Narra Nishinoya
Ennoshita me había obligado a ir a su casa para estudiar. Al menos, Ryuu también estaba ahí. Nosotros éramos los únicos, ya que Narita y Kinoshita decidieron estudiar por su cuenta.
– Corrígelo otra vez, Nishinoya – dijo Ennoshita devolviéndome la hoja – Tus respuestas están muy mal.
– ¿En qué me equivoqué esta vez? – estaba releyendo el párrafo de las lecturas y mis respuestas – ¡Yo lo veo bien!
– No, Nishinoya. No están bien – Ennoshita me arrebató la hoja y la enderezó – Por ejemplo. Escucha con atención – se aclaró la garganta – "Las perlas de su boca hacían juego con las luciérnagas celestes que decoraban la noche" esta no me la has respondido, haber... ¿Ya lo comprendes?
– Entonces.... ¿¡Era un pirata con dientes hechas de perlas!?
– ¡Lee las instrucciones, Nishinoya! – Ennoshita enrolló la hoja y me pegó en la cabeza – ¡Son metáforas, obviamente que no lo dice literalmente!
– ¿¡Qué es lo que se supone que interprete sobre eso!?
– Me está diciendo que la dentadura era igual de reluciente que las estrellas de aquella noche, Nishinoya – desdobló la hoja y empezó a escribirme otra metáfora – Te voy a poner ejemplos para que lo practiques.
– ¡Ja, ja! ¿¡Cómo pensabas que una metáfora iba a ser literal!? – se empezó a reír Ryuu.
– Mejor guarda silencio, Tanaka – Ennoshita le arrebató la hoja de Ryuu y la empezó a verificar – A ver... ¿Cuánto es 7x8?
– Ehh... 56.
– Entonces... ¿Por qué pusiste 46? – ahora, Ennoshita estaba señalando con una pluma roja el error de Ryuu – Tendrás que repetirme este problema. Con un error... Todo el procedimiento y el resultado están mal.
– ¡Noo! ¡Ya es la quinta vez que trato de hacerlo! – se desanimó Ryuu. Él tenía la cabeza recargada en la mesa – ¡Al menos déjame ocupar la calculadora!
– No, si lo haces mental, será más rápido que tardarte siglos en apretar las teclas de la calculadora – creo que Ennoshita se estaba estresando demasiado con nosotros. Hasta se le había roto la pluma – Vaya... Préstenme una pluma, chicos.
– En un momento – empecé a revisar la estuchera pero no tenía nada – No tengo una pluma.
– Yo ni siquiera tengo una estuchera – respondió Tanaka.
– ¿Es en serio? Vaya... Creo que tendré que ir a la papelería de la esquina... – ahora me sentía un poco mal de que se estresara de una simple pluma – Por favor, no hagan escándalo, no revisen las respuestas... No husmen mi habitación. Tampoco quiero que hagan la estupidez de pasarse las respuestas.
– Pero... Son diferentes materias.
– ¡No me importa!
– ¡No te estreses, hombre! – saqué el monedero de mi mochila y fui a la puerta – Ya vuelvo.
– ¿¡A dónde crees que vas!?
– ¡A la papelería! No te preocupes, no me voy a distraer ¿está bien? – antes de cerrar la puerta. Le enseñé una sonrisa – No conozco a nadie en esta zona. Si me tardo de más, entonces.... Ponme más metáforas de castigo.
– Está bien, regresa en cinco minutos – ahora él había sacado de su mochila el libro de cálculo – Ahora sí, Tanaka. De mí ya no te vas a librar ni un segundo.
– ¡Nishinoya! – Ryuu me miró con ojos de súplica – Es una simple pluma. No tienes que...
– ¡¡En un momento regreso ja, ja!! – cerré la puerta y empecé a salir de la casa de Ennoshita – Eso le pasa por burlarse de mí.
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Bésame a mi altura (Nishinoya x Lectora)
Fanfiction"Entonces ella se paró en puntas y lo besó"... ¿Por qué no hay una historia que diga lo contrario? Algo así como "Entonces ella se agachó para poderlo besar mejor" como si todos los príncipes azules fueran siempre más altos que la chica. Pero... No...