Capítulo 3

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California, Mansión Stark.

—Señorita Stark, Sabado dieciséis de noviembre, día caluroso con veinticinco grandos

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—Señorita Stark, Sabado dieciséis de noviembre, día caluroso con veinticinco grandos. Son las diez de la mañana. — Dijo la voz robotica de Jarvis.

—Gracias, Jarvis. Pero tengo sueño. — Dije con pereza.

—Me temo que en unas horas es su boda, Señorita Stark de Kavinsky.

No pude evitar sonreír a escuchar a Jarvis mencionar sobre mi apellido junto al de peter.

—¿Y esos ruidos? — Dije, mientras me cubría con la almohada los oídos.

— Es la prensa, Señorita. Hay más de ocho helicópteros grabando las afueras de la casa. Le recomiendo no salir con poca prenda.

— No, Jarvis. No tenía intención de salir.

— ¡Muy bien, Señorita!. — Finalizo conversación la voz artificial. Aún era poco habitual para mi poder estar con Jarvis.

Miré por unos minutos mi teléfono, lleno de mensajes por parte de amigos mios y de Peter.

Para ser exactos, hoy hace dos dias desdé que no veo a Peter. y pensar que hoy sabado dieciséis de noviembre en cuánto comience la cuesta del sol nos vamos a estar casando. Aún recuerdo el último dia que lo vi, estuvimos juntos.
Como locos que se desean mutuamente. Él me contaba los planes que tiene con nosotros y los proyectos a realizar. Viajes, hijos y mucho más.

Él estaba super feliz e igual yo. Pero la organización de la boda nos ha dejado un poco estresados sin alguna duda de no ser por Pepper, la secretaría de Tony y en parte dire que Happy. Quién se toma el atrevimiento a darme siempre un buen piropo, claramente incitado por su amiguito, Tony Stark. Quién le ve lo divertido de fastidiar a Peter, provocando unos simples y estupidos celos. Por poco eso me dejaba sin boda.

Pero al fin y al cabo estabamos felices, y eso sumando aun tercero más. Hace dos meses me enteré de que estoy embarazada. En la primera semana de nuestro viaje a Venezuela.
Según el medico estoy muy bien, aunque no le he dicho a Peter. Me cuesta hacerme la idea de saber que hay un bebé dentro mío.

Todos querían de que fuese sopresa para Peter en la fiesta de boda.

Estaba super nerviosa. No sabía como iban a resultar las cosas al estar con Peter como esposa. Estuve muchos años siendo su novia, pero ahora el papel cambiaba por completo.
Se supone que debo a estar a por él, por el hogar y muchas más cosas . Tengo mis miedos,  pero sin duda el que no arriesga no gana.

Me coloqué la bata y muy decidida salí a tocar el piano. Era mi escapatoria ante los nervios.
Pase con suavidad mis dedos por las teclas, había una melodia que a papá y a Peter les encanta como tocaba. La habitación estaba adornada con paredes blancas que tenía un enorme piano antiguo color blanco que papá mando a diseñar exclusivamente para mi.

Un largo viaje // Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora