ᴘᴀʀᴀ ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ {ᴛʀᴜᴇᴘʟɪᴋ}

ʟᴀ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ ᴘᴀʀᴛᴇ 2

Si, Alessandro y Lorenzo se querían, se gustaban, se tenían un cariño tan especial.
Tan sano, tan único.

Los jóvenes disfrutaban de estar en la orilla del mar abrazados, disfrutaban ver las estrellas por la noche mientras sonaban canciones aleatorias por la vieja radio, disfrutaban el jazz, disfrutaban las charlas extensas y los silencios cómodos.
Amaban ir de compras, elegir la de el otro, usar ese estilo "vintage" y jugar con los colores.
Disfrutaban de escribir, canciones, poemas, cartas.
Amaban el teatro y las películas cursis que pasaban por la tv antigua.
Les gustaba mucho cocinar, mientras el otro le hablaba y hacia compañía.
Les apasionaba el arte en toda su magnitud y detestaban los aburridos trabajos de oficina.

Amaban todo lo que compartían, cualquier mínima actividad.
Su amor era tan especial y se notaba hasta cuando se miraban.

Si tan solo hubiera sido fácil, si hubieran durado muchos años, tenían un gran futuro.

Pasaron tiempo escondiéndose, de sus padres, los dos tenían padres estrictos. Aunque era diferente, en el caso de Alessandro, sus padres solo prestaban atención en su vida para remarcar lo malo, le habían llenado la cabeza y nunca fue fácil aceptar sus sentimientos. Con Lorenzo era distinto, sus padres eran un desastre, su padre bebía alcohol como si de un vaso de agua se tratase, se ponía violento y jamás le mostraba un mínimo afecto, y su madre hacia lo que podía, era víctima de los maltratos de su marido, limpiaba la casa, le hacia la comida a su esposo y lo trataba como un rey, aunque fuera detestable.
La salida de Lorenzo a sus problemas era Alessandro, quien siempre estaba, estaban el uno para el otro siempre, era su apoyo, cuando solo quería saltar de un precipicio, el estaba, siempre estaba.

El 12 de noviembre del 2000, Alessandro murió en un accidente movilistico.
Dejando a una familia triste, en especial a sus abuelos, quienes lo querian como un hijo.

Pero el dolor y vacío de Lorenzo no se comparaba, a pesar de que se podía decir que era un simple amor de adolescencia, no era así, sin Alessandro ya no era el.
Sentía un nudo en la garganta y una opresión en el pecho.
¿Por qué a vos?
Ahora ya no tenia a su apoyo, no tenia a nadie, no se tenia ni a el mismo.

Al día siguiente de la muerte del joven, Beata le entrego lo que hace tiempo Alessandro le había dado.
Era una caja llena de cartas, la mayoría cortitas que decían te amo, te quiero, te adoro y mas.
Solo una era extensa y decía así.

Hola lolo!
Sinceramente no se en que circunstancias estés leyendo esto, ni siquiera se si voy a dártelo algún día, o si lo vas a encontrar siquiera.

Creo que solo quiero asegurarme que sepas todo.

Hace unos días hable con Bea y ella me contó una historia, dos amigos que se escondían para amarse, y que terminaron por encontrar otras parejas, probablemente no sean ni la mitad de felices y en verdad me apena.
Creo que por eso escribo esto, algo hizo un click en mi.

Pensaba en si en algún momento algo nos puede separar, si yo me tengo que mudar o tomamos diferentes caminos.
Quiero que sepas que siempre te voy a amar, aunque estemos separados y a 10.000 kilómetros de distancia, aunque nadie nos quiera juntos, aunque no quieran que te ame.

Lo voy a hacer, para siempre.

Nunca sentí nada similar a lo que me pasa con vos.

Si nuestro amor es pecado, mi vida entera seria un pecado.

Mi vida entera es tu amor, mi vida entera sos vos.

Nada nos va a separar, seguro estemos leyendo esta carta, riendo de lo tonto que fui al pensar que algo nos podría separar.
O tal vez hice bien y esto te sirva de algo.

Si no estamos juntos solo quisiera que estés bien, no vamos a volver a encontrar, quien dice y te encuentro en algún lugar x y podemos conversar.

Te amo, ayer, hoy y mañana.

Por y para siempre.

No lo olvides.

Con cariño Alessandro.

Cada palabra que leía Lorenzo dolía, ver la letra hermosa de el, pensar en lo hermoso que hubiese sido reirse de la carta juntos, y no llorar solo.

Su vacío no disminuía, pasaban los meses y las ganas de vivir eran escasas.

Fue en el 2002, específicamente el 25 de marzo, que Lorenzo fue encontrado muerto por una sobredosis.

Al lado de su cuerpo, se encontraba la caja de cartas de Alessandro y en su mano derecha pegada al pecho, una carta, una breve carta, pero con un gran significado.

Esta vida fue muy corta para amarte, mi alma va a buscar la tuya y va a ser el real para siempre, ni la muerte nos separa.
atte: lolo

Y a pesar de ser una historia muy triste, logro cambiar muchas cosas.
En esa localidad esa historia era contada por muchos, era llorada por otros y era un paso para la libertad de algunos.

Muchos reflexionaron con los hechos, con esa historia de amor no terminada, con ese sufrimiento que pasaron por el juzgar de la gente.

Beata, a pesar de sufrir el fallecimiento de estos dos estaba segura de que la historia no terminaba ahí, ellos se iban a encontrar.

Claro que lo harían.

La muerte no le ganaría al amor, no en esta historia.