II.

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Lunes por la mañana, parece un día normal para cualquiera pero no lo era para YiBo ya que era su primer día de trabajo y no quería llegar tarde a él.

Después de asearse y vestirse bajo a desayunar y antes de irse se colocó sus anteojos para despedirse de su madre y así poder irse a trabajar.

Condujo hasta la empresa y una vez estacionado su coche subió al piso que le correspondía como secretario, en el elevador se encontró con la persona que lo entrevisto y este solo le dio la bienvenida para luego guiarlo una vez salieron del elevador.

Este va a ser tu lugar, es la oficina del hijo del director ejecutivo así que te pido que le tengas paciencia-le dijo algo cansado.

No se preocupe, se que hacer-le dijo con una sonrisa para luego acomodarse en su escritorio.

Cuando se fue el señor Kang se dispuso a encender su computadora para ver que es lo que tenía que hacer pero fue ahí donde los problemas con sus compañeros de trabajo comenzaron.

Pero miren a quien tenemos trabajando aquí-se recargaron en el escritorio-, un tipo con ojos de león y con lentes-volteó a ver a todos y les habló-. Miren aquí, contrataron a un animal en esta empresa, no sabía que también eramos zoologico-comenzó a reírse y los demás le siguieron la corriente.

YiBo sabia que no iba a ser fácil pero no podía huir en un primer altibajo como estaba pasando ahora, su teléfono sonó y tuvo que contestar olvidando las burlas de los demás.

Dirección ejecutiva, muy buenos días-lo dijo calmado.

Olvidate de los saludos, ¿eres el nuevo secretario?-le preguntó la otra voz.

Si señor, ¿en qué puedo ayudarle?-tenía que preguntar.

Dejate de tonterías y baja al estacionamiento a ayudarme a subir algunas cosas-si le hablaba casi regañandolo es señal de que era su jefe.

Voy para allá jefe, no se desespere-dijo y colgó la llamada de inmediato.

Se levantó de su lugar para ir al elevador por su jefe al estacionamiento, nadie lo detuvo ya que pensaron que huía como niñita asustada sin saber a que iba realmente.

Cuando llego al estacionamiento busco a una persona atiborrada de cosas hasta que la encontró, suspiro para ir hacia ella y así poder ayudarle a subir las cosas.

Señor ya estoy aquí, ¿en qué quiere que le ayude?-reviso su cajuela la cual tenía muchas cosas.

Al fin llegas, toma estás cosas-le entregó una caja llena de carpetas sin mirarlo.

YiBo la tomó con cuidado dandose cuenta que pesaba mucho y casi la tira por el peso.

¿Estás bien?, ¿pesa mucho?-le preguntó mirandolo a los ojos y fue ahí donde pudo ver sus pupilas doradas-, oh vaya, no me había percatado de lo hermosos que son tus ojos-lo dijo sin pelos en la lengua.

Las mejillas se YiBo se colorearon de carmín y desvió la mirada para poder carraspear.

¿Quiere que cargue algo más?-miró dentro de la cajuela.

¿Eh?, no, eso es suficiente, lo demás lo traeré después-dijo y cerró la cajuela de inmediato.

Caminaron al elevador y subieron sin decir nada hasta que el elevador se volvió a abrir en el piso indicado.

Ambos salieron y los demás secretarios saludaron a su jefe sin dudarlo, caminó casi a su lado hasta llegar a su oficina.

Oh, Zhan, ¿mucho trabajo?-le preguntó un colega de la oficina.

Así es JiYang, mi padre me pone demasiado trabajo como si fuera un robot-lo dijo algo molesto.

Te comprendo, no es fácil ser hijo de un ejecutivo como lo es el señor Huang-lo dijo Jiyang sin dudarlo.

El apellido se le hizo conocido a YiBo pero no recuerda de quien hasta que esa voz lo hace dejar de pensar demasiado.

Xiao Zhan, que bueno que llegaste hijo-su cuerpo temblo pero tuvo que guardar la compostura.

Hola padre, y si, ya llegué pero de no ser por mi secretario de ojos bonitos nunca hubiera subido hasta aquí-YiBo seguía mirando el piso apretando las cajas que no escucho el apodo que le había puesto su jefe.

¿Secretario de ojos bonitos?-lo dijeron al unísono Jiyang y el señor Huang.

Si, les presento a mi nuevo secretario-lo miró con la mirada en el piso y eso le preocupo un poco-, ¿paso algo? ¿Te disgusto que te dijera secretario de ojos bonitos?-estaba algo asustado.

De nuevo las mejillas de YiBo se colorearon de rojo y su corazón se le aceleró como loco, como pudo nego con la cabeza pero no la levantó debido a que estaba avergonzado por lo que dijo su jefe.

Que bueno que no te molesto, por cierto, ¿cuál es tu nombre?-le preguntó su jefe.

Me llamó YiBo, Wang YiBo-levantó la cabeza al fin para encarar a su padre de nuevo quien al verlo casi colapsa del impacto.

Los días en esa oficina iban a ser un verdadero infierno para ambas personas y lo malo es que Zhan iba a estar en el centro sin saber que hacer al respecto.

Ojos dorados (ZhanYi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora