Capítulo 5

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Miraba unas fotos muy especiales, para él, en su cámara. Miró una con detención y sonrió perdidamente enamorado...

_ Creo que ya acomodé todas mis cosas en la habitación, Joey...

Escondió más que rápido la cámara bajo el cojín del sillón y me miró con disimulo.

_ Hola hermosa... Así que ya guardaste todas tus cosas.

_ Si, así es.

_ Vaya, pero que rápida eres - sonreí.

_ ¿Y bien, quieres que ya cenemos?

_ Sí, me parece bien. Sé cocinar una exquisita pasta – sonrió.

_ ¿Sabes cocinar?

_ Si, no es por presumir, pero las pastas me quedan para chuparse los dedos.

_ Jejeje, entonces ya quiero probarla - volví a sonreírle.

_ Pasta lista en 20 minutos.

_ ¡Genial!...

Mirándonos de frente, cenábamos la pasta que yo había preparado, a la que le había agregado una súper salsa secreta. A Joey le fascinó.

_ Tenías razón. Esta pasta te quedó deliciosa, tal como tú lo dijiste, para chuparse los dedos

_ Jajaja, gracias. Me alegro de que te gustara - me sonrió.

Seguimos comiendo, yo lo miré con disimulo; me sentí increíble, maravillosa y pensé:

<< Si le gustó mi pasta. Mi pasta. Así podré cocinarle más a menudo...>>

<< Pero, en ¿Qué estoy pensando Lucrecia? Sí él puede contratar a una mucama para eso. Aunque ahora que lo pienso, no tiene ninguna...>>

_ ¿Pequeña? Lucrecia.

_... Eh, sí.

_ ¿Qué te sucede? De pronto te quedaste callada.

_ Eh nada... descuida - me miró atento.

_ ¿Te puedo preguntar algo? - sonreí.

_ Claro.

_ ¿Cómo es la relación con tus padres? ¿Son muy aprensivos contigo? - me encogí de hombros.

_... A decir verdad, sí. Siempre lo han sido.

_ Entonces ellos te obligaron a que te desposaras con ese tipo.

_ Oh no. A Santiago lo conocí de casualidad un día cualquiera y bueno... - me dio tristeza aquel recuerdo - nos enamoramos y nos hicimos novios (más me entristecí) Bueno, lo que yo creía...

_ Lo siento... No quería colocarte triste. He sido un tonto.

_ Tranquilo, no es tu culpa. Es solo mía por creer y ser tan ingenua - me levanté abruptamente de la mesa.

_ Espera, Lucrecia.

_ Solo quiero irme a mi dormitorio - miró mis ojos tristes.

_... Está bien...

_...

Me miró alejarme, subir las escaleras y se sintió un completo tonto por haberme hecho sentir mal...

Dormida profundamente, Joey entró a verme y se acercó junto a mí, en la cama. Me miró y se sentó cuidadosamente a mi lado.

Me observó dormir y sonrió tierno e idiotizado. De pronto, se sintió maravilloso, algo que hacía años que no experimentaba y sin resistirse, pasó su mano por mi cabeza y cabello, y comenzó a hacerme cariño.

&quot;Mi señor de los ojos celestes&quot; { Fanfic Joey Tempest } (Reeditada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora