Mis manos sobre mi cabeza
describen tal cual me siento,
no hay amor sin destreza
y tampoco sin sufrimiento.
Cada vez que miro tu lápida,
mi corazón se enreda en culpa.
Es una visión muy rápida,
ya no vale una disculpa.
Los ruiseñores siguen su canto
aún si no estas aquí.
Las praderas llenan de encanto,
hacen mi alma sufrir.
Son constantes los temores,
se marchitan todas las flores.
Son hirientes lo dolores,
se destiñen los colores.
Cada vez que miro tu lápida,
mi corazón se enreda en culpa.
Es una visión muy rápida,
ya no vale una disculpa.
Una arritmia cardíaca,
mis manos siguen temblando.
La presencia demoníaca
se continúa revitalizando.
Te arrastré hasta la tumba,
no lloré al verte morir.
La culpabilidad abunda,
es más difícil vivir.
Este poema se inspira en asesinatos pasionales.
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Cartas A La Muerte (Poemario) ©
PoesíaVersos góticos cargados de romanticismo oscuro y misticismo, en donde la muerte y lo esotérico se roban el protagonismo y la hipocresía junto a los más oscuros y profundos secretos del ser humano siempre quedan en evidenciada. Rankings: #1 en Eso...