Frente al espejo, me miré con dicha e ilusión mi largo y ancho vestido; con rallas verdes y azules y de englobadas mangas.
<< No lo puedo creer. >>
Eso me decía a mí misma con alegría y me arreglé rápidamente la trenza suelta en mi largo y ondulado cabello.
Me acerqué junto a la ventana y vi a todos, incluido a él, quien esperaba por mí...
Aquella fecha era una muy importante y especial para ambos. Nos sonreímos y luego nos colocamos nuestras argollas de novios. Todos nos aplaudieron.
Santiago me sonrió, y yo feliz, nos besamos frente a todos y nos dieron otro cálido y amistoso aplauso. Nuestra postura de argollas había comenzado.
Hicimos el brindis y Santiago me miró perdidamente, como cuando nos conocimos la primera vez.
Mis padres estaban tan felices e ilusionados por nuestro futuro matrimonio y yo solo reaccionaba a sonreírles de oreja a oreja. Soñaba con nuestro futuro, ahora juntos, como siempre había anhelado.
_ ¿Lista mi amor para convertirte en mi esposa? – le sonreí.
_ Desde que te conocí, mi querido Santiago. Ahora seremos mucho más felices – él también me sonrió.
_ Ya lo creo amor...
Me volteé, vi a mi hermana Rosita, junto a mis padres y me les acerqué...
Ella me sonrió, y miró a otra persona; yo me puse a conversar con mis padres, y en eso, Santiago se me acercó.
_ Volveré en un momento, mi amor – le sonreí.
_ Bueno, aquí te esperaré.
Él me sonrió y fue a la casa.
Algunos de los invitados se me acercaban para saludarme, y yo junto a mis padres, estaba más que contenta. No podía dejar de sonreír.
De pronto, nos percatamos que Rosita no estaba con nosotros y nos preguntamos ¿dónde se había metido?
No le tomamos mayor importancia y seguimos charlando con los invitados.
El cóctel iba a comenzar y aún Santiago no volvía, lo que me causó extrañeza y me pregunté dónde estaba y fui a buscarlo.
Sin dejar de sonreír, creí que lo encontraría en el sofá, pero no fue así y pensé que tal vez estaría en la cocina y fui a verlo allá.
No estaba en ninguna parte de la casa y más que extrañada, no comprendía a donde rayos se había ido y me dirigí a mi habitación.
Miré nuevamente por la ventana a mis invitados y sonreí. No había nada, absolutamente nada que pudiera destruir la felicidad e ilusión que tenía.
Santiago y yo pronto nos casaríamos. Eso pensé y solo pensé en él; salí de mi cuarto y lo seguí buscando.
Acomodé mi vestido favorito; este rozaba con el fresco pasto del jardín y vi a todos que me sonreían. Yo les devolví la sonrisa con destellos y luego me dirigí al jardín trasero.
Abrí el portón y me encontré a mi novio Santiago, y a mi hermana Rosita. Ambos charlaban de algo al parecer secreto y me escondí junto a la muralla y los oí hablar.
_ ¿Qué pretendes? Esto ya se te salió de control, Santiago.
_ Dame tiempo por favor, Rosita. Sé que te prometí que terminaría con ella, pero...
_ ¡¿Pero?!
_ Vamos, tú sabes que yo te amo a ti y solo a ti.
_ Pues ya lo estoy dudando.
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"Mi señor de los ojos celestes" { Fanfic Joey Tempest } (Reeditada)
FanfictionLucrecia era inmensamente feliz junto a Santiago. Creía que, con él, su vida sería como un cuento de hadas, pero en el día de su postura de argollas, todo cambió al ella descubrirlo besándose con su hermana, Rosita. Lucrecia destruida, huye de la ce...