Capítulo 15|Orgullosos frikis.

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15|Orgullosos frikis.

15|Orgullosos frikis

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Los días han transcurrido de manera ajetreada por el inicio de las evaluaciones que ahora mismo se han convertido en mi prioridad, por lo que me he estado trasnochado hasta amanecer con la cabeza sobre el escritorio

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Los días han transcurrido de manera ajetreada por el inicio de las evaluaciones que ahora mismo se han convertido en mi prioridad, por lo que me he estado trasnochado hasta amanecer con la cabeza sobre el escritorio. Escucho varios golpes retumbar desde no sé dónde y hago un esfuerzo por levantarme, me limpio el rastro de baba que se pega en las comisuras de mis labios mientras arrastro los pies en dirección al sonido, ni Froy ni Rick reaccionan al seguir cómodos en sus habitaciones. Cuando llego al recibidor, trato de mantener los párpados bien abiertos, ahora mismo no me importa mi apariencia.

—¡Hermanito, buenos días!

Maldigo en mis adentros cuando Thomas me intercepta envolviéndome en un asfixiante abrazo.

—Shhh, despertarás a los demás, ¿qué haces aquí? ¿Q-Qué hora es? —Suelto un bostezo alejándome de él.

—Son las cinco y media de la mañana, estaba haciendo ejercicio y llegó a mi memoria sobre el trabajo que estaba buscando para ti, ¡lo encontré! Y vine para acá.

Mi hermano me sacude de los hombros para despabilarme, pero con tan solo escuchar la hora, ya estoy despierto y molesto. ¡¿Las cinco y media de la mañana?! ¡Aaah, mi sueño!

Estaba soñando cosas lindas.

—¿Y no pudiste informarme por mensaje? Ahora mismo me estoy muriendo de sueño, Thom, hoy presento examen y me desvelé por quien sabe cuántas horas —Hago un intento para sacarlo del dormitorio —te agradezco que hayas venido, mándame los datos por WhatsApp y si quieres, podemos ir juntos después de clases.

Al parecer mi idea le sienta bien y sonríe mostrando los pulgares en modo de afirmación. Por otro lado, Thomas está totalmente activo, lleva puesto ropa deportiva y unos auriculares colgados alrededor de su cuello, me percato que me saca algunos centímetros de estatura.

—Seguro, nada más te digo que es en una pequeña academia de danza, lo ideal para ti. Como sea, ya me voy, sigue soñando con unicornios —hago un ademán con la mano y él se encarga de cerrar la puerta tras su espalda después de soltar una carcajada.

Cuando colisionamos #2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora