ꜰᴀʟᴏꜰɪʟɪᴀ [SingtoxKrist]

My new friend... Singto Prachaya

— ¡Realmente tienes que...! ¡Tienes que estarme jodiendo, Krist! — gritó Plan, golpeando el suelo con su puño. Se había caído de la cama del castaño, en la cual se encontraban originalmente hablando después de que el chico llamase a su mejor amigo en busca de desahogar todo lo que tenía en su interior desde aquél infortunado suceso. Debido a la exagerada risa maníaca que no había cesado desde que Krist empezó a relatarle su primera charla con Singto.

— ¡Demonios, Plan, deja de reírte! — exclamó Krist, lanzándole una almohada en el rostro a su mejor amigo, frustrado, avergonzado y muy rojo — Me haces sentir mucho peor.

El chico inhaló un par de veces antes de encontrar su voz — No creo que eso sea humanamente posible, Krist. — confesó su mejor amigo, apoyando sus codos en el colchón de la cama, aún sentado en el piso. — Es decir, lo primero que sale de tu boca la primera vez que hablas con una criatura inocente como Singto es "¿Me dejas chupártela?" — las mejillas de Krist en estos mismos momentos, de un color carmesí. — Sólo porque quedaste sorprendido por el tamaño de su mini-Sing no tan mini por lo que me cuentas... no te da derecho de ser un indecente. Debiste invitarle un café primero.

— ¡Plan, ya basta! — gritó Krist, tirándose de espaldas en su cama, cubriendo su rostro con una almohada, ahogando un grito de frustración en ella. Tenía ganas de llorar debido al bochornoso momento que había vivido con Singto Prachaya.

Demonios, después de haber soltado tal vulgaridad, no se dio cuenta de la estupidez que había dicho hasta que el rostro entero del chico se volvió tan rojo como una manzana madura. El labio inferior le tembló, no pudo decir ni una sola palabra y Krist, en seguida, se dio cuenta de lo profundo que había metido la pata.

"- L-lo siento... creo que debo irme."

Fue lo único que logró articular Singto, quien se olvidó al instante de su ducha ("olvidar" según Krist), y salió corriendo con la ropa a medio poner, dejando a Krist con una disculpa en la boca y la vergüenza más enorme que había experimentado en su vida.

— Debo disculparme con él. — balbuceó Krist, aún con su rostro enterrado en la almohada.

— ¿Hm? — inquirió su mejor amigo, subiéndose en la cama y quitándole la almohada del rostro — ¿Qué has dicho?

— Que debo disculparme con él. No podré vivir en paz conmigo mismo si él sigue teniendo esa errónea impresión de mí, Plan. — dramatiza el mayor, sentándose sobre sus pantorrillas y meneando a su amigo de los hombros. — ¡Lo traumaticé!

— Sí, eso me ha quedado bastante claro. — ironizó su amigo, rodando los ojos.— Pero créeme cuando te digo que Singto va a estar ignorándote hasta en los almuerzos. Debe estar tanto o más avergonzado que tú.

— Por eso tú me ayudarás a atraparlo. — canturreo Krist, sonriendo exageradamente.

— Sí, lo vamos a "atrapar", se va a asustar mucho más. — analizó el peli plateado, llevándose un dedo a la barbilla, como analizando la situación.

— ¡Planieeee! — lloriqueo Krist, fingiendo llorar. — Debes ayudarme... quiero disculparme con Singto, no puedo dejar las cosas así aunque me muera por tener ese gran pene entre mis manos, quizás si me disculpo con él podríamos ser amigos y me deje... me deje... oh, demonios, voy a tener una erección si sigo pensando en él.

— ¡Ew, Krist, eres un asqueroso! — dice Plan empujando a su mejor amigo, haciéndolo caer al suelo. — Pero te ayudaré sólo porque tú me ayudaste a pedirle una cita a Mean antes de que fuéramos novios. Te la debo.

— ¡Eres el mejor amigo del mundo! — gritó Krist lanzándose a los brazos de Plan.

— Vale, te ayudo, pero a cambio de una sola cosa. — pide el peli plateado, apartándose del abrazo.