》𝐎𝐧𝐜𝐞《

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Hostage - Billie Eilish •

Hola, Matu. 10:30

Coso, estamos con exámenes por el cierre del trimestre. 10:30

Pero ¿Nos podríamos juntar hoy en la plaza de siempre? 10:30

Sé que tenes gimnasia tipo 15, y como está de paso... 10:35

Hola Rod. 11:40

¿Cuál de todas las plazas decís? 11:42

¿A que nos juntaríamos? 11:45

En la Vicente López, donde nos juntábamos con los chicos. 11:50

Quiero darte la remera que me dejaste, la otra vez. 11:50

Ah, sisisi. A donde fuimos con tus amigos. 12:20

Llévamela a la escuela mañana. 12:25

Ósea, si. Pero quería hablar con vos. 12:30

Posta hablar, y nada más. 12:50

Ok. 16:30 estoy. 14:00

La línea ocho freno en su parada, a su vista, los arboles amorronados, troncos sin rastro de hojas en ellos. El sol, el suficiente como para mantenerte afuera con un abrigo sobre la ropa, tal cosa lo llenaba de esperanza, iluminando su rostro, cosa no vista desde meses.

Observo a ambos lados antes de cruzar la avenida, no tenia noción del horario actual, estimaba que se trataba de unos cinco minutos ante al acordado, debido a la hora marcada en el reloj de pared de su vivienda, en cuanto se dio su retirada. El cielo, era lo suficientemente azul como para pensar que se encontraban bajo una florida primavera, los autos circulaban a una velocidad moderada, para tratarse de una tarde de viernes en su ciudad, y un vehículo rojo le trajo recuerdos algo tiernos de su familia, su abuela materna, pero no decidió seguir esa tangente, sabía que no encontraría escapatoria.

Cuando ya tuvo lugar en el espacio público, se acerco al monumento del prócer, tomo asiento allí, descolgó su mochila, dejándola sobre si, a la espera de cualquier cosa a suceder, analizando su alrededor.

Un grupo de chicos yacían en el césped, jugando al "Uno", le resultaron conocidos. Supo que se trataban de alumnos de primer año cuando vio sus rostros con mayor atención, probablemente habrían arribado para no concurrir a educación física, confirmación del conocimiento de los horarios de Candia, y recordatorio de que este aparecería en cualquier instante.

A diferencia, de lo esperado, no se notaba nervioso, no lo suficiente como para que sus manos sudasen, con ello su frente, y volverlo un total desastre. Si no, que un entusiasmo endulzante llegaba, vería a aquel que llevaba esperando desde semanas, deseaba charlar con él, quería iniciar de nuevo, volver a lo que anhelaba.

Mas, sus suposiciones fueron desechadas en cuanto visualizo los mechones grisáceos arribando por la zona derecha, con el crujir de las otoñales hojas debajo, haciéndose espacio entre la gente. Allí, estaba, lo había visto incluso cuando no llego a hacerle ningún tipo de seña, encontraba su ahora apagada, a diferencia de la suya, aura. Presentándole ansia, nervios. No era lo que esperaba, o lo que deseaba, me gustaba cuando Matías resplandecía, transmitiendole una necesidad de protegerlo, de atesorarlo, cual tesoro, no era así.

Expectante, siguió con su mirar al de expansor mientras se aproximaba a sí. En cuanto este se encontró en su cercanía, acerco su cuerpo, se levanto de su posición, beso su mejilla a modo de saludo, y ofreció, con gestos que ocupase el lugar a su lado.

》𝐄𝐧𝐟𝐢𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨《ᵐᵃᵗˢᵠᵘᵃʳᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora