Capítulo 6: Almas puras

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Multimedia: Ekin Mert Daymaz como Berk Ergeç

No quería mantenerme en silencio y permitir que los hechos que me preocuparan terminarán por consumir mi alma, pero hasta en aquel momento no me sentía completamente segura de compartir mis nuevos descubrimientos con nadie, me temía que si se lo contase a alguien la búsqueda de mi hermana se detendría y nunca sabría de su paradero, pero, y si mis sospechas tuvieran credibilidad estaría culpando a un inocente y no estaba segura de querer cargar con esa carga. Además, estaba la situación de mi padre cuya salud no mejoraba y su insistencia por Harika me volvería loca.

–El señor Hassan tampoco coopera. –Dice el médico. –Es muy mal paciente y se hace lo que se puede, pero si no empieza a poner de su parte para que mejore, ya no podré hacer más.

–Hablaré con él. –El doctor asiente para así, marcharse.

Silenciosamente entro a su habitación, estaba más delgado y aunque estaba despierto su mirada estaba absorta en sus pensamientos, una mirada triste de mi padre era suficiente para que mi corazón se rompiera en dos.

–¿Papá? –Él se vuelve a mirarme sin ninguna expresión en su ya envejecido rostro. –¿Cómo estás? –Se encoje de hombros. –El médico dice eres muy mal paciente, ¿quieres que te echen? –Murmuro intentando sonreír.

–Has hecho un revuelo por tu hermana, Selen. –Susurra. –He escuchado que has logrado que lo detengan y lo lleven a una carceleta.

–Estoy teniendo apoyo de la policía, muy pronto encontraremos a Harika.

–Nunca lo haremos. –Masculle. –Ese hombre saldrá libre, tiene tanto dinero como para pagar soborno. –Carraspeo.

–Sabes papá, también, puede caber la posibilidad de que sea una confusión y Harika se haya ido por voluntad propia, después de todo, ella solía irse...

–¿Defiendes al enemigo? ¿De verdad crees que ese tal Barış podría ser inocente?

–Papá, es que... buscando algunas cosas me he encontrado con qué...

–Suficiente Selen, vete, no quiero seguir hablando contigo, me pondré peor. –Espeta. –No me importa lo que creas o pienses, no vuelvas aquí hasta que encuentres a Harika, de lo contrario o hundes en la cárcel a ese desgraciado o dejas de ser mi hija. ¿De acuerdo? –Asiento incapaz de mencionar algo más.

Al salir de la habitación ni siquiera comprendía que debía hacer o pensar, para mi padre era fácil presionarme y sentenciarme sin ni siquiera darme oportunidad de explicarme. Con las pruebas que tenía y mi hipótesis decido por ir a ver al detective Koray sin importar si aquello cambiaria el rumbo de la búsqueda, sin importar si aquello liberaría a Barış, iría y buscaría el camino correcto, el camino de la verdad, no permitiría que nadie cargue con la culpabilidad de alguien más. Cuando salgo del hospital cruzo la calle atenta para detener un taxi en cuestión de segundos uno se detiene frente a mí antes de subir negocio el precio para así, subirme, no obstante, al mismo tiempo de subirme un hombre se sube al taxi junto a mí, y como si el piloto fuera cómplice hecha llave y empieza a conducir.

–¡Detenga el vehículo! –Exclamo tomando las llaves de mi casa y apuntándoles con ellas. –Lo prometo si se acercan a mí, les juro que los mataré con está llave. ¡No dejaré a ninguno vivo!

–Cálmate, no te haremos daños. –Promete el hombre con tranquilidad. Le miro detenidamente, vestía y hablaba con elegancia, en cualquier caso, habría jurado que pertenecía a la alta sociedad.

–Si lo que dices es verdad, detén el carro o de verdad los mataré. –Él niega con la cabeza. Entonces, empiezo a gritar y a intentar abrir la puerta para así, dar golpes en el vidrio, alguien tendría que verme. –¡Me están secuestrando! –Grito golpeando el vidrio.

AMOR POR HONOR (ESTAMBUL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora