Capítulo 4

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Llegué a casa para empacar todas mis cosas, y ahí estaba Santiago, con Rosita y mis padres. Subí rápidamente a mi habitación...

<< Ya no había vuelta atrás. Ya no puedo seguir en aquella casa y menos soportando a Rosita... >>

Eso pensé, y angustiada, guardé más decisiva mi ropa y pensé en Joey, en que me iría con él y me llené de risas de felicidad. Sonreí de extremo a extremo. Se había portado tan bien conmigo, no lo conocía mucho, pero de pronto, sentí que Joey se había convertido en alguien muy importante para mí.

Mi madre entró a mi habitación. Yo la miré alarmada.

_ ¡Pero ¿Qué es lo que estás haciendo, Lucrecia?!

_ Lo siento madre, pero yo ya no puedo seguir viviendo en esta casa.

_ ¡Pero ¿qué dices Lucrecia?! ¡¿Has perdido la cabeza?!

_ No madre. Es lo más sensato que voy a hacer.

_ ¡¿Por qué quieres hacer esto?! Es como si quisieras huir de algo o de alguien.

_...

_ ¿A caso discutiste con Santiago? - se me retuvo el aliento - ¿Es eso Lucrecia?

_ De verdad mamá no pasa nada. Solo quiero independizarme es todo. Ya no soy una niña.

_ Déjame aclararte que las discusiones entre novios siempre son solucionables. Hija, tu misma lo acabas de decir, ya no eres una niña, de modo, que no te puedes echar a morir y tirar todo por la borda por una tonta discusión. No puedes regodearte buscando pretendientes, ya estas pasada para eso.

_ ¡¿Qué?! ¡¿De qué estás hablando mamá?!

_ Sabes perfectamente a lo que me refiero. Nuestra posición es precaria, casi no nos queda dinero y Santiago es nuestra carta - la miré molesta y con desilusión.

_ No puedo creer lo que estoy oyendo. Si yo me interesé en Santiago, no fue por su dinero. Que te quede claro.

_ ¿Y acaso ya no lo estás? - pensé en Joey.

_... Necesito terminar de empacar mi ropa ¿Puedes irte ahora?

_ Te vas a arrepentir de lo que estás haciendo Lucrecia.

_ Prefiero arrepentirme y no cometer un error.

_...

Se me llenaron los ojos de lágrimas y con más urgencia seguí empacando, y en eso, llegó Santiago y me vio guardando toda mi ropa.

_ Pero ¿qué estás haciendo Lucrecia? – fruncí el ceño.

_ ¿Qué crees que haces entrando a mi habitación?

_ Vamos pequeña, tenemos que hablar – me alteré.

_ ¡Yo no tengo nada que conversar contigo! ¡Tu solo acabaste con lo nuestro!

_ No, tú no puedes romper conmigo, Lucrecia - me tomó del brazo - No puedes.

_ ¡¿Qué dices imbécil! ¡Tú eres el único causante de que nuestro noviazgo se rompiera! ¡Ya no quiero saber nada de ti y ahora es mejor que te vayas y no vuelvas! ¡Jamás te perdonaré lo que me hiciste!

_ Y si te digo que es a ti a quien realmente amo.

_ ¡¿Por quién me tomas eh?! ¡¿A caso nos quieres a Rosita y a mí al mismo tiempo! ¡Eres un sinvergüenza! ¡¿Como pude fijarme en un hombre como tú, Santiago?! - abrió los ojos, me tomó de la cintura y me ató a sus brazos.

_ Pues no se te será tan fácil el olvidarme. Nadie más que yo ha probado tus labios - pensé en Joey.

_...

&quot;Mi señor de los ojos celestes&quot; { Fanfic Joey Tempest } (Reeditada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora