[Ella es linda]

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Las mujeres muchas veces podían ser unos seres temibles y de eso no le cabía duda a la nueva chica de aquel instituto femenino.

A sus 6 meses de haber ingresado, era el foco de burlas por parte de sus compañeras, había algo que a la chicas les molestaba de su persona, quizás la forma en la que Izuki peinaba su cabello o cómo ella sonreía pese a la bromas más pesadas que le hacían.

La jovencita pecosa estaba decidida a continuar en aquel instituto para ser igual que alguien que tanto admira, sin embargo no era nada fácil. Cada día las cosas parecían tornarse más oscuras y no sabía cómo defenderse de aquello, sólo quedaba aguantar más tiempo pero no sabía si podía hacerlo, su fortaleza y tenacidad estaban a prueba a cada minuto que pasaba, probablemente era más de lo que ella podría digerir.

Por otro lado, tenemos a Togata, una chica fuerte con un aura brillante, energética como ninguna y bella en todo su esplendor, una rubia esbelta de ojos azules que dejaba cautivadas a la mayoría de las chicas de su clase, al inicio de su tercer año decidió cortar su cabello llamando aún más la atención del alumnado con un estilo más atrevido que a ella se le veía a la perfección.

Siendo su último año, no tendría que esforzarse mucho en disfrutarlo al máximo ya que todas eran extremadamente amables con ella y si no era el caso, se defendería sin dudarlo, pocas veces ha estado en vuelta en peleas pero cuando lo está siempre resulta como vencedora.

Con tantos contrastes entre ellas era casi imposible que en algún momento se conocieran pero, las posibilidades se elevaron el día en que las bromas crueles a Izuki se hicieron más graves.

Terminando la segunda clase del día, la joven Midoriya iba camino al baño, su mente analizaba varias cosas por ende no tomaba en cuenta su alrededor.

Ya estando en lavabo, se miraba fijamente al espejo, analizando sus dulces rasgos... ¿Acasos sus pecas lucían muy mal? Quizás por eso la molestaban también, pero era inútil seguir dando vueltas a ese tema, sabía perfectamente que no había nada que fuera capaz de hacer para revetir la situación y eso era abrumador, tanto deprimente como agotador pero...

- ¡Está bien! Puedo con esto, ¡Soy fuerte!... Soy fuerte, Soy fuerte ¿verdad?.- se daba palmaditas en sus mejillas, cerrando sus ojos soltando a su vez un suspiro profundo buscando soltar en aquello todas sus preocupaciones.

Pero al momento de abrir los ojos, se encontró con sus compañeras de curso entrando al baño, un escalofrío le recorrió el cuerpo sintiendo como se paralizaba en reacción al miedo, no quería más problemas, sabía que tenía que defenderse pero ¿cómo? Son más, son más fuertes... No quería rendirse, no debía hacerlo porque no es algo que conforme parte de sus ideales. La angustia incrementaba al pasar los segundos, quería correr y llorar porque tenía un sentimiento tan potente de lo patética que era su propia existencia ya que ni podía defenderse, la verdad ni pensaba en aquello porque en todos los planes que tenía para evitar el abuso siempre salía perdiendo, aún con toda información en su contra, no había explicación lógica para lo que sentía en su pecho, estaba latente algo que no podía apagar, una llama de coraje que fue de inmediato a su rescate para calmar su cuerpo y refrescar su propia mente.

- ¿Oh? Miren lo qué encontramos, una perrita temblorosa escondida en el baño.- dijó una de las chicas con un tono tan burlesco que causaba molestia el solo escucharlo.

"Resiste y no seas débil, las heroínas no huyen."

-¿Disculpa? Si hay una perrita, esa no soy yo.-Habló Izuki con determinación, volteando y dándole una mirada desafiante, su ideología de heroína mantenia claro que no podría salvar a otras personas si no se salva a ella misma primero y agradecía que justo en ese instante haya recordado aquello con tanta fuerza.

ੈ♡‧ [MiriDeku One Shots] ·♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora