16. Espero que nos llevemos bien

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¿Qué era lo que gustaba de Yuri? ¿Acaso las palabras eran suficiente para describirlo? ¿Existían los adjetivos perfectos para detallar las cualidades de la pelinegra?

Para Yena, aquello fue un sentimiento que fue apareciendo sin siquiera notarlo en un principio.

A comienzo de año, como era habitual, acompañó a Chaewon a su práctica del club de coro. Como ya varios la conocían desde primero, no tuvieron problemas con que la castaña permaneciera en el salón observándolos.

Aquel día estaban dando la bienvenida a los nuevos integrantes y fue en ese momento cuando los ojos de Yena se posaron en una tímida joven, de contextura delgada, y un poco más baja que ella. Sin darse cuenta, su mirada se mantuvo en esa chica durante gran parte de la práctica.

Pero la gran impresión causada en la castaña llegaría cuando la escuchó hablar y cantar. No se esperaba que alguien que escasamente conversaba con las personas a su alrededor tuviera una voz tan poderosa. El timbre de la pelinegra había cautivado a Yena.

Luego de ese primer encuentro, todo se fue agrandando como una bola de nieve en el corazón de la estudiante de segundo. Al empezar a observarla más detenidamente, fue cayendo por un sinfín de otros rasgos que la menor poseía. El modo en que jugaba con su boca cuando estaba nerviosa o pensando; los brillantes ojos que poseía cuando estaba mirando atentamente alguna partitura o intentaba expresar sentimientos con una canción; las curvaturas de su nariz que la hacían tener un perfil perfecto; el cambio en la silueta de sus mejillas cuando sonreía ampliamente; las delicadas proporciones de sus hombros y caderas. Todo esto fue criando infinitas crisálidas en su estómago, las cuales terminaron por convertirse en mariposas cuando habló por primera vez con Yuri, aquel día que la defendió de Yiren.

Fue en ese instante cuando Yena se percató que sus sentimientos que creía platónicos, estaban lejos de serlo. Deseaba conocer más a la pelinegra y ser parte de su vida. Finalmente alguien hizo que el voleibol, los videojuegos y las travesuras, pasaran a segundo plano. Pero, como toda emoción que se siente por primera vez, la castaña se sentía avergonzada e incapaz de expresar en palabras los conceptos de gustar y amar. Ni siquiera tenía el valor suficiente para conversarlo con sus mejores amigas.

Sin embargo, sin necesidad de decir nada, Chaewon había sido capaz de percatarse sobre lo que estaba sintiendo. La pelinaranja siempre la había leído a la perfección y esta ocasión no había sido la excepción. Y ahora, Yena se sentía culpable por no haber intentado hacer eso mismo con su amiga y exponerla a tantas situaciones en las que Yuri estaba ocupando casi el cien por ciento de su mente.

- ¿Aló? ¿Yuri?-

- ¡Yena Unnie! Hola ¿Cómo estás?-

- Eehmm bien... ¿y tú...?- La castaña intentaba sonar tranquila, pero en verdad aún estaba nerviosa por lo que acababa de pasar con Chaewon.

- Bien también, mi abuelita se ha encargado de hacerme comer hasta el cansancio.- Se oía una voz alegre al otro lado del teléfono. - ¿Unnie, no te estoy interrumpiendo en nada cierto?-

- Eeehmm no... o sea... vine con Yujin a casa de Chaewon a pasar la tarde.-

- ¡Dale mis saludos a Yujin!- Yuri pensó en no comportarse mal educada, pero se notaba que la emoción en su voz declinaba al decir lo siguiente. – Y a Chaewon Unnie también.-

- En tu nombre...-

- Si estás con ellas no quiero quitarte más tiempo entonces.-

- Lo siento Yuri...-

A la menor le parecieron extrañas las disculpas de Yena.

- No tienes que pedirme perdón, te puedo llamar en otro momento.-

To Reach You  ~ Yenyul / Ssamyen ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora