Capítulo 6

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Adam:

Regreso luego de entregar lo que debía con el pago, es mucho y no voy a negar que tengo la pequeña tentación de tomar algo de ese dinero, pero no puedo hacerle eso al jefe, no sería justo para él.

El hombre a quien le entregué la droga, me intimidaba de alguna forma, no lo sé, se veía molesto, estresado, triste, estoy seguro que perdió un par de miles, en fin problemas de ricos, cuando pierden algo y aún les quedan miles de millones en el banco, su mundo se derrumba por sólo tener 7 billones de dólares, son unos malditos engreídos, todos iguales, nunca he conocido a una persona rica que sea noble y honrada.

- Aquí tienes tu pago - pongo el maletín en el escritorio del jefe.

- Muy buen trabajo, ya puedes irte, Tyler ya preparó tu cena - avisa.

- Muchas gracias - digo esto y procedo a retirarme.

La pregunta de el qué tiene que ver el jefe con este hombre para que sea tan personal no deja de rondar mi mente, nadie gana nada, sólo él. El jefe puede ser un mafioso, pero siempre recibimos nuestra parte, nunca nos ha dado menos o más que a otros ni siquiera él se queda con más de lo que nos quedamos nosotros, es un hombre muy justo en ese aspecto.

- McCoy, tú cena está lista - informa Tyler.

- Lo sé y gracias por hacerla, pero voy a salir un momento - aviso.

- ¿A dónde iras? - pregunta sonriendo - ¿Acaso iras a ver a alguien en especial?

- No - niego frenéticamente con la cabeza - sólo saldré a caminar un momento.

- Si tú lo dices... - levanta las manos.

- Adiós - me despido.

- No te diviertas demasiado - grita por lo que yo ruedo los ojos riendo.

Si cree que estoy saliendo con alguien no puede estar más alejado de la realidad, no busco una relación y tampoco es que conozca a demasiadas chicas.

Camino por la calle hasta llegar a ese bonito bar, no es que paguen demasiado, pero hago lo que me gusta y eso es lo que importa.

- Christian, ya era hora - me saluda el dueño.

Tuve que cambiar mi nombre para tocar aquí, nadie puede saber que hago esto, mucho menos el jefe, me mataría y aunque eso no estaría tan mal, no es la forma en la que quiero morir.

- Lo siento, tenía algunas cosas que hacer pero ya estoy aquí - me excuso.

- ¿Otra vez tenías algo que hacer? - cuestiona incrédulo.

- S-sí lo siento - me disculpo nervioso.

- Bueno, lo importante es que estás aquí, ahora sube y da lo mejor - me da unas palmadas en la espalda.

Corro al escenario y tomo la guitarra que colocaron, no puedo llevar mi propia guitarra, tengo una, pero si la llevo, sé que sospecharan y no puedo permitir que eso pase, así que sólo digo que no tengo guitarra y aquí me dan una.

- Hola, espero que estén disfrutando de la noche, ¿qué les parece hacer el ambiente más... Ligero? - presento como casi todas las noches.

La gente comienza a aplaudir y yo comienzo a cantar, por el momento no tengo ninguna canción propia pero estoy trabajando en una, todo lo que toco y canto en el bar son covers, no me considero un buen cantante o un excelente guitarrista, pero creo que no lo hago tan mal, la gente me aplaude, supongo que eso es bueno.

Continúo cantando. Las canciones que presento son baladas, en su mayoría canciones de Ed Sheeran, es lo que a la gente le gusta, sobre todo a las chicas, no me quejo, sus canciones son buenas, pero son muy cursis, no son mi estilo, pero como siempre dijo el jefe, el dinero es dinero, no importa cómo lo ganes.

Termino de tocar y recibo aplausos que agradezco y bajo del escenario.

- Chris, lo hiciste perfecto - me felicita Grace, una de las chicas que atiende el bar.

Ella se ha convertido en mi amiga, tal vez la única que llegue a tener, sólo es dos años mayor que yo, tiene 20, es castaña, de pelo corto y ojos verdes.

- Gracias, yo también sentí que salió muy bien - agradezco sonriendo.

- Te ves algo cansado ¿quieres un trago? - ofrece.

- Eso estaría muy bien, gracias - asiento con la cabeza y ella se va.

- Hola - escucho la voz de una mujer a mis espaldas.

Me volteo y la veo, debe ser unos veinte años mayor que yo, debo decir que es muy bonita, pero es demasiado grande, tiene el pelo castaño oscuro y también los ojos, es delgada pero se puede notar que ejercita.

- Hola - le devuelvo el saludo - lo siento ¿te conozco? - pregunto.

- No, pero tal vez podrías hacerlo - dice eso mientras me acaricia el hombro.

- Disculpe, señorita - saco su mano de mi hombro - usted está algo grande para mí.

- ¿Acaso eres menor de edad? - pregunta coqueta.

- No, pero sí mucho menor que usted, por favor aléjese - le pido cuando se acerca cada vez más.

- Agh, que aburrido - se queja rodando los ojos y se sienta en la silla de al lado.

- Se nos acabaron los tragos, pero puedo traerte gaseosa - ofrece Grace.

- Cualquier cosa que me calme esta sed de mierda va estar bien.

Grace ríe, asiente y se va.

- Oh, ya entiendo, es tu novia, no tiene por qué enterarse - vuelve a hablar la mujer a mi costado.

- Primero, deje de hablarme porque me tiene hasta los huevos y otro, no tengo por qué darle explicaciones - me quejo levantándome ante la mirada desconcertada de la mujer.

- Chris aquí está tu gaseosa - llega Grace.

- Gracias - le pago, tomo la botella y me voy.

No puede ser posible lo que acaba de pasar. Todo el tiempo es lo mismo, siempre comienzan a decirme cosas y a querer seducirme, ¿qué no se cansan?, porque yo sí, me tienen los huevos llenos, cada puta presentación que hago en ese bar de mierda, es por lo menos una mujer que se me acerca y no precisamente con buenas intenciones. Renunciaría de no ser porque hago lo que me gusta.

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