Arco V: Acercándonos II

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Siento la demora, he tenido complicaciones con el internet, desde el viernes he estado sin internet y sigo sin tenerlo, así que, si he podido escribir es porque estoy tirando de los megas de mi móvil.

Siento la demora, he tenido complicaciones con el internet, desde el viernes he estado sin internet y sigo sin tenerlo, así que, si he podido escribir es porque estoy tirando de los megas de mi móvil

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Tenía un mal presentimiento.

Si Muerte ha venido hasta mi mundo para decirme eso. Significa que en realidad, vino para advertirnos que (T/N) y yo correríamos peligro, si nos encontramos con Lucifer.

Salí de mi habitación corriendo, no me dió tiempo para escuchar a mi hermana, mientras salía escopeteado a casa de (T/N). En un momento, llegué a la puerta de su casa y la llamé alarmado. Por suerte, (T/N) abrió la puerta al instante, pero su rostro no mostraba ni sorpresa ni enfadada. Sino más bien apagada y pude confirmarlo al cruzar nuestras miradas, pues sus ojos presentaban rojez e hinchazón, a causa de haber llorado hace un rato.

Eso significa que ha estado en su casa.

¡MIERDA!

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Lucifer se marchó justo cuando llamaron a mi puerta de manera alarmada.

Me sequé las lágrimas y abrí de inmediato la puerta, encontrándome con Clancy. Es cómo si estuviese escrito a que sucediera esto, para decirle que se aleje de mí.

¿Por qué tiene que ser tan cruel? Yo quiero seguir estando con Clancy, pero si no me alejo de él, el diablo le hará daño o algo peor, matarlo. Pero, le prometí a Sarah a ayudar a Clancy a animarlo y no tener el mismo destino que tuve yo, por desgracia.

- ¿(T/N), estas bien? - me preguntó, preocupado, mientras recobraba el aliento. Parece que ha venido corriendo, cómo si supiera lo que ha pasado.

- Estoy bien, Clancy. - Tengo que decírselo, ahora o nunca. - Pero, tenemos que hablar.

- Yo también quiero hablar contigo, sobre lo de ayer. - Por favor, Clancy. No me lo pongas tan difícil. - Mira, sé que no estuvo bien lo que iba a hacerte, ya sabes, sobre aquel intento fallido del beso y, por eso, lo siento. No estuvo bien, no pensé en tus sentimientos - No sigas, por favor, te lo suplico.

No pude más, comencé a llorar otra vez y le interrumpí, soltándole aquellas mentiras, que tanto me dolían, inexplicablemente, por dentro. - Márchate, - Clancy se sorprendió al decírselo - aléjate de mí, no quiero volverte a ver nunca más. - Aquellas palabras, me desgarraban por dentro, pero a pesar de estas dolorosas palabras, Clancy permaneció en la entrada de mi casa. - No me has escuchado, vete. - Cada vez que escupía aquellas mentiras, Clancy se acercaba más a mí hasta entrar a mi casa y cerrar la puerta, yo en cambio, seguía soltando mentiras e intentaba alejarlo, dando manotazos en su torso para que se marchase. Da igual lo que le hacía, seguía acercándose de mí hasta quedarme atrapada entre sus brazos, dándome aquel cálido y tierno abrazo con el que provocó que rompiese a llorar del todo. - ¡¿Por qué?!

- Sé que esas palabras no son ciertas, sé que estas mintiéndome para protegerme, ¿verdad? - Le miré desconcertada. - Porque ha estado aquí, Lucifer y te ha amenazado para que no sigas estando conmigo, ¿verdad?

- ¿Cómo lo has....

- ¿Que cómo lo he sabido? Eso no importa ahora, lo que importa es que no debes hacerle caso al diablo, todo lo que diga es mentira.

- Pero, no quiero que te haga daño. 

- Eso no importa, yo quiero estar contigo. Porque tú me gustas, desde el primer momento que te conocí. - Su rostro se pegó junto a la mía, quedando nuestras frentes pegadas. Pude contemplar, claramente, aquellos ojos verdosos brillantes, unos ojos capaz de hipnotizarme.

- Pero, si apenas te conozco. - Me secó las lágrimas con sus dedos, dejando su mano derecha en mi mejilla, mientras me acariciaba.

- Pero tenemos una larga vida por delante. - Al escuchar aquellas dulces palabras, no pude resistir en poner mis dos manos en sus mejillas para poder darle un dulce y tierno beso. Un tierno beso, que Clancy aceptó encantado, provocándole que unas efímeras lágrimas cayesen en su rostro, pero estas fueron secadas al instante por mis dedos, que posan, en estos momentos, sobre sus mejillas. Juntábamos nuestros labios sin cesar, sin llegar a juntar nuestros labios del todo, por timidez. Sé que lo que estoy haciendo no es lo correcto, pues he incumplido el trato de Lucifer, sin embargo, no puedo ignorar lo que me dicta mi corazón. Tengo miedo a lo que le pueda pasarle, pero yo estaré junto a él, pase lo que pase.

¡Recuerda!

Volví a escuchar otra vez aquella voz, pero esta vez fue distinto, pues por mi mente pasaron algunas imágenes difusas, que nunca pasaron aquí. Esto me descorazonó, pues en ellas se encontraban Clancy y Charlotte, y debido a esto, detuve el beso.

- ¿Ocurre algo? - me preguntó Clancy, mientras me desviaba uno de mis mechones hacia un lado y sonreía dulcemente.

- No, es solo que todo está pasando tan deprisa. - No quiero contarle, pues temo que sólo sean divagaciones mías y me llame loca.

- No voy a seguir, si tú no quieres. Si te sientes preparada, allí estaré. Esperándote. Aunque, lo más correcto es tener una cita y que seamos.........

- ¿Qué seamos que? - pregunté con una sonrisa pícara, mientras observaba su rostro enrojecido.

- No.....vios. - No me dí cuenta de lo mono que puede llegar a ser, cuando se pone colorado. Esto sólo provocó que volviese a juntar mis labios con los suyos, pero esta vez fuí más atrevida y le mordí un poco su labio, provocando que abriese su boca para que nuestras lenguas danzaran entre sí, mientras nuestros cuerpos se juntaban más hasta el punto de ponerme encima de él. Al percatar de nuestras acciones, nos detuvimos. - Wow, ¿no dijiste que querías ir poco a poco?

- Lo siento, me he emocionado demasiado. - Dije al separarme de él. - Es una locura, pero siento que ya nos conocíamos de antes.

Al decir aquello, se le iluminaron los ojos. - ¿En serio?

- Sí, aunque no sé de qué. - Nos quedamos sentados en el suelo, apoyados en la encimera de la cocina con mi cabeza apoyada sobre su hombro.

Toda esa paz, desapareció cuando alguien llamó, apresuradamente a la puerta y llamando preocupada a nosotros, sin duda es Sarah, que vería a su hermano salir corriendo hacia mi casa y estará, preocupadísima.

- Es mi hermana.

- Eso parece.

Nos miramos mutuamente y sonreímos. - ¿Quieres desayunar en mi casa?

- ¿En tu casa? - alcé una ceja.

- Vaaaale, en la casa de mi hermana.

- Me encantaría. - Entonces, Clancy me ayudó a levantarme y abrí la puerta, encontrándome con una Sarah histérica. Sin duda, tardaríamos un rato en desayunar y en contarles que estamos juntos, hasta que ella termine de echarnos aquel sermón interminable.



Al mismo tiempo, apareció la sombra de Lucifer, quien observaba detenidamente a aquella pareja. Sin duda, el diablo irradiaba negatividad y furia pura, debido al incumplimiento de su trato.

Un incumplimiento que lo pagaría caro.

Tú eres mi LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora