Capítulo 6

2K 117 2
                                    

Salimos del cine y fuimos al hotel.

- Menuda caminata, no puedo más. –dijo una de las alumnas al entrar al hotel.

- Que floja eres. –comentó Felipe.

- Tu porque te haces el machote delante de la profe. –replicó ella a lo cual Helena rápidamente tensó su rostro.

- ¡No inventes mentirosa! –dijo algo nervioso.

- Bueno chicos, a las habitaciones que ya es tarde. Mañana a las 9 aquí en recepción. –Helena sonaba muy irritada.

Una vez subidos los 15 pisos las chicas se fueron rápido a sus habitaciones con ganas de relajarse.

- ¡Buenas noches! –dije amablemente introduciendo la tarjeta en mi habitación mientras miraba de reojo a Helena que estaba pensativa.

- ¿Ya te vas profe? –respondió uno de los amigos de Felipe.

- Sí chicos, quiero relajarme un rato estoy cansada. –fingí cansancio.

- Bueno vale... pero mañana te quedas un rato con nosotros.

- Hecho chicos, hasta mañana. –respondí ya desde dentro la habitación.

No me apetecía en absoluto dormir, rondaban las 10 de la noche, para España eso era muy pronto pero en Londres estaba ya todo desierto a esas horas.

Empecé a desnudarme, sobretodo esa prenda que toda chica prácticamente gime al desprenderse de ella... el sujetador, esa liberación tan agradable.

Abrí la maleta en busca de ropa para acomodarme cuando vi el bikini. Lo agarré y me quedé pensando hasta que decidí ir a la piscina. Me lo puse, me vestí un poco para no ir de ese modo por los pasillos.

La piscina era un lujazo, bien templada, ese calorcito tan agradable después de un día tan agitado. Estaba sola prácticamente, a veces rondaba un trabajador del hotel.

Cerré los ojos mientras estaba semi estirada en las escaleras de la piscina.

*PLAS*

Abrí los ojos como platos. ¡Qué susto! No sabía quién era ya que aún buceaba en el fondo de la piscina. Veía como se iba acercando a mí por debajo del agua. Me estaba tensando hasta que salió a la superficie justo delante mío.

- ¡Felipe! –exclamé sorprendida.

- Sí, has acertado. –dijo seductor.

- ¿Qué haces aquí? –dije alarmada.

- ¿Y tú? –hizo un paso más hacia mi-. ¿No estabas cansada?

- Emmm –no sabía que responder, tenía razón-. Si... y por eso he venido aquí a relajarme. –trataba de sonar convincente.

- Igual que yo... –parecía ocultar algo.

Yo seguía estirada con los codos apoyados en un escalón y las piernas estiradas. Debía mostrarme dura, fuerte, que no me dejaría intimidar por él.

- Esto... profe... –sentía curiosidad por lo que querría decir-. Claudia... -trató de decir en un tono seductor.

No respondí, simplemente lo observaba. Se estaba acercando más y más. Su cuerpo empezaba a ponerse encima del mío, primero mis piernas estaban cubiertas por su pecho, luego también mi cintura, mi barriga, hasta que su cara quedó cerca de mis pechos. Prácticamente estaba encima de mí.

- Esto... ¿hacemos unas largas? –dije ya queriéndome librar de él.

Se quedó estupefacto, no sé cómo me libré de él ya que sus brazos estaban a cada lado de mi cuerpo, pero con algún movimiento extraño me pude librar.

Estudiando InglésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora