Capítulo 17

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Narra Nishinoya

Ennoshita me había obligado a ir a su casa para estudiar. Al menos, Ryuu también estaba ahí. Nosotros éramos los únicos, ya que Narita y Kinoshita decidieron estudiar por su cuenta.

– Corrígelo otra vez, Nishinoya – dijo Ennoshita devolviéndome la hoja – Tus respuestas están muy mal.

– ¿En qué me equivoqué esta vez? – estaba releyendo el párrafo de las lecturas y mis respuestas – ¡Yo lo veo bien!

– No, Nishinoya. No están bien – Ennoshita me arrebató la hoja y la enderezó – Por ejemplo. Escucha con atención –  se aclaró la garganta – "Las perlas de su boca hacían juego con las luciérnagas celestes que decoraban la noche" esta no me la has respondido, haber... ¿Ya lo comprendes?

– Entonces.... ¿¡Era un pirata con dientes hechas de perlas!?

– ¡Lee las instrucciones, Nishinoya! – Ennoshita enrolló la hoja y me pegó en la cabeza – ¡Son metáforas, obviamente que no lo dice literalmente!

– ¿¡Qué es lo que se supone que interprete sobre eso!?

– Me está diciendo que la dentadura era igual de reluciente que las estrellas de aquella noche, Nishinoya – desdobló la hoja y empezó a escribirme otra metáfora – Te voy a poner ejemplos para que lo practiques.

– ¡Ja, ja! ¿¡Cómo pensabas que una metáfora iba a ser literal!? – se empezó a reír Ryuu.

– Mejor guarda silencio, Tanaka – Ennoshita le arrebató la hoja de Ryuu y la empezó a verificar – A ver... ¿Cuánto es 7x8?

– Ehh... 56.

– Entonces... ¿Por qué pusiste 46? – ahora, Ennoshita estaba señalando con una pluma roja el error de Ryuu – Tendrás que repetirme este problema. Con un error... Todo el procedimiento y el resultado están mal.

– ¡Noo! ¡Ya es la quinta vez que trato de hacerlo! – se desanimó Ryuu. Él tenía la cabeza recargada en la mesa – ¡Al menos déjame ocupar la calculadora!

– No, si lo haces mental, será más rápido que tardarte siglos en apretar las teclas de la calculadora – creo que Ennoshita se estaba estresando demasiado con nosotros. Hasta se le había roto la pluma – Vaya... Préstenme una pluma, chicos.

– En un momento – empecé a revisar la estuchera pero no tenía nada – No tengo una pluma.

– Yo ni siquiera tengo una estuchera – respondió Tanaka.

– ¿Es en serio? Vaya... Creo que tendré que ir a la papelería de la esquina... – ahora me sentía un poco mal de que se estresara de una simple pluma – Por favor, no hagan escándalo, no revisen las respuestas... No husmen mi habitación. Tampoco quiero que hagan la estupidez de pasarse las respuestas.

– Pero... Son diferentes materias.

– ¡No me importa!

– ¡No te estreses, hombre! – saqué el monedero de mi mochila y fui a la puerta – Ya vuelvo.

– ¿¡A dónde crees que vas!?

– ¡A la papelería! No te preocupes, no me voy a distraer ¿está bien? – antes de cerrar la puerta. Le enseñé una sonrisa – No conozco a nadie en esta zona. Si me tardo de más, entonces.... Ponme más metáforas de castigo.

– Está bien, regresa en cinco minutos – ahora él había sacado de su mochila el libro de cálculo – Ahora sí, Tanaka. De mí ya no te vas a librar ni un segundo.

– ¡Nishinoya! – Ryuu me miró con ojos de súplica – Es una simple pluma. No tienes que...

– ¡¡En un momento regreso ja, ja!! – cerré la puerta y empecé a salir de la casa de Ennoshita – Eso le pasa por burlarse de mí.

Bésame a mi altura (Nishinoya x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora