𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐑𝐮𝐛𝐢𝐚 {𝓒𝓱𝓪𝓮𝓼𝓸𝓸}

El plan

Me fui a mi lugar secreto, bueno, ahora que lo sabía Rose quizá era de ambas... en fin.

Le mande un mensaje a Jennie de que estaría ocupada y no iba a estar en clase, que por favor tomara apuntes por mi.

Saque mi libreta y mi lápiz, conecte mis audífonos a mi celular y comencé a escribir... o perdón ¿no les dije que escribía verdad? Bueno, ahora lo saben.

Si quiero estar segura de que Rose me gusta, debo sacar lo que mi corazón dice, no escribir con la mente si no con el corazón y si resulta que si me gusta, pondré en marcha mi plan.

Empece a escribir, por alguna razón la letra de la canción me recordaba a ella... pensé que me tardaría más en escribir pero cuando menos pensé, ya llevaba varias cosas escritas en mi libreta, cada verso salía con facilidad.

En cuestión de minutos termine... esto tenía que leerlo Jennie si o si.

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En lo que la otra clase terminaba, fui al salón para leer lo que escribí... ¿estas palabras salieron de mi? Por asombroso que parezca si.

El plan que tenía en mente era difícil, pero bueno, podrían salir dos cosas de esto y esperaba de verdad que funcionara.

Tocando el timbre vi como poco a poco entraban mis compañeros, entre todos ellos mi grupo de amigos y ahí estaba esa rubia que buscaba a alguien con la mirada.

Cuando me vio, su cara seria cambio a una de ¿felicidad? Me dio la sonrisa más grande de todo el día, caminando rápidamente hacia mi mesa, los chicos solo me veían con una sonrisa y ya.

¿Donde estabas?.- me dijo tiernamente la rubia mientras se sentaba junto a mi.-

Tuve que hacer unas cosas.- No le iba a decir que estuve escribiendo sobre ella en mi... bueno, nuestro lugar especial, ¿nuestro? Suena lindo...- ¿Con quien te sentaste?.- ¿Que? Solo quiero saber que los idiotas de mis compañeros la cuidaron mientras yo estaba en mi mundo.-

Tae.- Me respondió mientras sacaba su cuaderno.-

Bien! Al menos por una vez Tae no se fue de mandilón con su querido amor.

La maestra entró entonces, todos guardamos silencio, no iba a mentir que mi mente estaba más enfocada en cómo la linda rubia ponía atención, se veía tan hermosa mientras estaba seria y anotando.

Empezamos a trabajar y un poco de lectura, todo normal, hasta que sentí como la rubia se recostaba en mi hombro.

¿Rose?.- ¿Se había dormido? No había problema, nuestra mesa estaba casi al fondo entonces no nos verían pero... mi corazón está al mil, de nuevo.-

Tengo sueño.- Dijo suavemente mientras se ponía en su posición normal otra vez.- ¿Puedo?.- Señaló mi hombro dándome a entender que quería recostarse nuevamente.-

Solamente asentí ¿quien era yo para negarle eso? Además si tenia algo de sueño, dejémosla que se recueste.

Sentí como pasó su brazo alrededor del mío mientras se recostaba en mi hombro de nuevo y se pegaba un poco a mi, acomodo su cabeza y sentí nuevamente su dulce aroma a fresas.