1. Te conozco

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La castaña miraba impaciente el reloj de pared en su sala de clases. Si normalmente le aburría escuchar al profesor hablar de ecuaciones y problemas matemáticos, ahora esa sensación de multiplicaba al ser la última asignatura de la jornada escolar.

Riiiiiiiiiiiing

El timbre al fin sonó. La joven tomó de inmediato sus cosas y se retiró del salón. Fue a buscar a su casillero la vestimenta deportiva para ir al club de voleibol, tenía una estatura promedio, un metro sesenta y tres centímetros, pero era suficiente para desempeñar muy bien su papel de armadora en el equipo.

Quedaba tiempo para ir al gimnasio y debía esperar a una de sus mejores amigas todavía, por lo que fue al patio a recostarse sobre el césped, se puso los audífonos, puso la alarma del celular, envió un mensaje y se dispuso a tomar una siesta. No pasaron muchos minutos para que despertara naturalmente, revisó su móvil y observó que aún le quedaban quince minutos. Iba a volver a cerrar los ojos cuando de reojo vio a un grupo de chicas que parecían estar discutiendo. Al mirar bien la situación notó que una de esas jóvenes era una de las más populares de la escuela, Wang Yiren, una chica de nacionalidad china que llevaba muchos años viviendo en Seul y que era capaz de cautivar a todos con su hermoso rostro y su falsa inocencia.

Esto último lo sabía muy bien la castaña, puesto que fue compañera de curso por varios años de aquella chica, hasta que en este, su segundo año de preparatoria, a ella le correspondió otra clase.

Bajó el volumen de la música, pudiendo escuchar la conversación del grupo.

- En el almuerzo no me pasaste tu ticket de colación.- Decía Yiren a una chica un poco más baja que la castaña, de contextura más delgada y de cabello negro. Esta solo se limitaba a bajar su cabeza, asustada. – ¡Te he dicho que me mires cuando te hablo! ¡Maldita pueblerina!- La china se acercó amenazadoramente hacia quien tenía al frente, estaba levantando su mano para propinarle un golpe cuando de pronto es detenida por la flamante armadora del equipo de voleibol.

- No deberías hacer esto.- La mirada que la castaña dio al grupo de chicas fue de tal intensidad que las amigas de Yiren se alejaron rápidamente.

- Malditas cobardes.- La china chasqueaba la lengua. – Y tú suéltame.- Se sacudió la mano de la castaña. – No vuelvas a meterte en lo que no te importa.-

Yiren decidió alejarse también del lugar, sabía que la castaña tenía una personalidad lo bastante fuerte como para atreverse a enfrentarla sin ayuda.

- Gra... gracias...Yena Unnie -

- ¿Eh?- La castaña no esperaba que la chica más baja supiera su nombre. – No es nada... ¿Puedo preguntar cómo sabes mi nombre?-

Notó que la joven que tenía al frente se puso nerviosa y con mejillas enrojecidas.

- Te he visto cuando acompañas a Chaewon Unnie al club...- La menor miraba tímidamente a Yena.

Kim Chaewon era otra de las mejores amigas de la castaña, al igual que con Yiren, habían sido compañeras de curso por bastantes años, donde forjaron una gran amistad, lamentablemente en este periodo escolar también terminaron separadas en diferentes clases. Sin embargo eso no significaba que se vieran menos, para Yena era común que en sus momentos libres la acompañara al club de coro, donde pasaba el rato para después irse juntas a casa.

- De ella escuché tu nombre.- Continuaba la pelinegra, aún con cautela. – Y supe que juegas voleibol.-

- Chaewon es una muy buena amiga.- La castaña rascaba su nuca, también se sentía nerviosa conversando con aquella chica. – Y si, entreno en el equipo de vóley del colegio.-

- ¡Ah!- La menor abrió la boca y puso cara de preocupación, expresión que le pareció muy adorable a Yena porque le recordaba a un hámster asustado. – Perdón por ser mal educada, yo soy...-

- Jo Yuri.- La castaña la interrumpió esbozando una sonrisa. – En las ocasiones que he acompañado a Chae a su club, te he oído practicar. Tu voz me parece hermosa...- Ahora era la mayor quien se sonrojaba. –Así que le pregunté tu nombre a mi amiga... ¿estás en un nivel menor que nosotras cierto?-

La menor asintió con su cabeza. A ambas les pareció divertido saber que se conocían indirectamente, aunque sin dejar de lado el nerviosismo que implicaba enterarse que cada una tenía los ojos puestos en la otra desde hace ya un tiempo.

- A veces Yiren es un poco rencorosa.- Yena rompió el breve silencio. –Ven, te acompañaré al club.- Sabía que hoy el coro también tenía práctica. Tomó la mano de Yuri y se dirigieron hacia el salón correspondiente.-

No conversaron mucho durante el camino, sin embargo era un silencio cómodo. Ninguna sentía la necesidad de hablar por hablar, simplemente se sentían a gusto con tal actitud.

Faltaban unas tres salas más por llegar, hasta que escucharon una voz.

-¡Unnieeeeeeee!-

Una chica mucho más alta que Yena y Yuri se les acercó con mucha energía. Era Ahn Yujin, amiga de la infancia de la castaña. También era parte del club de voleibol y gracias a su casi metro setenta de altura, le fue muy fácil convertirse en la rematadora oficial del equipo, a pesar de estar en su primer año de preparatoria.

- ¡Tal como dijiste en tu mensaje fui al patio a buscarte, pero no estabas!- Yujin hizo un puchero, cuando hacía ese tipo de gestos parecía un cachorro.

- Lo siento, tuve un pequeño percance.- Yena miró a su acompañante, para dar a entender que se trataba de ella.

Al volver su vista a su amiga alta, notó que ésta tenía sus ojos puestos en un punto por debajo de su hombro. Al seguirle la mirada se percató que aún tenía tomada de la mano, y con los dedos entrelazados, a Yuri. Ambas se dieron cuenta y se soltaron rápidamente, sus corazones palpitaban velozmente y sus mejillas se sentían hirviendo.

- ¿Qué fue eso?- Yujin ladeaba la cabeza en modo de pregunta.

- Cof cof- La castaña aclaraba su garganta. – Nada. Solo acompañaba a Yuri a su club. A los minutos de que te envié el mensaje, vi que Yiren la estaba molestando, así que fui a ayudarla.-

- ¿Ella de nuevo?- La chica alta mostraba cara de hastío. – Yuri, te he dicho que tienes que agarrarla a golpes.-

- ¡Hey! ¡No le des esos concejos!- Yena intervenía, hasta que algo llamó su atención. –Espera... ¿Ustedes se conocen?-

- Somos compañeras de clases.- La pelinegra bajita decidió hablar.

- Chae nunca me dijo eso.- La castaña pensó en voz alta. Yujin, Chaewon y ella eran amigas inseparables.

- No entiendo porqué Chaewon debía decirte eso.- Yujin seguía sin entender mucho de la situación. – Pero como sea, tenemos que irnos. Ya es hora del entrenamiento.-

- Puedo ir sola al club.- Yuri intentaba calmar la expresión complicada de Yena al comprobar la hora y ver que su amiga tenía razón. – Muchas gracias por todo Yena Unnie.- La menor hizo una reverencia y luego se dirigió a su compañera – Adiós Yujin.-

La chica alta se despidió enérgicamente y luego jaló a la castaña hacía el gimnasio.

- Aaaayyy espera no tan rápido, recuerda que yo tengo que dar dos pasos por cada uno que das tú- Yena intentaba calmar a su amiga, pero al final se rindió y terminó por echar una carrera para ver quien llegaba primero al camarín.

Durante el entrenamiento perdió la concentración un par de veces, aún tenía en la mente el encuentro con Yuri. Le fue totalmente inesperado que pudiera cruzar palabras con aquella chica que tanto le había llamado la atención cuando acompañaba a Chaewon a sus prácticas de coro. Todavía tenía en su retina sus ojos, sus bellas facciones, sus gestos adorables y su hermoso tono de voz.

To Reach You  ~ Yenyul / Ssamyen ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora