Llegamos hasta el hotel, en donde él se estaba hospedando, y antes de entrar, nos detuvimos...
_ Bueno es aquí. La habitación 602.
_ ¿Estás solo, o con tus compañeros?
_ Estoy solo. Mis compañeros tomaron ayer el primer vuelo.
_ ¿Y qué te hizo quedarte y no viajar con ellos?
_ Tengo algunas cosillas pendientes por resolver y algo muy especial... – me miró fijamente y me destelló con sus profundos ojos celestes. Yo solo tendí a sonreírle, y me morí de nervios por dentro.
_ Entiendo...
Levanté mi vestido y en compañía suya, los dos entramos hasta aquel hotel...
Él abrió la puerta de su habitación, yo entré tímida y él me sonrió.
Su habitación era grande y muy lujosa. Era de todo un artista, como lo era él; caminé por el pasillo y Joey me siguió...
Me acerqué a su ventana y miré con detención la gente y autos transitar, cuando se me vino a la mente mi celebración de argollas con Santiago, luego lo que ocurrió y se me oprimió el pecho. Se me llenaron los ojos de lágrimas.
Joey tras de mí, me miró, sintió mi triste silencio y se me acercó.
_ ¿Estás bien?
_... Si, descuida, es solo que...
_ Tranquila. No hables si no lo consideras – lo miré.
_...
_ Debes estar muy agotada. Es mejor que descanses un rato - desvié la mirada a su cama, y volví a mirarlo con nervios y cierta desconfianza.
_ Pero ¿Y tú dónde dormirás?
_ No te preocupes por eso. Yo puedo dormir ahí en ese sofá...
Volví a mirar sus profundos e intensos ojos celestes y él me sonrió. Yo sin evitarlo los contemplé por unos segundos y miré las facciones de su rostro. Lo encontré tan atractivo. Era muy diferente a Santiago, en realidad no se parecía en nada a él.
Mis padres más que preocupados, no sabían dónde me había ido, y peor, que era lo que me había pasado, para huir de mi propia fiesta como lo hice. Santiago hecho un ataque de nervios, miró a Rosita, quien actuaba de lo más normal. Deseaba a toda costa que yo no regresará jamás.
_ ¡Pero ¿Qué le habrá pasado para que se comportará de esa manera?! ¡¿Dónde rayos, se habrá ido?!
_ Yo siempre se los dije, mi hermanita es muy extraña. Les apuesto que todo esto lo está haciendo solo para llamar su atención, como la mayoría del tiempo.
_ Rosita, no es el momento de hacer bromas.
_ ...
_ Santiago, hijo ¿De verdad tú no sabes que pudo haberle pasado a Lucrecia, para que se fuera sin decirnos nada?
_ No don Eugenio. Ya les dije que yo estoy al igual que ustedes, sumamente preocupado por mi novia. No me explico que puede haberle pasado. Estoy muy preocupado.
_ Lo sabemos hijo. Deberíamos ir a buscarla.
_ ¡Ay por favor! ¡Pronto volverá! ¡Ya lo verán!...
Santiago le dio una fría mirada a Rosita por su evidente despreocupación. Ella lo miró y no le importó; se fue al jardín a compartir con los invitados, quienes estaban igual de desconcertados por mi ausencia.
Sentada en su sofá, miraba ida por la ventana. Solo pensaba en todo lo que había sido ese día, y en lo que había terminado; él me miró, y se me acercó con dos tazas de café cargado.
Se agachó frente a mí, yo bajé la vista y lo miré con mis ojos vidriosos.
_ Ten. Preparé café. Lo necesitas - se lo recibí.
_... Gracias.
_ Ya pronto será media noche. Deberías ir a dormir.
_ No creo que pueda dormir esta noche.
_ Si no lo haces, yo te haré compañía.
_ ¿Me harás compañía? Disculpa, pero ¿Por qué eres tan amable conmigo? – me miró fijo.
_ Porque una mujer tan linda y dulce como tú no se merece que nadie la haga llorar.
_...
Lo miré sin palabras, él me miró a los ojos y yo me perdí en los suyos. En su profundidad y color especial.
Me sentí de pronto maravillosa y atraída por completo por aquel guapo sujeto cincuentón.
De pronto, me sentí muy nerviosa por él y desvié la mirada con rubor. Joey lo notó y sonrió intenso, sintiéndose al parecer también atraído por mí y yo me levanté abruptamente.
_... Bien... Es mejor que intente dormir - me miró apasionado.
_ Adelante, yo me quedaré aquí. Revisaré algunas cosas - le sonreí con nervios.
_...Ok... y otra vez gracias - me miró otra vez fijo - Gracias por dejarme pasar la noche aquí en tu habitación- me sonrió.
_ No hay de qué pequeña. Ahora vete a dormir, que lo necesitas - me dijo, yo lo miré y otra vez me perdí en sus lindos y profundos ojos celestes. Lo encontré tan guapo e inevitablemente le sonreí y él me observó.
Vi su cama y pensé en mis padres, en lo preocupados que debían de estar y recordé a Santiago; me sentí otra vez ahogar. Me senté y di un suspiro, angustiada.
Miré hacia la puerta y pensé en él, en Joey, en la linda circunstancia como nos habíamos conocido, y en lo bueno que él se había comportado, y volví a sonreí. Me sentí feliz sin entender el por qué...
Pensando en aquello, no podía dormir. Se acercó a la ventana, y pensativo, miró la noche y volteó a mirarla puerta de su dormitorio...
<< ¿Qué le habrá pasado, para que estuviera así tan triste? >>...
Eso pensó, dejó la taza de café en la mesa, y sin resistirlo, fue a su dormitorio...
Dormida profunda, sobre su cama, él me miró desde la puerta. Me miró fijamente, con destellos, y se acercó a la cama. Se recostó con cuidado junto a mí y me observó dormir.
Me observó, yo dormía y él sostuvo mi mano. Siguió observándome.
_ Es muy bonita esta mujer. Se ve muy joven. Me pregunto cuántos años tendrá. Es tan dulce, que me dan unas ganas de besar sus labios...
Acarició con ternura mi mejilla, miró los detalles de mi vestido y se quedó ahí junto a mí, para velar por mi sueño, y siguió pensando en que me habría pasado...
Me cubrió con el cubrecama, acarició mi cabello y me susurró:
_ Ojalá que mañana amanezcas mejor, hermosa.
Luego fue a dormir al sofá...
Ya era de mañana; desperté bruscamente y miré por la ventana que ya había amanecido. Me enderecé más que rápido y mi primer pensamiento fue:
<< Estoy en la habitación de aquel tierno hombre, Joey Tempest. >>
<< ¡Mis padres! >>
Angustiada, me alisté y salí de su cuarto...
Acomodé mi largo vestido, caminé por el living y ahí vi a Joey, quien aún dormía en el sofá.
Lo miré por unos momentos y él sin despertar, lo encontré tan lindo y tierno. Lo que había hecho ayer por mí, y de pronto, sentí que no quería alejarme de su lado por nada, que tal vez ya no lo volvería a ver y asustada por aquello, preferí huir y salí rápidamente de su habitación sin hacer ruido.
La recepcionista me miró bajar la escalera, que provenía de la habitación de él. Me incomodé frente a ella y la ignoré. Pasé junto a ella como si nada y salí de aquel hotel...
Despertando, su primer pensamiento fue... y fue a su dormitorio...
Abrió la puerta y no me encontró allí en su cama y se acercó rápidamente a la ventana. Se tornó serio.
_ Se ha ido...Aquella joven mujer se ha ido...
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"Mi señor de los ojos celestes" { Fanfic Joey Tempest } (Reeditada)
FanfictionLucrecia era inmensamente feliz junto a Santiago. Creía que, con él, su vida sería como un cuento de hadas, pero en el día de su postura de argollas, todo cambió al ella descubrirlo besándose con su hermana, Rosita. Lucrecia destruida, huye de la ce...