Probablemente Kuroo se estaba llevando mucha responsabilidad sobre sus hombros, aunque pareciera calmado por dentro sus nervios le comíanSi bien bajar de las escaleras fue un suplicio, ahora tendría que hablar con la señora, la cual seguía sentada ahí, mirando a la nada
Se acercó con cautela y se sentó a su lado
—Disculpe mi comportamiento y hacerla esperar tanto —hablo captando la atención de la señora— ¿Quien es usted?
—¿Cómo está mi hijo? —preguntando preocupada, ignorando lo que dijo el pelinegro.
Kuroo por fin entendió todo y al igual que Kenma sus ojos se abrieron con sorpresa.
—¿Hijo? —pregunto con duda, sin responder lo que le había dicho la señora.
—Hm, el nunca ha hablado sobre mi, ¿cierto? —dijo melancólica mientras miraba sus manos.
El pelinegro seguía confundido.
¿Había algo que no sabía sobre Kenma?
—Ah, lo siento, no estaría bien si te lo cuento yo pero...—suspiro mirando fijamente a el chico al lado de ella— soy la verdadera madre de Kenma.
Y entonces algo en la mente de Kuroo dió acción, como si se tratase de un tren a carbón.
—¿V-verdadera madre? —estaba recibiendo mucha información de la que no estaba enterado y tuvo que mirar otro lado para poner en orden su mente— Kenma decía que su madre estaba-
—¿Muerta?
Frunció el ceño volviendo a mirar a la mayor, ella lo miro con tristeza, transmitiendo esa misma al chico.
—Señora, con todo respeto, no estoy entendiendo nada y...—El alto no sabía que preguntar tampoco sabía si sería apresurado hacerlo.
Se quedó un rato en silencio y la señora no dijo más, sabía que ese chico era especial en la vida de su hijo, aunque estaba oscureciendo ella no se iría, no hasta poder poner las cosas en orden con su pequeño.
Con Kenma.
Cuando Kuroo por fin tomo valor, hablo.
—¿Y como es que-
—No es necesario Kuroo, te lo explicaré yo —oyo una voz atrás de ellos
El de cabellos negros brinco un poco del susto debido a que creyo que el rubio seguiría arriba.
Apartando eso, ¿era una costumbre de esa familia interrumpir a los demas?.
—E-espero que...—dijo jugando con sus dedos, nervioso— después de esto no pienses que soy asqueroso —susurro para que no lo escuchará.
Las dos personas que estaban allí, escucharon atentas la explicación, su madre sentía un gran pesar en el pecho por como narraba su hijo toda la historia, su voz se quebraba y soltó algunas lágrimas mientras Kuroo fue a consolarlo, sobando su espalda para que se calmase.
Una vez finalizada la historia, Kuroo abrazo a Kenma, unió las piezas y pudo comprender la actitud de el rubio cuando la vio.
—Y-yo lo siento, t-tanto —hablo entre llanto la señora sin acercarse mucho a ellos dos— No pense q-que mi presencia te haria daño y...
—Pudrete
¿Que?
—Kenma, ¿dijiste algo?
El menor se separó de Kuroo, con ojos rojos e hinchados
—Largate de aquí —dijo firme, sin siquiera mirarla—
—Cariño, escúchame yo-
—¡Vete de una puta vez de aquí! —grito enojado, su cara se torno roja de furia.
—Bebé, cálmate —trato de tranquilizarlo poniendo una mano en su hombro.
Kenma lo ignoro y siguió mirando con rabia a su madre, ella no paraba de llorar.
—¡Ten un poco de respeto por tu madre! —grito está vez ella, sintiendo enojo por la actitud de su hijo— ¡Se que lo que hice no estuvo bien y por eso estoy aquí!, porque quiero remediarlo, pedirte perdón y que aclaremos las cosas...
Kenma soltó una pequeña risa de burla
—¿Remediar las cosas? —dijo y su voz se quebraba— ¿Dónde estuviste cuando mis ataques de ansiedad no me dejaron dormir?, ¿Cuántas veces crees que llore y intenté suicidarme solo porque te había decepcionado como hijo? —pregunto mientras más lágrimas desbordaban por sus ojos— Todas las noches desde que llegué a esta casa me preguntaba que cosas hice mal para merecer tus golpes, ¿Crees que podré olvidar toda la mierda que me hiciste pasar cuando solo era un niño?, ¡Si para ti no fui un buen hijo entonces tú no fuiste una buena madre!.
La señora de mayor edad trato de acercar una mano a su hijo para poder calmarlo.
Pero Kenma fue más rápido y la golpeó a un lado.
—Ni siquiera me toques —dijo aún enojado— Nunca tendré respeto por la señora a la cual nunca me quiso como hijo y cree que solo pidiendo perdón todo se arreglará, llegaste muy tarde a tu espectáculo que termino hace años.
La señora Kozume miro a Kuroo, el cual se había alejado de la escena, sin meterse porque sabía que no era asunto suyo y porque tampoco encontraba que palabras decir.
Se limpio las lágrimas, decepcionada de si misma por no haber arreglado nada, agarrando su teléfono y antes de irse dijo;
—Espero que algún día puedas siquiera darme otra oportunidad...
Y con eso, el sonido de la puerta cerrándose se oyó para que después un silencio inundara en la casa
—Kenma...
—Quiero estar solo, Kuroo —le dijo de forma calmada— Por favor
El pelinegro sabía que el rubio tenía muchas cosas que pensar, así que antes de irse se acercó a el
—Muchas de las veces que hacemos algo nunca sabemos a quien podemos dañar —dijo besando su frente— puede ser incluso una sola palabra o acción la que cambie la vida de una persona, ya sea para bien o para mal, la cuestión es si tú permites que esa palabra o acción te acompañe toda la vida, no necesariamente tienes que perdonar a alguien que te hizo daño, para eso tienes que perdonarte a ti mismo por las cosas negativas que te has hecho creer que eres y entonces sabrás, que no sirve de nada luchar, si no que hay que sobrellevarlo de forma lenta, entonces un día, te sentirás libre, no porque le hayas perdonado, si no porque aprendiste a saberte perdonar y entenderas que el dolor no se apaga siendo violento y no llegarás a ninguna parte así, después de eso tu corazón sanara, porque eso es lo hacen las heridas, sanar.
Y con eso, Kuroo salió de la casa, preocupado pero aún así sabiendo que el menor sabría que hacer.
Kenma volvió a encerrarse a llorar por todas las emociones que acumuló ese día.

ESTÁS LEYENDO
Feo
FanfictionDonde Kenma se siente feo Pero para Kuroo es el ser más hermoso del planeta dibujo de la portada hecho por;; @asagirii__ portada hecha por;; @godziam