AMOR POR HONOR (ESTAMBUL)

Capítulo 3: Verdades y mentiras.

Onur POV

Karima había insistido en cenar esa noche junto a mi familia, regularmente me irritaba cenar con ellos cuando lo que habitualmente hacían era hablar del bendito compromiso y de que después de ello, vendría los preparativos de la gran boda que Karima y mi madre habían imaginado, en cambio, yo estaba con pequeños inconvenientes con el proyecto de Ankara que, aunque mi mente hubiese querido emocionarse con tales preparativos no había manera sabiendo que me estaba ahogando en preocupaciones, empezaba a creer que tal vez, Karima tuviera razón con no haber hecho ese negocio en medio de la boda.

–Estás muy callado –Dice mi madre observándome, intento mirarle con dulzura para eliminar cualquier duda.

–Ha estado así desde que regresamos de haber comprado los anillos, Beren, no me le despegue ni un solo momento y estuvo enfadado todo el día, le molesta que le cuide, pero mientras aún no tenga puesto ese anillo de compromiso no estaré tranquila –Se queja Karima, mis padres se ríen por la declaración "inocente" de la rubia mujer.

Por supuesto que iba a estar enfadado, me habían arrastrado a comprar unos anillos que casi me cuestan perder el proyecto de Ankara y ni mi madre ni Karima podían entender.

–¿En donde está Barış? –Inquiero intentando cambiar de tema para no explotar y montar tremendo escándalo.

–Ha salido por ahí. –Murmura mi padre. Asiento.

–Ese hombre nunca sentará cabeza –Masculle Karima– Va de aquí para allá revoloteando como si de eso se tratará la vida, ¿acaso no se da cuenta que es parte de una empresa muy importante en el país?... Bueno, Bekiroğlu no maneja miles sino, millones. Y él se preocupa más en salir con sus amigos, que falta de sensatez.

–Bueno, en ese caso deberías escucharte a ti misma y seguir tus propios consejos por qué no eres la más comprometida al trabajo que digamos... –Espeto. Karima me mira con los labios apretados.

–Por supuesto, por eso hoy cuando has visto a la joyera ser tan "comprometida" a su trabajo te has quedado pasmado y no has podido darle ni una sola orden. –Musita vehemente.

–¿Qué joyera? –Cuestiona mi madre. –¿Has estado viendo a otra mujer, Onur? Vas a casarte en menos de siete meses, no puedes comportarte imprudentemente y menos delante de tu prometida, ¿qué clase de educación te hemos dado? Además, como puedes fijarte en esa clase de mujeres, digo, no puede ver una mujer más preciosa que Karima. –Suspiro alterado soltando mi tenedor, haciéndolo tronar contra el plato.

–Me han quitado el apetito, me iré a mi habitación.

–Karima aún no se ha ido, hijo, no te enfades con las mujeres. –Reconcilia mi padre.

–Bien, entonces cuando se vaya será mejor que ambos la acompañen hasta la puerta.

–¡Onur!

–Déjelo Padre, se ha enfadado, después se le pasará.

Necesitaba un momento de paz, un momento donde podría ordenar mis pensamientos y dudas, sobre todo el caso de Ankara, el contrato de compra se firmaría en los siguientes días y de repente alguien les había ofrecido pagar el doble de lo que yo ofrecía. Con las licencias y la inversión de construcción no podría doblegar la oferta y era evidente que perdería las tierras en Ankara, la única opción que hasta ahora era factible era solicitar un préstamo bancario, aquello no me dejaría dormir.

Había intentado de cualquier manera poder descansar y dormir, pero cuando cerraba los ojos lo único que podía ver era el contrato romperse, incluso, había escuchado cuando Karima se había marchado y de inmediato me había arrepentido por mi comportamiento, ella no tenía ninguna culpa de mis tragedias, es mas hasta era bastante tolerante con mi carácter y la poca atención que le prestaba pero en el fondo ambos sabíamos que nunca le había prometido un cuento de hadas brincando de amor al otro. El tercer intento de cerrar mis ojos para dormir escucho la puerta principal abrirse y de pronto, el sonido como de un saco de patatas caerse, inmediatamente me levanto y bajo a verificar, no obstante, la puerta estaba abierta y justo a la par de ella estaba Barış tirado. Me acerco a él para ayudarle a ponerse de pie, aún no estaba totalmente inconsciente y balbuceaba.