05

2.2K 204 336
                                    

George caminaba delante de su amigo y vigilaba en todas direcciones encargándose de que cierta persona no volviese a molestarlos, Paul caminaba con tranquilidad, usualmente colgaba su mochila solo en uno de sus hombros, de esa forma metía su pulgar debajo en la parte delantera y agarraba aquella parte de su mochila para que no pesara tanto. Cada vez que veía a su paranoico amigo rodaba los ojos, estando tan cerca de la escuela difícilmente podría pasarles algo.

—Hey, ya estamos prácticamente en la puerta, puedes dejar de hacer eso. —acomodó su mano en el hombro del chico.

—Lo siento, solo no quiero que ese idiota vuelva a estar cerca. —se disculpó, bajando la pistola imaginaria que formaban sus manos, Paul rió, parecía un espía.

—Hey chicos, ¿somos agentes secretos? —ambos oyeron la voz de Stuart cerca, el chico se puso delante de Paul y simuló tener un arma en sus manos, George se emocionó y no tardó en imitarlo, ahora ambos caminaban un poco encorvados, dando cortos pasos y observando en todas direcciones, como una clase de espías secretos baratos.

McCartney cubrió su rostro avergonzado, pues se habían llevado unas miradas extrañas por parte de alumnos e incluso algunos adultos que pasan por allí a dejar a sus hijos. Su par de amigos estuvieron haciendo sus extrañas imitaciones hasta que llegaron a la puerta de su salón, sólo allí lo dejaron en paz, ahora Stuart se sentaba detrás de ellos con una bonita chica llamada Astrid, una alumna nueva que había congeniado bastante bien con ellos. Stuart se había propuesto subir sus calificaciones y ser más responsable en lo académico, el par de mejores amigos ofrecieron su ayuda contentos, pues un buen método de estudio era enseñarle a otro, de esa forma, todos ganaban.

—¡Paul! ¿Qué te sucedió en el rostro? —preguntó Linda al llegar, corriendo en su dirección y tocando con suavidad y temor su rostro, para terminar dejando su palma con cuidado en la mejilla de Paul, quien le sonrió avergonzado, sintiendo una cálida sensación debido al contacto.

—No te preocupes, salí a pasear en mi bicicleta y me caí, soy un poco torpe. —se excusó, la chica ahora acarició su mejilla suavemente, Paul cerró sus ojos levemente, disfrutando de aquello.

—Entonces debes tener más cuidado Paul. —él asintió, sintiéndose feliz porque había creído su pequeña mentira, no quería preocuparla.

—Hola Georgie. —saludó Pattie cuando pasó por allí, besando su mejilla, muy cerca de sus labios, dejándolo completamente embobado y mirando las estrellas.

Unas cuantas filas lejos de ellos, John observaba con tan sólo su ojo derecho la escena, pues el izquierdo estaba hinchado y violeta, no podía abrirlo sin sentir mucho dolor. Cuando vio a la chica dar exageradas muestras de cariño a su compañero se sintió molesto, muy molesto, y no quería pensar en el motivo ni darle más vueltas al asunto, hizo un sonido con su lengua y centró su atención en su cuaderno de la clase que tendría en algunos minutos, cuaderno cuyas páginas seguían blancas y limpias como cuando lo había comprado, a excepción de la última, pues ahí dibujaba cosas obscenas junto a Ringo, que dormía sobre la mesa a su lado con la boca abierta y babeando su brazo, Lennon hizo una mueca de asco y se dirigió nuevamente a ese vacío cuaderno, se sentía desesperado por seguir viendo al par de chicos, pero sabía que se enojaría si lo hacía, pues no le gustaría lo que vería.

Aún así, se obligó a mirar, curioso.

—Hey Linda, quería saber si... bueno, si podríamos ir por un helado luego de la escuela, ¡Y-yo invito! —propuso completamente nervioso, soltando lo último para convencerla de inmediato, sintiéndose tonto. Le había pedido unos consejos a su madre antes de irse a la escuela, y ella le había recomendado invitarle un helado.

—Está bien Paul, pero no te preocupes, cada uno paga su helado, ¿bien? —ella dio una adorable sonrisa y se marchó junto a Pattie que la esperaba unos asientos atrás.

change ; mclennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora