias veces esa palabra, como si fuera una cueva y el eco provocara que se repitiera varias veces ésto.
Nada, nada, nada.
Era la respuesta a muchas preguntas que le podrían hacer.
Se encontraba tan concentrada en esto que no se dio cuenta cuando Mateo se hizo al lado, lo cual hizo más fácil para Mateo la tarea de sacarle el balón.
—¡Ey! —Se quejó ella dándose la vuelta para mirar a Mateo.
Éste estaba con una sonrisa de punta a punta mientras sostenía el balón en sus manos.
—No me lo querías pasar. —Dijo Mateo mirándola juguetona. —Tuve que hacerlo a las malas.
—No se vale. —Dijo ella negando con la cabeza. —Dámelo. —Exigió.
—Así no es el juego. —Negó esta vez Mateo con la cabeza y empezó a hacer rebotar el balón contra el suelo. —Tenés que hacer lo mismo que yo, al menos si querés recuperar el balón.
Ella asintió y tomó el termo de Mateo sin preocuparse y tomó un sorbo de agua, provocando que Mateo la mire con las cejas levantadas.
Alicia volvió a acercarse a Mateo y tomó aire. No iba a ser muy fácil quitarle la pelota, ya que pese a que Mateo no era una persona muy alta, Alicia mucho menos lo era, supo muy bien lo que era el bullying en secundaria a causa de ésta.
La pelinegra trató de hacer un movimiento que Mateo no viera venir, pero fue todo lo contrario, por lo que éste movió el balón hacia otro lado con una sonrisa triunfante en su rostro.
—¿Divertido? —Preguntó ella tratando de cazar el balón en manos de quien en ésta ocasión resultaba ser su adversario.
—Bastante. —Dijo él.
Mateo se puso alerta cuando por poco la chica logra sacarle el balón, así que alzó sus manos manteniendo el balón arriba.
—¡Es trampa! —Gritó ella frustrada mientras se arrimaba más sobre Mateo y empezaba a saltar tratando de sacarle el balón, pero era imposible.
Alicia se paró en las puntas de sus pies, empinándose para poder agarrar el balón.
Bajó la mirada del balón hasta los ojos de Mateo cuando sintió que éstos se mantenían fijos en los de ella.
Mateo no lo dudó, y rápidamente plantó un beso en sus labios.
Me encanta mucho la historia jahsj espero que a ustedes también.
Las amo<3