Capítulo 1

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Frente al espejo, me miré con dicha e ilusión mi largo y ancho vestido; con rallas verdes y azules y de englobadas mangas.

<< No lo puedo creer. >>

Eso me decía a mí misma con alegría y me arreglé rápidamente la trenza suelta en mi largo y ondulado cabello.

Me acerqué junto a la ventana y vi a todos, incluido a él, quien esperaba por mí...

Aquella fecha era una muy importante y especial para ambos. Nos sonreímos y luego nos colocamos nuestras argollas de novios. Todos nos aplaudieron.

Santiago me sonrió, y yo feliz, nos besamos frente a todos y nos dieron otro cálido y amistoso aplauso. Nuestra postura de argollas había comenzado.

Hicimos el brindis y Santiago me miró perdidamente, como cuando nos conocimos la primera vez.

Mis padres estaban tan felices e ilusionados por nuestro futuro matrimonio y yo solo reaccionaba a sonreírles de oreja a oreja. Soñaba con nuestro futuro, ahora juntos, como siempre había anhelado.

_ ¿Lista mi amor para convertirte en mi esposa? – le sonreí.

_ Desde que te conocí, mi querido Santiago. Ahora seremos mucho más felices – él también me sonrió.

_ Ya lo creo amor...

Me volteé, vi a mi hermana Rosita, junto a mis padres y me les acerqué...

Ella me sonrió, y miró a otra persona; yo me puse a conversar con mis padres, y en eso, Santiago se me acercó.

_ Volveré en un momento, mi amor – le sonreí.

_ Bueno, aquí te esperaré.

Él me sonrió y fue a la casa.

Algunos de los invitados se me acercaban para saludarme, y yo junto a mis padres, estaba más que contenta. No podía dejar de sonreír.

De pronto, nos percatamos que Rosita no estaba con nosotros y nos preguntamos ¿dónde se había metido?

No le tomamos mayor importancia y seguimos charlando con los invitados.

El cóctel iba a comenzar y aún Santiago no volvía, lo que me causó extrañeza y me pregunté dónde estaba y fui a buscarlo.

Sin dejar de sonreír, creí que lo encontraría en el sofá, pero no fue así y pensé que tal vez estaría en la cocina y fui a verlo allá.

No estaba en ninguna parte de la casa y más que extrañada, no comprendía a donde rayos se había ido y me dirigí a mi habitación.

Miré nuevamente por la ventana a mis invitados y sonreí. No había nada, absolutamente nada que pudiera destruir la felicidad e ilusión que tenía.

Santiago y yo pronto nos casaríamos. Eso pensé y solo pensé en él; salí de mi cuarto y lo seguí buscando.

Acomodé mi vestido favorito; este rozaba con el fresco pasto del jardín y vi a todos que me sonreían. Yo les devolví la sonrisa con destellos y luego me dirigí al jardín trasero.

Abrí el portón y me encontré a mi novio Santiago, y a mi hermana Rosita. Ambos charlaban de algo al parecer secreto y me escondí junto a la muralla y los oí hablar.

_ ¿Qué pretendes? Esto ya se te salió de control, Santiago.

_ Dame tiempo por favor, Rosita. Sé que te prometí que terminaría con ella, pero...

_ ¡¿Pero?!

_ Vamos, tú sabes que yo te amo a ti y solo a ti.

_ Pues ya lo estoy dudando.

&quot;Mi señor de los ojos celestes&quot; { Fanfic Joey Tempest } (Reeditada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora